BARÇA - CITY (3-3)

Unzué estremece al Camp Nou con un poderoso mensaje de solidaridad

El partido terminó en empate tras reunir en una emocionante y festiva noche a 91.062 espectadores

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El cuerpo se le encoge traicioneramente desde hace ya más de dos años. Las manos se le agarrotan y debilitan, fuertes y poderosas como fueron en su día. Y los pies ya no le obedecen como antes. Pero la cabeza le va a mil por hora, con una asombrosa vitalidad que contagió a un emocionado Camp Nou. Viejo como está el estadio, ya en plena edad de jubilación, a punto de ser derrocado, comenzó a llorar, aunque, como le gusta a él, se lo pasó bomba, haciendo hasta la ola.

Lloró el Camp Nou a lágrima viva, conmovido por el discurso de Juan Carlos Unzué, enfermo de ELA, capitán del equipo de la ELA, vestido de verde, verde esperanza, capaz de reunir en el templo azulgrana a más de 91.062 personas. Caminaban todos y todas en procesión hacia el hogar culé, sintiéndose testigos de una noche que jamás olvidarán. Y eso que el balón no había comenzado ni a rodar.

Juan Carlos Unzué y otros afectados de ELA tras dirigirse al Camp Nou

Juan Carlos Unzué y otros afectados de ELA tras dirigirse al Camp Nou / Jordi Cotrina

Ovación para Haaland

No era necesario en una noche que terminó con empate (3-3, goles de Aubameyang, Frenkie de Jong y Memphis para los azulgranas y Julián Álvarez, Cole Palmer y Mahrez, de penalti, ya en el tiempo añadido para los citizen).

Con Haaland apareciendo en la segunda mitad, ovacionado por el estadio, ya incluso en el calentamiento. Marcaron los dos delanteros a los que el Barça no quiere, mientras el estadio pedía a gritos a Lewandowski. Pero el polaco no salió del banquillo. Ni Pedri. Ni Dembélé.

Maria, la hija de Juan Carlos, y Maria, la esposa, arropan al navarro en el Camp Nou.

Maria, la hija de Juan Carlos, y Maria, la esposa, arropan al navarro en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

El fútbol no era el argumento principal, pese a que Barça, símbolo del viejo fútbol, una institución con casi 125 años de vida, y City, el rostro del nuevo orden que proyecta este deporte, se citaron para difundir un poderoso mensaje de solidaridad.

La noche era veraniega. Llena del tradicional bochorno barcelonés, con esa humedad que se cuela por los poros. Pero agarró Juan Carlos el micrófono y el silencio rasgó repentinamente el estadio.

"Quiero deciros que los integrantes del equipo de la ELA os decimos que deseamos seguir viviendo y disfrutando de la vida"

— Juan Carlos Unzué

"Quiero deciros que los integrantes del equipo de la ELA os decimos que deseamos seguir viviendo y disfrutando de la vida", afirmó con ese infinito optimismo el exportero del Barça, Osasuna y Sevilla, entre otros clubs.

Joan Laporta y Txiki Begiristain se saludan ante Ferran Soriano, CEO del City, en el palco del Camp Nou.

Laporta y Txiki Begiristain se saludan ante Soriano, CEO del City, en el palco del Camp Nou. / Jordi Cotrina

Sentado en esa silla de ruedas que maneja velozmente, teniendo a su espalda al once azulgrana, lleno de suplentes (Piqué y Alba) y el once inglés. Agradeció Juan Carlos antes "el compromiso y la sensibilidad" de ambos clubs. No le faltaba razón.

Frenkie de Jong supera a Bernardo Silva en el Barça-City del Camp Nou contra la ELA.

Frenkie de Jong supera a Bernardo Silva en el Barça-City del Camp Nou contra la ELA. / Jordi Cotrina

El líder Juan Carlos

 Hace ya muchos meses, casi año y medio, envió primero un mensaje a sus amigos Pep Guardiola y Txiki Begiristain. "¡Dónde quieras! ¡Cuando quieras!", respondieron ambos. La puerta del Barça ya estaba abierta de par en par gracias a la extrema generosidad de Joan Laporta. 

Haaland y Lewandowski junto a De Bruyne

Haaland y Lewandowski junto a De Bruyne / Jordi Cotrina

Tras retrasarse el partido el verano pasado por la pandemia, el estadio acogió, y sin que sirva de precedente, a tres equipos:los azulgranas que no eran tal porque estrenaban la tercera camiseta con la Creu de Sant Jordi bajo un fondo gris claro. ¿El blanco? Como diría Cruyff, "el blanco no es de este club".

El City lucía una equipación -amarillo estridente y sobrio negro- que parecía el Dortmund. Pero todo estaba dominado por el verde del equipo de la ELA.

Juan Carlos, emocionado como estaba, sumergido en un torbellino de sentimientos, transformado en el líder natural, espontáneo, auténtico y cercano de sus nuevos compañeros, aprovechó para acabar con un mensaje totalmente reinvidicativo.

"Necesitamos que se desbloquee y tramite la ley ELA ya. No hay tiempo que perder"

— Juan Carlos Unzué

Quieren seguir viviendo, gritó Unzué en nombre de todos sus compañeros y compañeras enfermas, pero en condiciones dignas. "Para eso necesitamos que se desbloquee y tramite la ley ELA ya", exclamó dirigiéndose a los políticos. A los que no citó. Tampoco era necesario, "No hay tiempo que perder", chilló después.

Guardiola y Xavi se saludan en el Camp Nou antes del Barça-City contra la ELA.

Guardiola y Xavi se saludan en el Camp Nou antes del Barça-City contra la ELA. / Jordi Cotrina

En el banquillo con Pep y Xavi

El tiempo corre contra él. Y esos amigos y amigas a los que Juan Carlos ha visibilizado de manera extraordinaria, hasta el punto de que una noche de agosto en Barcelona se transformó en un escaparate para enseñarle al mundo -hasta 140 países transmitieron el partido en directo- la necesidad de investigar para combatir la devastadora ELA, esclerosis lateral amiotrófica. Una enfermedad sin cura.

Ni cura ni investigación y cada día que pasa resulta un día menos porque el cuerpo se te va consumiendo delante tuyo. Para Juan Carlos, que hizo el saque de honor con su pie derecho, no hay minuto que no valga la pena. Anoche, él hizo felices a miles y miles de personas que asistieron a un partido jamás visto antes en este estadio invadido por la emoción.

Unzué antes de iniciarse el partido benéfico en favor de la enfermedad de la ELA

Unzué antes de iniciarse el partido benéfico en favor de la enfermedad de la ELA / Jordi Cotrina

Xavi, vestido con polo negro, y Guardiola, blanca y veraniega camisa, estaban de pie observsando el encuentro (acabó en empate, protegidos ambos por la eterna sonrisa de Juan Carlos. En la primera parte, a la izquierda de Pep, en el banquillo del City. Luego, estuvo en el banquillo, ubicado a la derecha de Xavi. Porque no fue el entretenido y refrescante partido lo que estremeció al Camp Nou sino un indestructible mensaje de esperanza y alegría en la vida, aunque se vaya escurriendo.  

Suscríbete para seguir leyendo