ANÁLISIS DE UN FATAL EMPATE

Las claves tácticas del Barça-Inter: El doble error de Piqué desató el caos

Piqué fue superado por Barella en la jugada del 1-1 del Inter en el Camp Nou.

Piqué fue superado por Barella en la jugada del 1-1 del Inter en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

Marcos López

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En un inexplicable proceso autodestructivo el Barça se desintegró en la segunda parte cuando recibió tres goles, producto de errores individuales. Pero no solo se argumentan por esos fallos de Piqué y Busquets sino porque el equipo no tuvo estabilidad ni cohesión para construirse a través de la pelota.

Decepción en las caras de Piqué y Busquets tras el segundo gol del Inter 

Decepción en las caras de Piqué y Busquets tras el segundo gol del Inter  / JORDI COTRINA

El agujero estaba en el centro

Cada gol del Inter, y fueron tres, certificó el impresionante boquete defensivo originado en el eje de la zaga del Barça. El gol de Dembélé supuso una inyección de adrenalina para el Camp Nou. Pero todo se esfumó cuando Piqué cometió un imperdonable doble error para facilitar, ¡y de qué manera!, el empate de Barella. El primer error fue quedarse enganchado sin seguir a sus compañeros para adelantar la línea defensiva y dejar en fuera de juego al centrocampista del Inter. El segundo error fue aún peor que el primero porque dejó pasar el centro como si la pelota no fuera con él. Entonces, llegó Barella a la frontal del área pequeña para fusilar a Ter Stegen impactando de forma trágica en la estabilidad del Barça. Se desplomó. 

Busquets y Piqué, tras uno de los goles del Inter en el Camp Nou.

Busquets y Piqué, tras uno de los goles del Inter en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

La fatal pérdida de Busquets

El primer gol del Inter llegó por el centro. Y el segundo, el de Lautaro, también. Su disparo tocó primero en el poste derecho y luego en el izquierdo antes de acurrucarse en la red azulgrana, como consecuencia de otro trágico fallo del Barça. Una pérdida de Busquets fue el prólogo del segundo tanto italiano que aprovechó, de nuevo, el boquete defensivo dejado en el centro de la zaga.

Por ahí llegó el 1-1. Por ahí llegó también el 1-2 porque Eric García no supo desarticular a Lautaro, que bailó tranquilamente sobre la frontal del área antes de engatillar ese disparo que deprimió al barcelonismo.

Xavi enfadado en la banda tras recibir el gol del empate 

Xavi enfadado en la banda tras recibir el gol del empate  / JORDI COTRINA

Sergi Roberto, en el innovador y arriesgado 3-4-3

En el innovador 3-4-3 que dibujó Xavi había un rol muy especial para Sergi Roberto. Innovador y atrevido porque quiso llenar el centro del campo. Y lo consiguió adelantando a Sergi Roberto, que redescubrió viejas sensaciones de cuando era interior. Su posición natural hasta que Luis Enrique lo recicló como lateral diestro.

Allí empezó ante el Inter, pero, en realidad, vivió más cerca de Onana que de Ter Stegen. Hasta tres disparos (uno a puerta, dos fuera) firmó Sergi en los primeros 45 minutos, retrato de la voracidad ofensiva que mostró asistiendo a Dembélé en el 1-0.

Pero luego en la segunda mitad se vio superado Sergi Roberto por el desgobierno vivido en el Barça. Hasta acabó siendo sustituido por Kessié en otro claro gesto de rendición de Xavi.

Ter Stegen atento con su brazo izquierdo para desviar el balón.

Ter Stegen atento con su brazo izquierdo para desviar el balón. / JORDI COTRINA

Ni un gran Ter Stegen pudo parar el descontrol

El partido tuvo un vertiginoso ritmo desde el inicio. Ni se había llegado al cuarto de hora y el Barça ya había lanzado cinco saques de esquina, sin generar peligro alguno en esas acciones a balón parado. Por mucho que Xavi ordenara el cambio de lanzador (Raphinha dejó su sitio a Dembélé porque sus centros no pasaban del primer palo italiano, facilitando su defensa), el equipo no estuvo lúcido.

Además, en ese intercambio de golpes con el Inter, cometió un par de errores gravísimos. Una falta lateral, horriblemente defendida por el Barça, topó con el larguero para suerte de Ter Stegen, quien asistió impotente al remate de Dzeko desde el área pequeña. Primer y desoído aviso del equipo de Inzahgi. Luego, en un saque de esquina a favor del Barça, se mascó la tragedia porque Gavi se enredó con la pelota provocando el contragolpe del Inter. El balón llegó demasiado fácil a Dumfries, quien se estrelló con el poderoso brazo izquierdo de Ter Stegen, que ejerció de muro.

Pero no fue suficiente para evitar el descontrol del Barça teniendo al alemán como el mejor jugador de una noche trágica en lo futbolístico.

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