CLAVES DEL DESPEGUE AZULGRANA

Ocho puntos, ocho razones: así se ha escapado el Barça del Madrid en la Liga

Una imagen de la camiseta de Pedri, que luce el '8' del Barça.

Una imagen de la camiseta de Pedri, que luce el '8' del Barça. / FCBARCELONA

Joan Domènech / Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No hace ni cuatro meses que el Barça de Xavi abandonaba abatido y preocupado el Bernabéu. No solo por su derrota en el clásico (3-1), que le dejaba tres puntos por detrás del campeón, sino porque su fútbol, basado entonces en la apuesta por los extremos (Raphinha y Dembélé), no fluía y caía víctima de sus propios errores. Aquella derrota fue, sin embargo, el punto de partida para la resurrección.

Desde entonces, el Barça ha volado en la Liga (31 puntos de 33), dejándose tan solo los dos puntos que le arrancó el Espanyol en el derbi del Camp Nou. Y el Madrid, en cambio, se ha desplomado incapaz de seguir el endiablado ritmo que le ha marcado el equipo de Xavi.

Ter Stegen despeja un balón en el Barça-Getafe del Camp Nou.

Ter Stegen despeja un balón en el Barça-Getafe del Camp Nou. / Jordi Cotrina

Detrás del muro, Ter Stegen

La solvencia defensiva del Barça es la base principal que sustenta el liderato. La marca de 7 goles encajados en 20 partidos acredita el excelente rendimiento de la última línea, la más reforzada del equipo con cuatro fichajes (Christensen, Koundé, Bellerín y Marcos). Detrás de ellos protege al equipo un renacido Ter Stegen, que ha vuelto a salvar puntos, porque sus paradas ayudaron a obtener resultados con marcadores ajustados.

Ter Stegen había recibido el año pasado 17 goles ya, diez más. Esa diferencia lo explica todo. Courtois iguala números: 17 goles ahora, 18 entonces. El meta azulgrana ha conservado la portería a cero en 15 de las 20 jornadas. Paco Liaño, en la Liga 93-94, la mantuvo intacta en 26 de las 38 jornadas. Pero el Depor quedó subcampeón por detrás del Barça.

Lewandowski prueba el remate ante Bono sin acierto

Lewandowski prueba el remate ante Bono sin acierto / JORDI COTRINA

El liderazgo de Lewandowski coincide con la caída de Benzema

Al principio, el Barça se sostenía sobre los goles de Lewandowski: 13 tantos en las 13 primeras jornadas avalaban la trascendencia del exdelantero del Bayern Múnich. Goles que permitían a Xavi ir levantando las bases tácticas de su equipo porque el polaco le ganaba por sí solo algunos partidos. Ganaba partidos y también ganaba tiempo, algo muy valioso en épocas de reconstrucción para ir evolucionando.

Después, ya más maduro el equipo, ha sabido incluso hasta sobrevivir a su ausencia. Y a su extraña falta de puntería. Se perdió Lewandowski tres jornadas por sanción y el Barça sumó nueve puntos de nueve con un triple 1-0. Y es capaz el equipo de Xavi de ganar al Sevilla por 3-0 sin ningún tanto del ‘Pichichi’ de la Liga

En el Madrid, en cambio, Benzema se ha caído. Se ha caído físicamente, castigado por las lesiones (se ha perdido ocho jornadas aquejado de varios problemas físicos), lo que ha lastrado el rendimiento de tal manera que solo ha anotado 9 goles. En la temporada pasada, había logrado 14 tantos. Ahí se explica uno de los grandes defectos del Madrid.

Christensen agarra a Rodrygo, lo que supuso una tarjeta amarilla.

Christensen agarra a Rodrygo, lo que supuso una tarjeta amarilla. / STR / Efe

Impacto positivo de los fichajes en el Camp Nou; gris, en el Bernabéu

Más de 150 millones invirtió el Barça en reconstruir la plantilla gracias al impulso de las palancas económicas. Le salió bien porque rentabilizó, al menos, en España al delantero que necesitaba (Lewandowski) además de los defensas indispensables (Koundé costó 55 millones y Christensen llegó a coste cero) para proteger a Ter Stegen.

El Madrid invirtió casi el 50% menos en reforzar la plantilla campeona de Liga y de Europa. Y todo en un solo jugador. Tras el fracaso de la apuesta Mbappé, depositó 80 millones en Tchouaméni (22 años) que debía ser el ancla del equipo tras la inesperada marcha de Casemiro al Manchester United, que dejó 70 millones. También llegó Rüdiger, con la carta de libertad bajo el brazo, procedente del Chelsea. No ha tenido, sin embargo, impacto positivo ninguno de los dos en el juego del Madrid.

El joven francés ha sufrido un problema muscular que ha retrasado su adaptación, mientras los azulgranas, superados diversos problemas físicos, se han convertido en los pilares del liderato del Barça, cimentado en una defensa nueva, sin rastro apenas de las ‘vacas sagradas’, retirado Piqué y con Alba asumiendo con dignidad y excelente rendimiento el rol de suplente de Balde.

Raphinha comienza a ser trascendente (cuatro goles en Liga y cuatro asistencias) aprovechando la lesión muscular de Dembélé. Rodrygo suma también cuatro tantos con el Madrid y una asistencia más (cinco) que Raphinha. Vinicius, con más minutos que sus dos compatriotas brasileños, firma siete goles y tres asistencias.

Ancelotti y Xavi posan con la Supercopa en el estadio de Riad. 

