El Barça cierra la primera vuelta con brillantez

Lo que antes hacían Alba y Messi, ahora lo repiten Balde y Raphinha. Aquella sociedad que brindó tantos éxitos se ha transformado en la moderna pareja que rubricó la excelente primera vuelta de un Barça que invita a soñar con aquellos años de gloria lejanos. De momento, anda el proyecto de Xavi a medio camino de sus predecesores, pero con paso firme, convertido en un líder inabordable.

La otra función indispensable, la de marcar goles, corre a cargo de Robert Lewandowski, que reapareció con el gol que le mantiene sólido en su clasificación particular de realizadores. Y la de evitarlos la sigue desempeñando Ter Stegen, rejuvenecido por la excelente marca que va dejando, con solo siete tantos recibidos.

La eficacia en las dos áreas es la principal virtud del Barça, tanto el que se emborrona en Girona como el que brilla para batir al Betis, que soñó cinco minutos con la gloria de un empate que ni siquiera merecía. Ni tuvo la pelota ni marcó el gol, sino que se lo concedió Koundé.

Dominio azulgrana

El Barça acentuó su pretensión de poseer el balón para neutralizar a un Betis capaz y mucho con la pelota, y que sólo pudo activar sus ataques a partir de algún robo. Lo conseguía muy lejos, de lo embotellado que estaba por el dominio visitante. Defendió con muchos jugadores y supo cortar las vías de conexión entre Lewandowksi y sus compañeros durante mucho rato.

Antes de que el goleador polaco rematara en su reaparición, lo hicieron dos veces Pedri y una Raphinha. Quedó acreditada la diferencia entre uno y los otros, y también acreditado por qué el Betis es el tercer equipo menos goleado. Enfrente estaba la mejor defensa, la del Barça. Dos de los equipos que mejor juegan para la vista son los dos que mejor se defienden según los números. Vaya vaya. Cara a cara, se advirtió la superioridad técnica visitante en el manejo de la bola bajo presión. El índice de pérdidas fue menor, y eso le permitió vivir mucho tiempo en la parcela local. El problema es que no supo aprovecharla en el primer tiempo, cuando un gol había suavizado la bajada hacia el final.

Las miradas sobre Raphinha

No hubo más osadía y atrevimiento en el ataque barcelonista como demandaba Xavi; solo fue perceptible un puntito más de riesgo en breves conducciones de Araujo y Christensen, y De Jong, inofensivas de lo lejanas que eran de la portería de Rui Silva. Raphinha anotó sobre la línea y Lewandowski pilló un balón suelto.

La ausencia de Dembélé vuelca todas las miradas sobre Raphinha, que ha escrito mejores números que sensaciones entre los culés. Sólo está él de delantero, fuera de toda discusión Lewandowski, y apartados del examen de goles y estadísticas Gavi o Pedri, conceptualizados como interiores aunque ejerzan en la primera línea. Tuvieron una oportunidad cada uno y confirmaron que la cualidad del remate pueden perfeccionarla. Tienen mucho tiempo por delante. Son veinteañeros.

Pitado Gavi por desamor

Ni eso es Gavi, que honró el ilustre número que estrenó. En el escenario más emblemático posible: en el campo de su Betis, el anterior equipo al que perteneció. El Villamarín miró al chaval de Los Palacios con el fastidio de pensar que fue suyo. Por eso le pitaron al ser sustituido. Seguramente, en el ecosistema del Betis no habría llegado tan pronto al lugar en el que está, convertido en un elemento básico, fundamental, en el Barça.

A esa categoría pertenecía Raphinha, integrante del once de las grandes ocasiones: el que batió al Madrid, el que eliminó a la Real Sociedad. Estuvo igual que Dembélé en un mal día, con más muescas en el capítulo de errores, y capaz de borrarlas con un acierto. Igual que el espeso Lewandowski. La ventaja de los delanteros para redimirse.

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