ANÁLISIS

La contracrónica del Madrid-Barça: la victoria del modesto

"Hoy no podemos presumir del cómo, no fue el partido que queríamos", admite un Xavi, satisfecho por el resultado.

La crónica del Madrid-Barça copero: la defensa le da un tesoro a Xavi

CABECERA FUTBOL CONTRACRONICA REALMADRID BARÇA

CABECERA FUTBOL CONTRACRONICA REALMADRID BARÇA

Joan Domènech

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Perdió la posesión (35%-65%) pero no perdió el partido (0-1). El Barça no fue el Barça en su estilo más puro. Ni mucho menos. Estuvo en las antípodas. Ese 35% es la cifra más baja desde el 2008. Pero salió victorioso una vez más del Bernabéu y encarrila la semifinal de Copa, que se zanjará el 5 de abril.

Ganó el Barça como ganan los modestos: agazapado atrás, defendiéndose con orden, impidiendo al Madrid que ni siquiera rematara y tuviera que lanzar centros infructuosos, donde una defensa imperial evitó que Ter Stegen se viera exigido y pudiera colocar el cero en su portería. Catorce veces chutó el Madrid y ninguna a portería. Cuatro lo hizo el Barça (dos bien) y fue suficiente.

Ancelotti y Xavi se saludan antes del clásico.

Ancelotti y Xavi se saludan antes del clásico. / Juan Medina

"Hoy no podemos presumir del cómo, no fue el partido que queríamos", admite Xavi

Xavi, satisfecho

"Satisfecho por el resultado, pero no con el juego", dijo Xavi, sin ocultar la realidad del clásico. "Satisfecho por el trabajo y la defensa, pero no con el manejo del balón", añadió, repitiendo la misma construcción. El entrenador admitió que el plan de partido no salió en ningún punto, porque ni hubo posesiones largas ni pudieron forzar que el juego se desplegara en la mitad de campo madridista.

"Hoy no podemos presumir del cómo, no fue el partido que queríamos", confesaba Xavi que, sin embargo, elogió el "extraordinario partido defensivo del Barça" forzado, apuntó, por la calidad del Madrid, tanto por la superioridad capacidad física como por su calidad técnica. "¿Cómo les quitas el balón a Kroos y Modric?", se preguntaba. Pese al 0-1, sigue considerando favorito al Madrid.

La táctica

El formato de los cuatro centrocampistas experimentó un retoque en las posiciones de los futbolistas. Básicamente entre Kessie y De Jong, que cambiaron de lado. Aunque era la misma medular que en Almería, hubo muchas desconexiones en el juego. Apenas se sucedían cadenas de pases.

El Barça no construyó bien ni tampoco presionó bien, maniatado por el control del Madrid. Como los azulgranas no pudieron dominar, fue los blancos quienes debían tomar iniciativas. Hubo muy pocas, y menos con éxito. Tampoco el Barça se lució. El gol fue la única aproximación al área madridista y se consumó tras el rechace del pie de Courtois al remate de Kessie que dio en Militao y Nacho acabó de fallar hacia su propia portería. Kessie pudo marcar el 0-2, pero su disparo lo desvió Ansu Fati involuntariamente.

Ferran y Kessie, felices, tras el 0-1 de Nacho en propia puerta.

Ferran y Kessie, felices, tras el 0-1 de Nacho en propia puerta. / Javier Soriano

El protagonista

La baja de Christensen acabó de desnaturalizar al Barça. Otro titular que perdía el equipo. El cuarto. La defensa quedó completamente renovada respecto al domingo. Araujo, Koundé y Balde fueron reservados en Almería. Christensen, en cambio, tuvo que jugar, ya que no quedaban más zagueros en la plantilla. Jugó, salió en la foto del gol andaluz, y el desgaste de los 90 minutos acabó debilitando su tobillo hasta impedirle jugar el clásico.

El rendimiento de la nueva zaga avaló que descansara en Almería. Impecables Araujo y Koundé, que debían lidiar con Vinicius y Benzema, respectivamente. Araujo ya le tiene tomada la medida a Vinicius y Koundé se siente más cómodo de central, así que el Barça volvió a sellar la portería.

Y el árbitro...

El árbitro de un clásico siempre está bajo la lupa. Munuera Montero estaba con una carga de presión adicional. Por la comparecencia de todo el estamento arbitral a raíz del caso Negreira, por el origen del caso en sí, y por el antecedente más notorio del colegiado andaluz al tolerar que Vinicius le insultara claramente en El Sadar de Pamplona. Sin olvidar que es el único árbitro que le pitó al Barça tres penaltis en un partido ante el Levante.

Munuera quiso pasar desapercibido pero el alto nivel de tolerancia le dejó en mal lugar. Acabó fomentando que surgieran brusquedades en un duelo ya de por sí caliente. Al final mostró siete amarillas; una Xavi, que se las tuvo con Carvajal. El VAR tuvo que validar el gol de Kessie, que rompió en profundidad y chequeó dos acciones en el área azulgrana en os últimos minutos.

Vinicius increpa a Munuera Montero tras haberle amonestado.

Vinicius increpa a Munuera Montero tras haberle amonestado. / Juan Medina

Debió ser roja

Vinicius empujó a Busquets en una desconsideración delante Munuera Montero y tampoco lo amonestó. Tuvo que agarrar del cuello a De Jong, hacerle una llave de yudo al holandés, increparle ante sus narices y protestar airadamente al cuarto árbitro. Todo en el mismo minuto. Le salió barata la indisciplina: solo vio una amarilla. Y podría haber visto una por cada acción.

Esos malos modos ensombrecieron su habitual actividad futbolística. Volvió a ser el jugador del Madrid más creador y valiente. Se topó con Araujo, que siempre es un hueso duro de roer. Podía haberle sacado de la zona para que el uruguayo fuera más vulnerable y era él quien acababa encerrado en el dos contra uno cuando se acercaba De Jong.

Vinicius derriba a De Jong.

Vinicius derriba a De Jong. / Juanjo Martín

Un mal día para...

Ferran jugó de nueve. O estuvo de nueve. Recibió muy poco juego. Poquísimo. Y siempre en malas condiciones. Intentó presionar pero nunca pudo ser efectivo, porque batallaba frente a Militao y Rüdiger, ya que Raphinha controlaba a Nacho y retrocedía por si había que echar una mano con Vinicius, y Gavi se rezagaba para llenar el centro del campo.

Ferran apenas tocó 37 veces el balón perdió 15 posesiones y solo ganó dos duelos de nueve. Mejoró inmediatamente cuando pasó a la banda y desbordó a Camavinga para dar el centro del frustrado 0-2.

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