La crónica del Roma-Barça de la Champions femenina: Salma y Sandra dan un ajustado triunfo

0-1 y gracias. Dominó y jugó mejor el Barça, pero terminó sufriendo en los minutos finales, agarradas a los guantes de Sandra Paños, quien evitó el empate en el tiempo añadido. Un imperdonable error de concentración en una falta lateral permitió que Valentina Giacinti se plantara sola en la frontal del área pequeña azulgrana, donde emergió la monumental figura de Sandra para salvar a un equipo que se enredó en su falta de eficacia. Suficiente resultó el gol de Salma Paralluelo, precioso y decisivo, para ganar un partido que se le complicó al final en lo que supone un aviso de cara a la vuelta el próximo miércoles en el Camp Nou.

El gol fue hermoso. Y no por el zurdazo, preciso, ajustado, con una deliciosa curva que se iba alejando de Camelia Ceasar, la portera de la Roma. Esa huella del disparo de Salma Paralluelo quedó flotando en el aire de la noche italiana ante casi 40.000 personas que disfrutaban del honor de asistir a un partido de Champions en el Estadio Olímpico de la capital, transformado en el duelo con más asistencia de fútbol femenino en Italia.

Se reunieron 39.454 personas en el Estadio Olímpico de Roma convirtiéndose en el partido de fútbol femenino con más asistencia en Italia

El tiro fue ciertamente bonito y resultó tan importante como el control previo de la jugadora del Barça. Un control que le permitió amortiguar con suavidad el pase de Patri Guijarro al tiempo que oteaba el paisaje y arqueaba su cuerpo al que preparaba para ese zurdazo que rasgó el cielo romano. Un gol de Salma que estuvo, por lo tanto, a la altura de ese maravilloso control que le permitió generarse un espacio en el borde del área entre la tupida defensa italiana. Allí, en teoría, no debía estar ella.

Apareció en el once azulgrana ubicada en el flanco izquierdo del ataque. Pero en ese momento de partido, pasada la media hora inicial de absoluto dominio del Barça, Salma decidió abandonar la cal para colocarse por detrás de Oshoala, la ‘nueve’, y encontró el escenario perfecto en el que desplegó su creatividad futbolística. Tiene 19 años, pero produce tanto que parece una veterana.

Con balón, pero sin eficacia

Y no era nada fácil quebrar la defensa de la Roma, aunque las azulgranas actuaron con paciencia. Con mucha paciencia. De menos a más, gobernando el encuentro de inicio a fin. A veces, incluso con aplastantes cifras de posesión, rozando el 90%, dejando a las italianas sin pasar apenas del centro del campo.

Las conducciones de Aitana Bonmatí por todo el frente de ataque, el regate seco fusionado con el corro, paro y acelero de Hansen en el flanco derecho, la valentía de Lucy Bronze… El catálogo barcelonista era amplio y, sobre todo, variado. 

Hasta 14 disparos firmó el Barça en los primeros 45 minutos, aunque solo cuatro a puerta. Ninguno tan bonito y decisivo como ese zurdazo que se inventó Salma para desgarrar a la Roma, un equipo estéril porque ni pisó el área de Sandra Paños. Terminada la primera parte, los mapas de calor de las italianas estaban en su propio campo porque ni chutaron a puerta.

Las azulgranas dominaron con autoridad el partido, pero no tuvo puntería para obtener la recompensa a su buen juego

Pero esa tranquilidad se alteró en la segunda mitad con una excelente puesta en escena de Oshoala, quien firmó cuatro remates, incluyendo dos cabezazos, uno detenido felinamente por Ceasar, la meta de la Roma, y otro, ya sobre la línea de gol, esquivada por Linari.

El oficio de Mapi León

Parecía una cuestión de tiempo que llegara el segundo gol del Barça, un gol que no llegó porque, entretanto, las italianas se asomaron con tanto peligro a la casa de Paños, que solo el sabio oficio defensivo de Mapi León evitó el empate en una gran ocasión de Giacinti. La única. O eso parecía porque el primer disparo a puerta de las italianas, con parada sencilla de la meta azulgrana, llegó en el minuto 70, prólogo de una fase descontrolada del encuentro.

En el tramo final, el partido se descontroló de tal manera que la Roma se asomó con peligro al área de Sandra Paños

No le interesaba al Barça entrar en ese escenario donde se vió más a Sandra Paños en tres minutos que en los 70 anteriores. Mal momento para perder el control porque la Roma se sentía cómoda en transiciones rápidas - el balón ni pasaba por el centro del campo - que desgarraban la estructura de juego azulgrana.

Adquirió la noche un aire delicado porque los cambios de Giráldez no dieron estabilidad al Barça y, además, la Roma se sintió con energía para asustar a una dubitativa Sandra Paños, quien tomó una mala decisión en una salida, que casi le costó el tanto del empate. Pero el disparo de Andressa Alves, la exazulgrana, rozó la red lateral por fuera, por mucho que miles de italianas e italianos cantaran gol.

Luego, Paños, con una soberbia palomita, se redimió de ese error sacudiéndose la pelota de encima tras un furioso y lejano disparo (casi 30 metros) de Manuela Giugliano. Y el Barça, que había dominado con solvencia, se marchó con un ajustado 0-1 y sufriendo más de lo que podía imaginar, agradeciéndole a Sandra que intimidara con su presencia el venenoso disparo final de Giacinti.

De nada valen las estadísticas. 33 disparos del Barça, 11 a puerta; 10 de la Roma y 4 entre los tres palos. Los cuatro detenidos por Sandra.