CITA A LAS 16.15 H.

El clásico de la euforia del Madrid y la crisis del Barcelona

El Barça acude a Madrid con las dudas que inspira su juego y las críticas por el fiasco europeo mientras los blancos se mecen con su álgido estado de ánimo habitual. Pero el mejor inicio blanco en 11 años solo le sirve para ser segundo. 

Entrenamiento del FC Barcelona Xavi espera la llegada de todos los jugadores para repartir instrucciones.

Entrenamiento del FC Barcelona Xavi espera la llegada de todos los jugadores para repartir instrucciones. / Alejandro García / Efe

Joan Domènech

Joan Domènech

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"Un optimista ve una oportunidad en cada calamidad", dijo Winston Churchill, y Xavi Hernández, que se declara optimista por naturaleza, ve una oportunidad en cada calamidad. O en cada partido, que para el caso es lo mismo, aunque suene exagerado. El partido ante el Inter era una oportunidad, dijo, que acabó fallida, y el clásico ante el Madrid es una oportunidad, repitió el entrenador del Barça. Una oportunidad para mejorar, para ganar, para reparar malas sensaciones. 

"Estamos haciendo una Liga espléndida", quiso recalcar Xavi para rebatir la idea que el Barça pudiera estar encaminándose hacia el matadero del Bernabéu. El equipo se presenta a la cita con la posesión del liderato, fruto de siete victorias y un empate en ocho jornadas, 20 goles a favor y uno en contra. 19 -7 el Madrid.

Un poco más líder

Es tan líder, o un poco más líder que el Madrid, aunque no lo parezca porque los blancos se pasean por la Champions como por su casa y el Barça vive "la crueldad" de comprobar en cada partido, en cada calamidad, que su nivel no le alcanza para competir, al punto de que en el cuarta jornada está virtualmente relegado a la Europa League. El equipo de Ancelotti ha firmado el mejor inicio de los últimos 11 años y solo le sirve para empatar a puntos con el de Xavi.

Los azulgranas recuperan a Koundé, que será titular, y los blancos pierden a Courtois. 

Anda el Madrid balanceándose en la euforia y el Barça fustigándose en la crisis habitual. A ambos clubs les cuesta poco mecerse en ese estado de ánimo, tal que fuera parte de su esencia. Se reencuentran igual que cuando se midieron por última vez, excepto el bolo veraniego de Estados Unidos, saldado con triunfo azulgrana, por cierto. En aquella cita de marzo, el Barça se presentaba a 15 puntos de distancia y con cinco derrotas consecutivas tatuadas en la piel en los pulsos directos. Era una oportunidad en medio de la calamidad, entonces sí, y aquel Barça desahuciado se llevó un aplastante 0-4, con goles de Aubameyang (dos), Araujo y Ferran Torres, que puede ser titular. 

Balde, Raphinha, Torre y De Jong, en un ejercicio.

Balde, Raphinha, Torre y De Jong, en un ejercicio. / Alejandro García / Efe

Cambios cantados

"El año pasado intenté inventar algo y me dieron un palo", admitió Carlo Ancelotti. El precedente impedirá que tenga un ataque de entrenador. El gran duelo llega demasiado pronto para decidir algo en una Liga que andará entre los eternos rivales.

Xavi barruntaba "salirse del guión". Hará varios cambios respecto al once estrella que alineó frente al Inter. Por la necesidad de hacer rotaciones y por voluntad de forzar una reacción en el rendimiento del equipo. Jules Koundé será titular. El rompecabezas del técnico egarense está en la elección de los laterales; sobre todo, el derecho, quien deba lidiar con Vinicius. El Madrid perdió definitivamente a Thibaut Courtois.

Koundé, rodeado de Marcos Alonso, Pedri y Busquets, antes de recibir el alta.

Koundé, rodeado de Marcos Alonso, Pedri y Busquets, antes de recibir el alta. / Alejandro García / Efe

"Sí, hace falta más músculo: el cerebro, para atacar mejor, para tomar mejores decisiones, para saber contemporizar en una transición de uno contra cinco..."

— Xavi Hernández / Entrenador del Barça

"Un clásico es impredecible. Es el partido en el que menos importancia tiene el inmediatamente anterior. Estás tan pendiente de él que te olvidas de donde vienes", analizó Xavi, conjugando el revitalizante recuerdo de aquella goleada con el frustrante 3-3 frente al Inter, que ha recuperado el viejo discurso de la falta de músculo azulgrana. "Sí, hace falta más músculo: el cerebro, para atacar mejor, para tomar mejores decisiones, para saber contemporizar en una transición de uno contra cinco...", desgranó. De las críticas a la defensa, a la delantera.

Mala nota

Él también ha quedado salpicado como autor de este Barça. Aunque desea retrasar el análisis al final de temporada –"hay que tener calma y paciencia"–, admitió que «la nota en Europa no es buena» y aceptó su cuota de críticas.

Rodrygo y Vinícius, en el entrenamiento madridista de Valdebebas.

Rodrygo y Vinícius, en el entrenamiento madridista de Valdebebas. / Real Madrid

"Lo entiendo perfectamente, sé dónde estoy y tengo empatía. Estamos fallando, fallamos el día que no podíamos fallar", aceptaba, al mismo tiempo que considera que su proyecto está "en construcción" y que no pierde la fe ni mucho menos a mediados de octubre. "Seré honesto conmigo mismo y como culé, y no seré un problema para el Barça: el día que no me vea como una solución, me iré para casa", aseguró. Ancelotti también restó dramatismo al desenlace del encuentro, tan prematuro en el calendario como anticipado en la agenda del día.

El pragmatismo contra el estilo, la euforia contra la crisis. Como siempre. Llega el clásico 250.  

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