CLAVES DE LA INESPERADA CAÍDA

¿Por qué el Barça se encogió y dejó de volar?

Xavi da instrucciones a sus jugadores en el Barça-Celta del Camp Nou.

Xavi da instrucciones a sus jugadores en el Barça-Celta del Camp Nou. / Jordi Cotrina

Marcos López

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En el peor momento del curso, justo cuando está a punto de librar este miércoles una final europea en la cuarta jornada de la Champions y prepara el viaje al Bernabéu para disputar el domingo el clásico contra el Madrid, el Barça se ha apagado como demuestra su sufrido triunfo sobre el Celta (1-0). En nada se parece a aquel equipo exhuberante y goleador que arrancó el curso ("hace tres semanas volábamos", contó Xavi), a quien parece que le han cortado las alas.

Hay una frontera cronológica que retrata tan súbito e inexplicable cambio. Hay un Barça antes del parón de las selecciones y otro después. "Ahora no volamos, admitió el técnico tras el sufrido triunfo sobre el Celta, que lo perdonó en el Camp Nou en una desastrosa segunda mitad en la que resistió gracias a Ter Stegen, quien lleva unos números escandalosos en la Liga. Ha parado el alemán 19 de los 20 remates a puerta recibidos esta temporada, según datos de Opta, con un 95% de acierto, el más alto entre los porteros de las cinco grandes Ligas.

Llega el Barça como líder al clásico (22 puntos de 24 posibles, con una escandalosa cifra de 20 goles y solo uno en contra, el de Isak en San Sebastián) y con la soga al cuello en Europa, buscando remedio a tan inesperado desplome en su juego.

Ferran Torres se lamenta de una ocasión fallada ante el Celta en el Camp Nou.

Ferran Torres se lamenta de una ocasión fallada ante el Celta en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

Caída futbolística

Se ha caído el Barça. Con numerosos jugadores lesionados (hasta siete han llegado a coincidir en la enfermería) y con un juego pobre, simple, al que le ha faltado gobierno de los partidos, entrando en escenarios que no domina.

Las ausencias de Koundé, se rompía con Francia, y Araujo, disputó un minuto en un amistoso con Uruguay y acabó en un quirófano de Finlandia, han resquebrajado la estructura defensiva del equipo. Le han desprovisto de su mejor tesoro. Piernas frescas, capacidad de corrección, valentía para vivir lejos de la portería de Ter Stegen y sin vértigo a tener 40 o 50 metros a su espalda.

Basta ver cómo terminó el Barça ante el Celta, parapetado en su área pequeña, achicando balones, colgado casi del larguero del portero alemán. Nada que ver con el equipo anterior al parón. "Hemos sufrido, hemos sufrido… Cuando bajamos la intensidad, el Celta jugó muy bien y psicológicamente estábamos nosotros con el ‘ay, ay, ay! Nos han sometido en los últimos minutos con dos o tres jugadas en las que podían haber hecho perfectamente el empate", reconoció un aliviado Xavi.

"Hay que jugar mejor a fútbol. Nos damos cuenta de cuando bajas la intensidad y la presión alta pues…No buscamos excusas, no buscamos. No hay, no hay... Lo de la segunda parte no puede pasar. No me escondo, debemos afrontar los dos partidos como lo que son dos finales", admitió el técnico. El problema del Barça es que no encuentra soluciones.

Xavi se enfada durante el Barça-Celta en el Camp Nou.

Xavi se enfada durante el Barça-Celta en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

En el parón se quedó el mejor Barça

Antes del parón, el Barça, usando el vocabulario de Xavi, volaba. Ocho partidos, seis victorias, un empate (el 0-0 inicial contra el Rayo) y una derrota (2-0 en Múnich). Jugaba bien, dominaba los partidos con la contundencia de Lewandowski y marcaba goles. Mucho goles. 24 tantos en ocho encuentros. O sea, una media de 2.87 por partido.

Tras el maldito parón (se pasó de 0 lesionados a 7), a Xavi se le ha desmoronado el equipo. No solo en el juego sino también en la fabricación de ocasiones, expuesto además al impacto negativo que le han dejado Mallorca, Inter y Celta. Ha perdido gol. Apenas tres en los últimos 270 minutos, descendiendo hasta un alarmante 0.66 por partido.

