Análisis
La contracrónica del Madrid-Barça: Xavi vuelve a los cuatro peloteros
Gavi fue el interior desplazado al extremo izquierdo pero definió como el mejor delantero: un gol y dos asistencias
Joan Domènech
Joan DomènechPeriodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
Cuatro centrocampistas para otro partido grande. Xavi ha llegado a la conclusión de que le interesa más fomentar el control del balón ante los rivales de mayor entidad. Jugó con los cuatro medios ante el Atlético en la Liga y repitió la misma fórmula ante el Madrid en la Supercopa.
Triunfó en el Metropolitano con muchos apuros, y triunfó en Riad con una excelente actuación para arrebatarle al gran rival la Supercopa. Después del 0-4 en el Bernabéu la pasada campaña, llegó el 1-3 de Arabia Saudí que tal vez marque un punto de inflexión. Cuando menos, tuvo el valor de todo un título.
Xavi confía en cuatro (De Jong, Busquets, Pedri y Gavi) de los cinco centrocampistas que tiene, convertido Kessié en un recambio para segundas partes, sea para insuflar fuerza en ataque, sea para aumentar la capacidad defensiva.
Busquets es el único que no se mueve de su posición, ya que es un especialista como mediocentro. En el Metropolitano usó el técnico a Gavi como interior derecho y a De Jong por el carril izquierdo, con Pedri ubicado en el extremo izquierdo. Era un simple punto de partida, ya que su misión era moverse hacia el centro para facilitar más opciones de pase y ceder la banda a Balde.
En Riad, y ante el Madrid, De Jong pasó a la derecha y Pedri al interior izquierdo. Fue Gavi el enviado especial al extremo izquierdo. Con la misma misión que Pedri: ayudar a la combinación interior.
En el repliegue, el Barça se cobijaba en un 4-2-3-1, con De Jong en el doble pivote con Busquets, y una línea por delante con el extremo derecho (Dembélé) y el izquierdo (Gavi) en las bandas, y el interior izquierdo (Pedri) centrado.
Gavi fue más incisivo que Pedri. Suele ser más vertical y enérgico que su amigo canario. Menos virtuoso y paciente. Directo como ha de ser un delantero, Gavi enfocó la portería de Courtois, y no se anduvo con adornos. Había robado Busquets la cartera a Camavinga, en la mitad de cancha blanca, y con una rápida transición el balón pasó por Dembélé, Pedri y Lewandowski hacia Gavi, que controló y cruzó el remate con la izquierda ante Courtois.
Lewandowski asistió a Gavi y Gavi asistió luego a Lewandowski. El 0-2 fue una jugada construida por el Barça, empezada y acabada con la misma velocidad que la primera. A un toque por parte de cada interviniente, menos el asistente, que usó dos para controlar y pasar la bola en las mejores condiciones.
Más fácil le resultó a Lewandowski definir, también solo mano a mano ante Courtois. Pedri no tenía siquiera al portero delante cuando se coló en el segundo palo para recoger la segunda asistencia de Gavi para anotar el 0-3.
En las dos primeras jugadas quedó retratado Dani Carvajal, el lateral derecho. En la línea de la pasividad de sus compañeros en el primer tiempo, el lateral blanco brindó a Gavi la libertad soñada por cualquier delantero. Ancelotti le retiró cuando el mal ya estaba hecho, agujereado el Madrid como nunca.
En el 0-1 estaba el defensa blanco completamente abierto a la banda, de forma tan innecesaria como temeraria. Camavinga, cuando perdió el balón ante Busquets, le daba la espalda.
En el 0-2, Carvajal fue un imprudente al acudir a una presión a la zona de medios que pertenecía a Modric (tampoco estaba en su sitio), junto con Militao, otro suicida. Llegaron tarde para acosar a De Jong. Los dos dejaron un solar a su espalda. Siendo grave eso, la calamidad era que Gavi andaba por allí, tan tranquilo. Se puso a correr el pequeño futbolista sevillano por el carril y echó una ojeada a Lewandowski, a la espalda del desvalido Rüdiger.
Fracasó el lateral derecho del Madrid y triunfó el lateral derecho del Barça. Carvajal quedó desnudo ante Gavi y Vinicius se marchó acomplejado después de reencontrarse otra vez con Ronald Araujo. Central en el Metropolitano y lateral en Arabia, Xavi intercambió la posición del uruguayo con la de Koundé para que el pico de velocidad de Araujo, el más alto de los defensas blaugrana, sirviera para frenar a Vinicius. Sirvió.
Fue el brasileño el más incisivo de su equipo, pero nunca pudo liberarse de Araujo, que utilizó su inmenso cuerpo, y los brazos y las piernas, para impedirle que pudiera progresar al área. Andaba cojo el Madrid porque usaba la misma fórmula que el Barça, con un extremo falso en la figura de Fede Valverde, invisible. Poco más hizo Rodrygo al salir.
Vinicius respiró cuando Araujo pidió el cambio, pero no le quedaba ni tiempo ni partido para hacer nada. Koundé fue tan riguroso como su compañero.
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