Benzema-Lewandowski, al gol no le salen arrugas

A Karim Benzema le esperan el lunes en París para recoger su primer Balón de Oro. Tiene todo preparado (traje, discurso y hasta mensaje después de estar viviendo años en el Bernabéu bajo la dictadora sombra de Cristiano), aunque antes de volar hacia su país le aguarda un clásico especial.

El último antes de ser nombrado, y ya de forma oficial por France Football, como el mejor jugador del mundo en la pasada temporada, rompiendo así el monopolio de Messi (siete Balones de Oro) y Cristiano (cinco). Y lo recibirá, curiosamente, cuando ese excelso nivel que llevó al Madrid a conquistar el doblete (Liga y Champions) ha descendido.

"Sí, puede que él sea uno de los favoritos, así que si no lo cancelan probablemente lo gane", recalcó con indisimulada ironía Robert Lewandowski, el nueve del Barça, esta misma semana en una entrevista con Movistar + recordando aquel 2020 en que llevó al Bayern Múnich a la conquista de la Champions, provocando, además, el cruel 2-8 al equipo de Setién, Messi, Suárez en Lisboa.

Trasfondo distinto

Pero entonces, y debido a la pandemia, la entrega del Balón de Oro se canceló, por lo que el polaco se quedó sin acurrucar y besar esa dorada pelota, por mucho que la FIFA le otorgara luego, ya en el 2021, el premio ‘The Best’ por delante de Messi y Salah, galardón que Lewandowski ya había logrado antes (2020).

A Benzema no le cancelarán el premio como sí hicieron con él. Ambos tienen antes un duelo que librar. El tradicional pulso de ‘nueves’ con un trasfondo distinto.

Durante casi una década, jugadores que no eran ‘nueves’ (Cristiano en el Madrid, orillando el talento de Benzema; Messi, en el Barça, superando a maestros del gol como Etoo, Henry, Villa o Luis Suárez) asumieron el rol de absolutos protagonistas. Tan absolutos como clásicos y determinantes.

Necesitó Benzema que se marchara Cristiano para expresar todo su talento y erigirse en la nueva estrella madridista

A Benzema, que cumplirá 35 años en diciembre, le ha venido la segunda, tercera o cuarta juventud en la recta final de su carrera. No solo por el impacto que ha tenido en el Madrid (suya es la última Champions junto a las manos y los pies de Courtois) sino porque se ha sentido el verdadero y casi único dueño del proyecto de Ancelotti, entregado a su talento y, sobre todo, a su generosidad.

Juega Karim para Benzema. Y juega Benzema para el Madrid de los diablos brasileños (Vinicius y Rodrygo) sostenidos por el vigor físico de Militao, Alaba, Mendy, Tchoumaeni y la infinita clase de Modric.

No marca en Liga desde agosto

No es, sin embargo, el deslumbrante Benzema que trituró en la Champions pasada llevándose por delante a Paris SG (Messi, Mbappé y Neymar), Chelsea (era el vigente campeón entonces), Manchester City, quebrando el sueño de Guardiola, y Liverpool en la final desmontando la obra de Klopp.

"Le he visto mucho mejor esta semana y creo que en el clásico veremos al Karim de siempre"

— Ancelotti, técnico del Madrid

Firmó el francés unas cifras escandalosas anotando 15 goles en los 12 partidos europeos que jugó. Ahora, no está tan fino. Su último gol en la Liga data de finales de agosto cuando resultó decisivo en el triunfo sobre el Espanyol (1-3) en Cornellà-El Prat. Marcó dos tantos en el tramo final (m. 88 y m. 90+10). Luego, la sequía liguera.

Dos goles al Inter estériles

"Le he visto mucho mejor esta semana y creo que en el clásico veremos al Karim de siempre", adelantó Ancelotti, convencido de que recuperará a ese ‘nueve’ moderno y asociativo que ejerce, al mismo tiempo, de líder de un Madrid que vive tranquilo, alejado de las turbulencias que sacuden al Barça de Lewandowski.

Uno de cada dos tiros de Lewandowski que van a la portería contraria (48%) acaban en gol, transformado en la mejor garantía para el Barça

El polaco es un ‘nueve’ antiguo, al que le encanta vivir en el área ajena, aunque ya demostró en Múnich y ahora vestido de azulgrana que sabe hacer muchas cosas más. El miércoles, sin ir más lejos, cumplió con su trabajo ante el Inter: dos goles en la Champions. El problema es que detrás suyo no tiene la red de seguridad necesaria para que su inmensa productividad ofensiva se traduzca en el marcador.

Juega mucho más el polaco que el francés. Y casi rematan lo mismo. Benzema lleva 28 tiros, 10 a puerta y tres goles en 450 minutos de Liga. Lewandowski suma 31 disparos, 19 a puerta y ocho tantos en 629 minutos.

O sea, uno de cada dos tiros que van a la portería contraria (48%) acaban en gol para el delantero azulgrana, transformado en la mejor garantía para el Barça. A veces, casi la única dejando claro que al gol nunca le salen las arrugas.

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