"Debemos mejorar mucho en el juego, pero mucho", confesó Xavi tras asistir a una de las peores segunda parte que se recuerda en su época. "No estoy satisfecho de la segunda parte, hemos tenido que sufrir porque no estuvimos finos", añadió el técnico, quien tiene claro la existencia de dos Barça en apenas tres meses.

"El bajón puede tener un argumento en el parón de selecciones, hemos tenido lesiones, hay muchos factores", explicó el técnico. "Otro argumento es que llevamos muchos partidos seguidos, que jugamos cada tres días o que hemos viajado mucho. En fin, las lesiones… Pero lo que sabemos es que no estamos como hace unas semanas, debemos jugar mejor al fútbol e igualar en intensidad para ganar los duelos", reclamó Xavi, instando a su equipo "a apretar los dientes para sufrir".

Gavi y Pedri festejan el 1-0 del Barça al Celta en el Camp Nou.

Gavi y Pedri festejan el 1-0 del Barça al Celta en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

Misterio en el centro del campo

Es la línea que menos toca Xavi porque ha definido desde el inicio del curso su trío de elegidos: Busquets, Gavi y Pedri. Pero resulta todo un misterio que Xavi, uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol mundial, no haya inoculado su esencia a esa zona del Barça.

No domina los partidos como se espera, quedando expuesto, y con demasiada frecuencia, al intercambio de golpes. En siete de los 11 partidos han formado la sala de máquinas, aunque alternando las funciones, sobre todo los interiores.

A Pedri, por ejemplo se le vio ante el Celta ejerciendo de interior derecho y Gavi de volante zurdo, todo lo contrario que en Milán. También Xavi le pide cosas distintas a los interiores. Y no solo por el cambio de ubicación sino porque reclama aspectos diferentes tácticos a los dos futbolistas que viven por delante de Busquets.

"Quería que Pedri estuviese más cerca de Robert y Gavi tenía que bajar más", argumentó el técnico para justificar ese intercambio de posiciones. Le salió bien. En el gol intervienen ambos. <strong>Gavi</strong> llega a la banda izquierda como si fuera un extremo y su centro es horriblemente defendido por<strong> Unai Núñez</strong>, cuyo mal despeje cae en los pies de Pedri, que pisó el área como si fuera un nueve.

"Hemos hecho tres o cuatro ocasiones muy claras de Pedri, es muy positivo. El otro día lo usamos más de ‘playmaker’, ahora ha sido más de media punta", admitió Xavi sobre el rol más organizador del canario en Milán. Pero ni en la Champions ni tampoco en la Liga tuvo el Barça el gobierno real del partido.

Ansu Fati encara a Hugo Mallo en el Camp Nou durante el Barça-Celta.

Ansu Fati encara a Hugo Mallo en el Camp Nou durante el Barça-Celta. / Jordi Cotrina

Extremos que no marcan ni deciden bien

El Barça de Xavi estaba diseñado para ser el Barça de los extremos. De los viejos extremos. Jugadores a los que se les llenan las botas de cal porque deben estar pisando siempre la línea lateral para ensanchar el campo al máximo.

En la teoría ese es su papel. Un papel fundamental en la estructura ofensiva azulgrana. Pero ante el Celta, y a pesar de que el técnico usó a los cuatro que posee en nómina, ninguno tuvo el impacto deseado. Arrancó el Barça con Raphinha en su posición preferida, la de extremo diestro, mientras Ferran Torres se anclaba en la izquierda.

Llegada ya la hora de partido, Xavi ordenó el cambio de hombre por hombre: Dembélé por el brasileño y Ansu Fati por el valenciano. Pero los cuatro estuvieron irrelevantes. No centraron tanto como en Milán. Se pasó de los 50 centros con el Inter a tan solo 10 ante el Celta y solo uno bueno.

Ni centraron ni tampoco desbordaron. Ocho regates entre los cuatro extremos es un muy pobre balance, teniendo en cuenta, además, que solo en tres ocasiones esquivaron a la defensa gallega.

Seis tiros y tres a puerta (uno de Raphinha, Ferran y Dembélé) revelan también su falta de contundencia. No son los esenciales que deberían ser. "Quizá les genera un poco de ansiedad el gol. Quizá bajan esa confianza por la falta de gol. Pero yo les insisto que no tienen que quedarse solo con el gol", aseguró Xavi al ser preguntado por el rendimiento de los dos titulares. "Tengo confianza, tanto en Ansu como en Ferran, tienen que seguir trabajando para mejorar ellos y mejorar el equipo".

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