Cuentas futbolísticas

FC Barcelona: se buscan inversores y 200 millones anuales

El club tiene un problema estructural que le hace perder dinero con la actividad ordinaria y que cubre con ingresos extraordinarios

El nuevo estadio requiere 1.500 millones que se financiarán mediante un fondo que hipotecará buena parte de los ingresos futuros

Laporta, durante su comparecencia ante los medios.

Laporta, durante su comparecencia ante los medios. / VALENTÍ ENRICH

Agustí Sala

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El Barça tiene varios problemas. Y uno, en concreto, se puede cifrar: 200 millones anuales. Reconocido por el vicepresidente económico de la entidad, Eduard Romeu quien, en la presentación de resultados en octubre pasado, aseguró que ese es el desfase entre lo que la entidad gasta y lo que ingresa por su actividad ordinaria, el fútbol y los deportes. Hasta ahora, solo ha permitido salvar las cuentas las denominadas palancas, o sea, la venta de activos, es decir, propiedades y derechos del club, por 865 millones: la venta total del 25% (primero el 10% y luego otro 15%) de los derechos de TV al fondo Sixth Street y parte de Barça Studios).

En realidad, hasta las cifras de la temporada 2022-2023, estos ingresos extraordinarios no han servido para reducir apenas deuda, cuyo importe neto ronda los 1.000 millones, sino para cubrir gastos ordinarios y de explotación, como recuerdan algunos socios críticos con la gestión "personalista" de Joan Laporta. De hecho, uno de los objetivos de la junta directiva es rebajar los costes de fichas, que se ha disparado hasta los 656 millones, hasta el entorno de los 470 millones para alcanzar unas finanzas sostenibles.

El objetivo es contar con unas cuentas lo más saneadas posible ante la operación de gran envergadura en la que se ha embarcado la entidad a través de Goldman Sachs, a la que luego han sumado JP Morgan, para buscar inversores privados en Wall Street dispuestos a financiar la reforma del estadio y el Espai Barça. Tienen hasta el 31 de marzo. La meta final es captar los 1.500 millones que se necesitan para este proyecto, sujeto ahora a la presión de la crisis provocada por el caso de Enríquez Negreira.

Las obras del Camp Nou fueron adjudicadas a un grupo turco, Limak, con mucha menos experiencia en este tipo de edificaciones que otras compañías españolas que habían pujado por la obra, como FCC, pero la única que se comprometió a que la reforma sea por unos 960 millones y que esté lista para el 125 aniversario de la entidad, en 2024. Según las estimaciones, ese año podrán ocuparlo unas 50.000 personas, la mitad de la capacidad que tendrá al final, más otras 1.000 plazas VIP.' Está previsto que la obra esté completa del todo en julio de 2026.

El objetivo es que los 1.500 millones en bonos (deuda) se emitan en tres tramos de 500 millones cada uno y vencimientos el 30 de junio de 2032, 2045 y 2052. Para la primera, la más próxima, está prevista una nueva emisión de 525 millones para refinanciar con vencimientos entre 2052 y 2057. Y en la tercera hasta 2045 se pagarán solo intereses y luego se amortizará el total en junio de 2052.

Fondo de titulización

Como el club ya soporta una enorme deuda, la vía para obtener financiación sin ponerlo en riesgo de colapso es constituir un fondo de titulización (conversión de activos en deuda negociable), una tercera entidad regulada por la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV). La idea es constituirlo con los ingresos previstos por entradas al estadio, al museo del club y los tours del equipo, los servicios VIP y otros a lo largo de tres décadas. Con ello el club no ha de responder con otros activos en caso de morosidad o impago (como el propio estadio) y obtiene liquidez inmediata, según explica algún directivo de la entidad. Pero la contrapartida es que hipoteca una buena parte de sus ingresos futuros.

Una imagen del futuro Camp Nou.

Una imagen del futuro Camp Nou. / FCBARCELONA

Las estimaciones son que en 2025, el que se supone que será el primer ejercicio con el nuevo estadio en funcionamiento tras una o dos temporadas en el Lluís Companys de Montjuïc y, por tanto, con menos ingresos, la recaudación prevista será 346,5 millones. De esta suma, 246,2 millones, es decir, el 71% del total, serán para pagar la deuda y solo 100,4 millones entrarán en la mermada caja del club, según las estimaciones de Kroll Bond Rating Agency (KBRA), la agencia que ha calificado la operación, es decir, le ha puesto una nota crediticia de BBB+.

Este sello indica a los potenciales inversores que se trata de un aprobado justo ante posibles riesgos de impago por parte del emisor (el fondo promovido por el Barça). La agencia, que parte de la base de que Limak demorará la finalización de las obras 12 meses, ha tenido acceso a estos datos conseguidos por Legends, la firma que gestionará el Espai Barça, y el propio FC Barcelona y calcula una vida útil para el estadio de unos 50 años.

Una de las cuestiones peliaguadas son los intereses que exigirán los inversores, es decir, la prima de riesgo, que se situará muy por encima de la de otras empresas consideradas más solventes y además con la presión del 'caso Negreira'. Podría situarse muy por encima del 7% al que se cerró la operación liderada por CVC con LaLiga. En todo caso, los tipos de interés siguen subiendo, con lo que el escenario inmediato es complejo. Al final el resultado de toda esta operación puede ser un nuevo estadio pero sin obtener mucho más dinero -que, en esencia, es para lo que se hacía-, ya que una buena parte de este será para los financiadores.

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