El análisis táctico del Inter-Barça: centros que no van a ningún lado

Los azulgranas se cansaron de colgar balones al área pero nunca encontraron a Lewandowski

Ousmane Dembélé intenta un centro frente a Dimarco.

Ousmane Dembélé intenta un centro frente a Dimarco. / Daniele Mascolo / Reuters

Joan Domènech

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El Barça sucumbió en su segunda salida en la Champions. Cayó en Múnich y cayó en Milán. Incapaz de marcar un gol en 180 minutos, está ya obligado a vencer al Inter para mejorar el golaveraje frente a su mayor rival en la clasificación y a ganar al Bayern en el Camp Nou o al Viktoria Pilsen fuera si quiere depender de sí mismo. Xavi hizo variaciones en el equipo para impedir el mismo resultado que en Múnich. No consiguió su propósito y se marchó "cabreado" e "indignado" por "la injusticia de Milán".

Lewandowski da una indicación durante el Inter-Barça

Lewandowski da una indicación durante el Inter-Barça / Daniele Mascolo / Reuters

Cambio de sistema inefectivo

Retocó Xavi el sistema, adaptándolo a la forma de jugar del Inter. Asimetría total en el campo, con futbolistas en diferentes alturas y un cuadrado en el centro para generar superioridades que nunca se produjeron. Raphinha se ubicó por dentro para dejar la banda a Marcos Alonso y que se multiplicara como lateral (muy pocas veces tuvo que retroceder tanto) y como extremo (muy pocas veces llegó a la línea de fondo). El formato táctico defensivo del Barça era el 4-3-3: Marcos cerraba atrás, Gavi era interior derecho y Raphinha se abría. Luego el dibujo fue permanente.

El Barça no supo mover al Inter para encontrar algún resquicio interior y, en cambio, el Inter halló espacios al contragolpe. No quería el balón y no le importó echarse atrás a la espera de una oportunidad. Con el 1-0 y en el descanso, Xavi regresó a los orígenes. Al sistema habitual en el que los jugadores se encuentran más fácilmente. Cambió primero el dibujo y luego a los futbolistas.

Marcos defiende un balón aéreo ante Barella.

Marcos defiende un balón aéreo ante Barella. / Daniele Mascolo / Reuters

Abuso del centro: 50 balones al área

Todos los balones de ataque solían concluir en la búsqueda de un centro. El subconsciente invita a buscar constantemente a Lewandowski. conscientes como son todos de que es el hombre más resolutivo. Dembélé no dio ni uno bueno; el mejor acabó en el gol anulado por mano de Ansu.

Nada menos que 50 centros lanzó el Barça al área de Onana. Casi la mitad (24) correspondieron a Dembélé. Las instrucciones de Xavi consistían en buscar el uno contra uno en las bandas. Lo intentó siempre el francés; lo intentaron por el otro costado Marcos como hombre más abierto y Raphinha después. Los cinco defensas del Inter se sobraron para despejarlos casi todos.

No buscó el Barça otra alternativa como los tiros desde fuera del área. Sí lo intentó el Inter. Lo intentó Çalhanoglu dos veces: la primera forzó una intervención de Ter Stegen a córner; la segunda fue un tiro raso ajustado al poste al que no llegó el meta alemán, que volvió a encajar en la Champions.

Dembélé encara a Bastoni.

Dembélé encara a Bastoni. / Daniele Mascolo / Reuters

Preocupados por los córners

Tres saques de esquina cedió el Barça en el primer tiempo. Evitar el balón parado del Inter era una de las mayores preocupaciones de Xavi. Por ahí se deshizo el equipo en Múnich. El Inter los remató todos, aunque mal. Lanzó13 el Barça. Trece centros más que no sirvieron de nada ante las torres interistas, ancladas en el área para despejar cualquier balón aéreo.

El equipo de Simone Inzaghi, con pocas expectativas, se ocupó solo de aprovechar un ataque. Y lo aprovechó. Sus aficionados no recriminaron al equipo que apenas tuviera un 28% del tiempo la posesión, dominado de principio a fin por el inofensivo Barça.

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