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Contracrónica del Almería - Barcelona: desorientados como un adolescente sin móvil

LA CRÓNICA DEL ALMERÍA-BARÇA

Almería - Barcelona en imágenes

Almería - Barcelona en imágenes / JAVI FERRANDIZ

Albert Guasch

Albert Guasch

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La existencia barcelonista es en estos tiempos que corren una experiencia más bien rara. Se sabe que en el lado oscuro, espacio de opacidad en que maniobran la presidencia y sus fieles, se confronta la complejidad de demostrar la pureza de la institución, tarea titánica donde las haya. El lado luminoso debería ser el que gestiona Xavi Hernández. El equipo, pese a los disgustos europeos, tenía madura la Liga y eso acorazaba el sentimentalismo azulgrana, aparte de distraer de lo que va emergiendo del lodazal arbitral. Pero en el campo del Almería, que no es Old Trafford, al Barça le dio un bajón insospechado. En campo del penúltimo se vio una actuación triste, la peor del curso, como admitió el propio Xavi. Y si el equipo deprime, si es que alguien se deprime por el fútbol, ¿qué queda?

Mal partido colectivo

Nadie sabe por qué un equipo comparece un día con la determinación del que se siente guapo, y otro, desorientado como un adolescente sin el Google Maps. El Barça fue ayer el chaval que pierde el móvil en medio de una ciudad que no conoce y en la que los signos callejeros están escritos en un alfabeto ajeno. Deambuló tan perdido por Almería que no fue capaz de tirar a puerta hasta el minuto 81, por parte de Alarcón, el jugador del filial, que no puso a temblar precisamente al público almeriense. Una calamidad de actuación general. Hubo un estirón en el tramo final, pero improductivo. Ni los cambios, heterodoxos algunos, lograron que el equipo encontrara el camino a la victoria que debía alejar al Madrid a 10 puntos.

El bloqueo

Encajó un gol el Barça después de que Christensen, que ha volado alto en los últimos partidos, se mostrara flojo en el choque con El Bilal, después poco hábil al no quedarse quieto para dejar al delantero en fuera de juego y, posteriormente, lento en la persecución. Una triple imprecisión. A partir de ahí, tardó el Barça siglos en remontar, en abandonar la parálisis, en empujar en busca del gol. Pero la forma en que lo hizo desmoralizó. Muchos centros al área pequeña, sin imaginación, que rebotaron en la línea defensiva de los andaluces o faltaron un par de centímetros para el remate. Araujo, central reconvertido en delantero, es quien estuvo más cerca de algo significativo. Ni la ausencia de Pedri, tantos partidos la brújula, puede servir para justificar semejante desorientación. Desconcertante.

El desaparecido

No puede salvarse a nadie del equipo azulgrana, pero se mantiene la inquietud por la escasa participación y nula productividad de Lewandowski. A falta de juego global, el polaco no hizo de salvador. Apenas un remate de cabeza que se fue alto y poco más. Siete goles en 16 partidos lleva desde el retorno del Mundial. Alarma.  

Las suspensiones

Comparecieron en Almería cinco jugadores y el entrenador con cuatro tarjetas amarillas. Una más y se perderían el partido del próximo domingo ante el Valencia. Bien, pues la mitad casi se ausentará de la cita del Camp Nou. Xavi protestó de forma airada y tendrá que sentarse en el palco, dejando las instrucciones a pie de campo a su hermano Òscar. El impetuoso Gavi vio también la quinta. Lo mismo que Raphinha. Permanecen con cuatro Busquets y Ferran. Todos podrán jugar contra el Madrid en la Copa el jueves. Garantía de nada, por lo visto en Almería.

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