MUNDIAL DE QATAR

Bellerín y el Mundial de Qatar: "No sé si lograría disfrutar de la carga de 6.500 fallecidos"

Cosas que no sabías sobre Bellerín: el jugador más moderno y estiloso del fútbol

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El defensa del Barcelona Héctor Bellerín denunció la muerte "de 6.500 personas" en la construcción de los estadios del Mundial de Qatar y admitió que no sabe si hubiese podido disfrutar al máximo del torneo como profesional si finalmente hubiera sido convocado por el seleccionador de España, Luis Enrique Martínez.

"Como futbolista, no estar en Qatar y en la selección es algo que me entristece, pero hay una parte de mí que se alegra. No sé si lograría disfrutar de la carga de las 6.500 personas fallecidas en el proceso de un simple Mundial de fútbol. Personas de países como Pakistán o Bangladesh, la mayoría hombres de 30 a 40 años que lo único que buscaban era una vida digna para ellos y para sus familias", manifestó.

Bellerín, que siempre se ha posicionado públicamente en favor de los derechos humanos y de distintas causas sociales, hizo estas declaraciones tras recoger, en Madrid, uno de los premios 'GQ Hombres del Año' que otorga esta revista española de moda, tendencias y actualidad.

"El fútbol, como siempre, es un poquito el reflejo de nuestra sociedad. La avaricia y el egoísmo no tienen limite, seguimos agrandando todo lo que nos separa y esto solo lleva al desencuentro y a la desigualdad", lamentó durante su parlamento el lateral catalán.

En la entrevista a la revista GQ, Bellerín habla también de la sostenibilidad en la moda, la ropa de segunda mano -“hace dos años que no compro ropa. Es un modelo que no es sostenible. No tiene sentido producir cosas que ya existen. Me encanta Wallapop”- y otros temas sociales que le inquietan como la protección del colectivo LGTBI, la polarización, la defensa de la igualdad y el respeto a los derechos humanos.

“No es una cuestión de leyes. En España estamos por detrás de Reino Unido en cuanto a aceptación social no solo del colectivo LGTBI, sino de personas de otras razas, religiones o incluso que tengan ideas políticas diferentes. Hace 50 años vivíamos en una dictadura y hay heridas que no se han curado. Ahora mismo están arraigando ideas fascistas porque la gente ve que el sistema les da de lado y que no hay una solución para ellos. Sí que la hay, pero siempre debe ser desde el diálogo, el respeto y la aceptación del otro. Hay que ayudar a los colectivos que hayan estado oprimidos, hay que cederles espacio para que se escuche mejor su voz. Es la única manera de avanzar y de conocer y respetar a los demás. Nosotros que somos los que estamos en el foco público somos los primeros que debemos ayudar y apoyar”.