LOS BOMBAZOS DEL VERANO (7)

El fichaje de Vítor Baía, el portero más caro del mundo (y el más fugaz)

En un mismo día de julio de 1996, el Barça pos Cruyff negoció con dos porteros. Era el año uno sin JC. El alemán Köpke pisó incluso el Camp Nou, pero el club, siguiendo los deseos de Robson, eligió finalmente a Vítor Baía.

Apenas jugó un curso, pese a que firmó por ocho temporadas.

Robson y Baía tras ganar la Recopa de Europa en Rotterdam en 1997.

Robson y Baía tras ganar la Recopa de Europa en Rotterdam en 1997. / Jerry Lampen / REUTERS

Marcos López

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Despedido Andoni Zubizarreta de mala manera (recuerden mayo de 1994, horas después del 4-0 del Milan, y ocurrió la escena en un autobús en el aeropuerto de Atenas, la ciudad donde quedaron para siempre las ruinas del ‘Dream Team’), se abrió un cráter en la portería del Camp Nou. Un inmenso cráter.

Dos años más tarde, (mayo de 1996), despedido Cruyff, también de mala manera, horas antes de un partido con el Celta que provocó una tremenda fractura en el barcelonismo, aún no resuelta, ni siquiera un cuarto de siglo después, arrancó la época después de JC.

Llegó Robson de Portugal y pidió un portero. El que ya conocía de su etapa en el Oporto, de donde procedía el técnico inglés, quien se trajo a su lado a Jose Mourinho, primero traductor, luego ayudante, después segundo entrenador y muchas cosas más...

El lío con Köpke

Ese portero era Vítor Baía, un ídolo en su país. Llegó el 4 de julio, ya de noche, a Barcelona tras unas complejas negociaciones. Tan complejas que ese mismo veraniego jueves, pero por la mañana, caminaba ufano y feliz otro guardameta por la grada del Camp Nou, observando orgulloso lo que sería su nueva casa.

Era Andreas Köpke, portero internacional de la selección alemana, héroe en esa Eurocopa de 1996. Tenía entonces 34 años y se asomaba a la gran oportunidad de su vida. Había viajado para firmar su contrato con el club azulgrana. No sabía él, sin embargo, que Baía también había hecho las maletas camino del Camp Nou. En un solo día, dos porteros, y un solo lugar. Se quedó el meta portugués, claro.

luis enrique y vitor baia entrenando 2000/2001

luis enrique y vitor baia entrenando 2000/2001 / J. MONFORT / SPORT

No hizo falta ni siquiera esperar a que apareciera Joan Gaspart de madrugada (era ya la una y media, justo en la puerta del restaurante Vía Veneto, en la zona alta, el mismo que suele usar ahora Joan Laporta como despacho alternativo) para confirmar su descarte. Antes incluso se escuchó la voz de Mourinho.

"El Barça se quedará solo con un portero. Y desde el primer momento tuvimos claro que Vítor Baía era el número uno, pero existieron problemas y trabajamos con otras opciones", dijo el ayudante de Robson sin citar, en ningún momento, al alemán. No se presentó por su cuenta en Barcelona.

Köpke llegó al Camp Nou para fichar por el Barça. Horas después, Baía, el portero de Robson, era azulgrana después de que Núñez autorizara pagar 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros actuales) por él

Alguien le hizo venir, pero para nada. Pasó incluso la revisión médica y se reunió el portero con Gaspart antes de un acto de conciliación con el Stuttgart, con quien tenía un acuerdo previo, pero con garantías para invalidarlo porque él pertenecía al Eintracht, pero quedó libre por su descenso a la Segunda División alemana.

Se fue Köpke a Frankfurt para cerrar el litigio y nunca más volvió a Barcelona. "Me he caído de las nubes. Ahora solo me siento vacío", confesó el alemán al diario Bild, aturdido porque ni siquiera su condición de guardián de la Alemania campeona de la Eurocopa de 1996 le abrió las puertas del Camp Nou.

BARCELONA. 12.3.97. COPA DEL REY. FC BARCELONA-AT, MADRID. BAIA MIRA COMO UN JUGADOR DEL ATLETICO DE MADRID SE LO RIFA. FOTOGRAFIA DE JORDI COTRINA. NEG. 164861-865

BARCELONA. 12.3.97. COPA DEL REY. FC BARCELONA-AT, MADRID. BAIA MIRA COMO UN JUGADOR DEL ATLETICO DE MADRID SE LO RIFA. FOTOGRAFIA DE JORDI COTRINA. NEG. 164861-865 / JORDI COTRINA

Ese cráter tenía ahora nuevo inquilino. Un portugués. La cena fue larga en el Vía Veneto porque se estaba abordando una operación inusualmente cara. El Barça pagó 1.000 millones de pesetas al Oporto (seis millones de euros actuales), pese a que solo le quedaba un año de contrato a Baía.

Contrato de ocho años

"El acuerdo era por cinco años", contó el meta portugués en su presentación oficial. "Pero, de golpe, el presidente Núñez me dijo que me parecería firmar por seis y yo le dije que tendría 31 años... Él entonces dijo que por siete... No, por ocho. Balbuceé que tendría 34, pero no me hizo ningún caso e insistió. No me pude negar". Firmó por ocho temporadas, aunque solo estuvo dos. Y jugó una. La primera y única de Robson.

Fue devorado por la presión del Camp Nou tras el 5-4 al Atlético, que terminó el meta luso ahogado por las lágrimas tras una noche fatídica

Luego, llegó Van Gaal, que se trajo a Ruud Hesp porque ese cráter también se tragó a Baía tras un volcánico partido de Copa (5-4 al Atlético, al que no le sirvieron cuatro goles de Pantic en solo 51 minutos). Cometió el luso errores tan groseros que se acabó derrumbando, ahogado entre las lágrimas, mientras nació la leyenda de «Macanudo Pizzi», como lo bautizó la genial narración del maestro Joaquim María Puyal.

"Tal vez, fue un milagro. Tal vez, un sueño. Tal vez, el Atlético no llegó nunca a ganar por 0-3 ni por 2-4. Tal vez, el estadio no pidió la dimisión de Núñez ni Baía se tragó dos goles y acabó llorando como un niño. Tal vez, el 5-4 es fruto de la imaginación", escribía David Torras en este diario (marzo de 1997) sobre aquella noche en que el portero más caro del mundo se evaporó. El más caro y el más fugaz.

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