NUEVO TROPIEZO EUROPEO

¿Por qué el Barça vuelve a caer en Europa?

La nueva eliminación continental, dos de Champions y dos de Europa League, certifica la pérdida de nivel futbolístico

Sergi Roberto y Ter Stegen, tras la eliminación europea del Barça en Old Trafford.

Sergi Roberto y Ter Stegen, tras la eliminación europea del Barça en Old Trafford. / Efe

Joan Domènech / Marcos López

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En dos años, cuatro eliminaciones de Europa. El Barça continúa perseguido por una crisis que se alarga cuando sale de España. Da igual que se activen palancas (el club renovó la plantilla con una inversión de 150 millones) o no. El resultado sigue siendo el mismo. El equipo desaparece cada vez más pronto de Europa, poco importa que sea la elite absoluta (Champions) o la segunda división continental (Europa League).

"No nos alcanza", dijo Messi en febrero de 2020 para justificar los sonados tropiezos europeos. Sigue sin alcanzarle tampoco sin él tres años después.

¿Por qué el equipo se empequeñece?

El Barça ha sido inferior a sus rivales. No existe otra razón. En los 16 partidos con Xavi, solo han ganado 4 (Nápoles, Galatasaray y los del Viktoria Pilsen), se han perdido 6 y se han empatado 6. Imposible llegar lejos. Las eliminaciones se producen antes y eso significa que el equipo ha perdido nivel futbolístico.

De un año a otro, el Barça ha mejorado, sostuvo Xavi tras la derrota en Old Trafford. No le falta razón. Ha competido mejor, pero con idéntico desenlace. Caía primero ante el Benfica y el Bayern Múnich (Champions 2021-22) y luego con el Eintracht (Europa League). En este curso se ha repetido el proceso con el Bayern y el Inter de Milán (Champions) y ahora Manchester United (Europa League).

Tendrán que seguir los azulgranas las competiciones europeas por la televisión, mientras se lamen las heridas provocadas por “los pequeños detalles”, según el técnico, aunque, en realidad, son grandes detalles. El equipo no es fiable y se ve cuando sale de la Liga que ahora domina. Se transforma en vulnerable, atrapado por una decadencia que le ha hecho desaparecer de la aristocracia europea. El último título es la Champions de Berlín de 2015, con Luis Enrique en la banda y el tridente Messi, Neymar y Suárez en el campo.

Kessie empuja a Lisandro

Kessie empuja a Lisandro / CARL RECINE

¿Por qué los refuerzos no han sido suficientes?

La inyección de talento (Lewandowski, Koundé, Christensen) mejoró la estructura del equipo en la Liga, pero no en Europa, donde piezas nuevas como Raphinha no han terminado de ser decisivas.

Ya se apreció en la Champions, donde el Barça solo ganó dos partidos en la fase de grupos, ambos al peor equipo, el Pilsen: 5-1 en el Camp Nou y 2-4 en fuera. Se ha constatado también en la primera y última eliminatoria de la Europa League, en la que el equipo de Xavi no tuvo la mejor versión de Lewandowski, el goleador que le arrastra en la Liga.

En Old Trafford, por ejemplo, el polaco marcó un gol, pero de penalti. Su primer y único disparo durante los 90 minutos prueba de su desconexión. Raphinha, que acabó siendo sustituido, no tuvo peso alguno en la noche europea. El otro remate de peligro fue de Koundé. Jugaron seis de los siete fichajes del verano, cinco de titulares. Marcos Alonso apareció en los instantes finales. Héctor Bellerín ya se marchó.



Araujo y Rashford, en un lance en Old Trafford.

Araujo y Rashford, en un lance en Old Trafford. / Adam Vaughan

¿Por qué la mejor defensa de la Liga se derrite en Europa?

El contraste de los datos es espectacular. En la Liga, el Barça de Xavi ha encajado solo 7 tantos en 22 jornadas, una cifra que revela su extraordinaria contundencia (un tercio de gol por partido). Pero después en Europa nada es igual. Ha recibido Ter Stegen 16 tantos en 8 encuentros.

Se ha pasado de una media doméstica de 0,31 goles por encuentro a 2, lo que delata la verdadera dimensión del problema. En todos los partidos europeos, el meta alemán ha encajado y en tan solo uno (United) ha podido Xavi reunir a su zaga de lujo: Koundé, Araujo, Christensen y Balde. Pero de nada le valió porque los dos goles de Fred y Antony del segundo tiempo le despidieron de la Europa League. Más pronto que la temporada pasada.

Fred marca el 1-1 ante Frenkie de Jong en Old Trafford.

Fred marca el 1-1 ante Frenkie de Jong en Old Trafford. / Reuters

¿Por qué la delantera no marca diferencias?

Xavi iba a echar de menos "el orden de Pedri, la pasión de Gavi y el desborde de Ousmane [Dembélé]", según dijo en la víspera. Lo que no dijo es veía muy pocas opciones de vencer sin ellos, porque se acordó de las ausencias en el análisis posterior tras la derrota.

Le faltaba la mitad del centro del campo titular, pero aun así quiso mantener la fórmula que tan buenos resultados da en la Liga. Kessie y Sergi Roberto acompañaron a Busquets y De Jong. Llenar el centro del campo significó vaciar la delantera.

Raphinha probó dos disparos muy desviados y Lewandowski solo dispuso del penalti para encarar a De Gea. Mientras, Ferran y Ansu veían el partido desde la banda. Los suplentes acompañaron a los titulares para remontar, sin éxito. No marcó la diferencia una delantera de lujo que ha costado 158 millones entre los 55 de Ferran, los 45 de Lewandowski y los 58 de Raphinha (158 en total sin variables).

Lisandro se anticipa a Sergi Roberto.

Lisandro se anticipa a Sergi Roberto. / EP

¿Por qué el equipo no intimida?

Perdió el Barça por 2-0 en Múnich y por 1-0 en Milán. Marcó 4 al Viktoria Pilsen ya eliminado. Se adelantó en Old Trafford de penalti. El bagaje ofensivo fuera de casa se ha revelado insuficiente con todos los refuerzos incorporados. El poder de intimidación azulgrana apenas ha existido lejos del Camp Nou.

No es solo un problema que afecte a la delantera, sino que atañe a la capacidad del equipo en base a las alternativas que puede utilizar en función del marcador. Las bajas reducían la presencia y el poderío ofensivo. El del United permaneció intacto.

El United reaccionó con la entrada de Antony y adquirió más agresividad arriba para robar balones. El brasileño marcó el segundo gol. Pero el primero fue obra de Fred, fruto de una presión adelantada y un gran pase de Bruno que le dejó en la frontal del área. Una presión de Bruno sobre Ferran cerca del córner izquierdo, ejerciendo ya de mediapunta, terminó con un tiro de Garnacho que rechaza Christensen, en otro de Fred que rebota en De Jong y el tiro final de Antony.

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