Xavi, al debutante Aleix: "Si pierdes un balón, no vuelves a jugar"

Aleix Garrido era el sábado por la noche "la persona más feliz del mundo". Todavía debe sentirse igual con el paso de las inmediatas horas hasta que el recuerdo pierda la intensidad del momento con el transcurso del tiempo. Acababa de vivir "el mejor día de mi vida". Había debutado con el primer equipo del Barça.

El sueño que había perseguido siempre. Y la realidad fue que al regreso de Elche durmió poco porque este domingo por la mañana la esperaba su equipo de verdad: el juvenil A. Del Martínez Valero a Sant Joan Despi. Del dorsal 40 al 8. De la suplencia a la capitanía. De la victoria a la victoria. El Barça mayor ganó en Alicante 0-4 y el menor venció al Constancia por 2-0 y sigue liderando el grupo de la División de Honor.

El Barça recupera a sus delanteros y golea al colista

La broma para soltar los nervios

Aleix Garrido Cañizares, nacido en Ripoll el 22 de febrero de 2004, 19 años recién estrenados, saltó al campo con una amenaza teñida de complicidad y buen humor. "Si pierdes un balón, no vuelves a jugar", le espetó Xavi Hernández, el entrenador, para para quitarle los últimos nervios que podía sentir. La amplitud del marcador eliminaba la carga de presión de todo canterano en el momento de estrenarse con el primer equipo.

Xavi sabía lo que se decía porque, precisamente, aludió a la mejor característica de Aleix: la calidad del pase y la visión del juego. "Es lo que me debo exigir, no perder balones, y si lo hago tendré minutos en la primera [plantilla], que es mi objetivo", admitía el centrocampista, consciente tanto de sus virtudes como asumidas tiene las demandas de los sucesivos entrenadores que ha tenido, siempre las mismas.

"El último pase de Pedri"

"Tiene el último pase de Pedri", fue la definición que hizo Xavi del joven interior, que milita en el Barça desde la categoría más inferior: el benjamín C. Once años lleva vistiendo de azulgrana. La aparición en el césped del Martínez Valero generaba en Aleix más emoción que presión después de más de media vida haciendo lo mismo sobre un terreno de juego.

"Este día me quedará para siempre", decía Aleix con la voz entrecortada al final del partido, repartiendo agradecimientos "a todas las personas que han estado a mi lado" y, por supuesto, "al míster". Xavi pasa a ser una de esas personas.

Toda la familia viajó hacia Elche con la esperanza de ver ese gran día, que se fraguaba desde que el lunes por la tarde le llamaron para decirle que el martes iba a entrenar con el primer equipo. No solo faltaban los internacionales con las selecciones; faltaban Araujo, de Jong, Pedri, Dembélé y Christensen, lesionados. Estaba, pero iba a faltar en Elche, por sanción, Raphinha.

El noveno debutante con Xavi

Aleix fue el único privilegiado de los cuatro canteranos que estuvieron en el Martínez Valero. Marc Casadó, Ángel Alarcón y Estanis Pedrola le acompañaban en el banquillo. Casadó debutó en octubre, ante el Viktoria Pilsen en la Champions, y Alarcón lo hizo en enero, contra el Ceuta en la Copa.

Si Aleix no gozó antes de ese privilegio se debió a una lesión en el tobillo que se produjo en noviembre y le ha mantenido tres meses inactivo. Su nombre está subrayado en los informes del cuerpo técnico de Xavi. Mientras Aleix jugaba con el juvenil al mediodía, Casadó, Alarcón y Pedrola, más Arnau Tenas, ser alineaban con el Barça Atlètic ante el Atlético Baleares (2-2) en la Primera RFEF.

"Cuando te ves dentro de la lista no paras de pensar si llegará el momento, y al final lo he podido cumplir", comentaba Aleix en Barça TV. Calentaba ya con el 0-4. Òscar Hernández le llamó. Se despojó de la sudadera y escuchó la amenaza de Xavi. Era el minuto 84 y relevó a Ansu Fati, viejo conocido de los campos de Sant Joan Despí.

Fueron solo seis minutos. Seis minutos eternos.