Ancelotti y Xavi posan con la Supercopa en el estadio de Riad.  / EFE/RFEF/Pablo García

Xavi y el beneficioso cambio de sistema ante el inmovilismo de Ancelotti

El Barça es uno con dos extremos y parece otro con solo uno y cuatro centrocampistas. Más estable y conjuntado, incluso más bonito de ver. Los resultados confirman la diferencia: tres victorias de nueve el primero, seis de siete el segundo.

Xavi ha ido modelando el sistema hasta hallar la fórmula ideal reuniendo a cuatro centrocampistas: Busquets, Pedri, De Jong y Gavi, adaptado este último al rol de falso extremo izquierdo. Ante el Sevilla se estrenó Kessié en el engranaje con la prematura lesión de Busquets, que estará ausente entre dos y tres semanas por el esguince de ligamentos del tobillo que se produjo.

Ancelotti usa la figura del falso extremo con Valverde y la cambia cuando emplea, muy pocas veces, a Rodrygo. El técnico italiano mantiene la estructura de los últimos años avalado por los títulos. Poco amigo de intervenir, tras el chasco del 0-4 del clásico de la temporada anterior, se echa en manos de la calidad de los futbolistas para impedir que los desperfectos del campo se trasladen al marcador.  

Karim Benzema

Karim Benzema / .

Puntuación de récord

Con 50 y 45 puntos al cierre de la primera vuelta (53 y 45 al inicio de la segunda), los dos grandes han expulsado a los demás de su tradicional mano a mano para conquistar la Liga. La proyección de puntos que insinúan es altísima, fuera del alcance del Atlético de Madrid, que ni siquiera es tercero.

Más errático que de costumbre, el conjunto de Cholo Simeone, eliminado de la Copa y de la Champions, tiene como prioridad asegurar la plaza europea. Es la Real Sociedad la tercera en discordia, aunque sin capacidad real para entrometerse y disputar el título. "No quiero un récord; quiero ganar la Liga aunque sea con 70 puntos", dijo Xavi.

Los ocho puntos de distancia abren una brecha considerable a falta de un mes (18 o 19 de marzo) para el segundo clásico de la Liga. Antes (2 de marzo) y después (5 de abril), Madrid y Barça disputarán la semifinal de Copa. 

El delantero belga del Real Madrid, Eden Hazard, durante el encuentro correspondiente a la jornada decimoctava de primera división que disputaron hoy domingo frente al Cádiz en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE / Kiko Huesca.

Efe

Fondo de armario útil y casos perdidos en el Bernabéu

Con 22 jugadores se ha quedado Xavi tras las pérdidas de Piqué (retirado), Bellerín y Memphis, traspasados. No le sobra nada al técnico azulgrana, teniendo en cuenta que el joven Pablo Torre es el menos utilizado de la plantilla (202 minutos) y que los dos porteros suplentes (Peña y Tenas) solo jugarán en caso de necesidad. Todos los demás, excepto Sergi Roberto, superan los mil minutos de juego.

El Madrid tiene 23 jugadores, pero en realidad tiene 19. Asensio, Ceballos y Lucas Vázquez están igual que Sergi Roberto. Pero hay cuatro casos perdidos para Ancelotti, cuatro futbolistas que no cuentan para nada: Vallejo (56 minutos), Odriozola (57), Mariano (44) y, el más sangrante de todos, un Eden Hazard (297) que avergüenza al madridismo.  

Pruna, médico del Barça, acompaña a Busquets tras su lesión en el tobillo junto a De Jong.

Pruna, médico del Barça, acompaña a Busquets tras su lesión en el tobillo junto a De Jong. / Jordi Cotrina

Una plantilla más sana

El año pasado hubo 22 incidentes de lesión en la plantilla entre agosto y enero que implicaron como mínimo dos partidos de ausencia, sin incluir entre ellos las operaciones de Ter Stegen, Ansu Fati y Dembélé anteriores al inicio de los entrenamientos. En esta campaña ha habido 10, 11 si contamos también el esguince sufrido por Busquets el domingo.

El uso de los canteranos, esta vez, se ha limitado a completar convocatorias, cuando en la primera temporada de Xavi, compartida con Koeman, tuvieron que desempeñar un papel más preponderante.

La lesión de Courtois en el calentamiento de Mallorca redunda en el peor estado físico del Madrid. No ha sido el único percance del meta belga, fundamental en el Madrid, aquejado de habituales problemas de espalda. Carvajal y Vázquez han dejado desnuda la defensa, Tchouaméni lleva un mes sin jugar, Militao y Alaba han pasado por la enfermería y los músculos de Benzema acusan los años y el desgaste.

Gavi evita a Carvajal y bate a Courtois en el 0-1 del Barça al Madrid en la final de la Supercopa de España en Riad.

Gavi evita a Carvajal y bate a Courtois en el 0-1 del Barça al Madrid en la final de la Supercopa de España en Riad. / Afp

Las ganas de ganar

Decían los gurús del madridismo tras la derrota de la Supercopa que el Madrid no había atendido la competición con la devoción que sí exhibió el Barça, mucho más necesitado de la gloria de los títulos. El equipo blanco, vigente campeón de Liga y de Champions, vive con el mono de perpetuar la racha europea, con cuatro títulos en los últimos siete años, como si desdeñara asuntos menores.

El palmarés de los azulgranas está vacío, salvo breves excepciones, como Busquets, Alba, Sergi Roberto y Ter Stegen, exiguos testigos de los buenos tiempos, y Lewandowski, cuya vitrina está en Múnich. La motivación y la entrega, representada por el optimismo contagioso de Gavi, es el combustible que alimenta el motor del equipo en busca del título.

Suscríbete para seguir leyendo