Dembélé, del rechazo al abrazo: "Lo voy a dar todo por el Barça"

El pasado 20 de enero, el silencioso Ousmane Dembélé (solo había hablado durante su presentación, en 2017), emitía un comunicado en Instagram denunciando que el Barça le estaba sometiendo a un chantaje. Este miércoles, 26 de julio, aseguraba: "Voy a darlo todo por este club".

El proceso de la repulsa al amor, la abismal distancia, es el que media entre haber sido apartado del equipo por no querer renovar a marcar dos goles ante la Juventus después de haber firmado. No una renovación, sino un refichaje. A coste cero. Nada que ver con los más de 100 millones que hace un lustro le convirtieron en la adquisición más cara de la historia azulgrana.

Dembélé acabó su contrato, efectivamente, el pasado 30 de junio, pero el serial sobre su renovación, que ya empezó el verano pasado, continuaba expirado el compromiso. Duró hasta el 14 de julio, con la pretemporada ya comenzada y en vísperas de subir al avión hacia la gira por Estados Unidos.

Un jugador que desequilibra

Del rechazo al abrazo han pasado casi todos los miembros del club, excepto uno: Xavi Hernández. El entrenador se manifestó en contra, siempre, de la marginación invernal de Dembélé; fundamentalmente, por el interés deportivo. Le necesitaba para levantar al Barça perdidas la Champions, la Copa y la Supercopa y fuera de la plazas europeas.

Con el paso del tiempo, apreció su capacidad de desequilibrio, la singular aportación de Dembélé a la mejoría del equipo. La dramática ausencia de goles (dos: uno en la Liga y otro en la Copa, en 31 partidos) la compensó con 13 asistencias en la Liga, líder del campeonato. Ante la Juve, en 45 minutos, igualó esa marca de dos goles en 45 minutos. En dos jugadas muy parecidas. Y Dembélé se echó a dormir en la celebración.

Cuestión de confianza

"Tengo la confianza del entrenador, de los compañeros y de todo el mundo en el Barça. La confianza es muy importante para los jugadores", dijo Dembélé a los micrófonos de Barça TV al final del encuentro de Dallas y en su segunda intervención hablada en cinco años.

Él también se siente con confianza tras ver prolongada su estancia en el club dos años más. Era su voluntad, como expresaba a diario a Xavi y como negaba con su actitud el agente del futbolista al rechazar todas las propuestas. Hasta que claudicó, sin tener ofertas de otros clubs, firmando con una ficha rebajada el 40%, según fuentes barcelonistas.

“Ousmane es un jugador diferente, especial”, repetía Xavi, el máximo y fiel valedor del futbolista desde que asumió el banquillo en noviembre. El entrenador le ha visto "siempre feliz", aunque entonces estaba lesionado. Vio también luego, en los entrenamientos, sus útiles dotes futbolísticas, de ahí su insistente postura para reclamar la renovación.

Competencia con Raphinha

“Tiene que ser más constante, marcar más goles y dar más asistencias", exigía sin embargo Xavi tras el empate ante la Juventus. Dembélé igualó en la primera parte los dos goles que había anotado en los dos duelos anteriores Raphinha, el competidor con el que pugnará por la titularidad en la banda derecha. El brasileño le sustituyó tras el descanso y estampó un tiro en la cruceta.

Una competencia que se va extendiendo a las demás demarcaciones de la delantera (Aubameyang jugó de extremo izquierdo con la titularidad de Lewandowski, luego entraron Ansu Fati y Memphis, con Ferran Torres aún lesionado) y del campo, excepto dos: Alba sigue sin nadie que le tosa y a Ter Stegen no le amenazan Iñaki Peña ni Arnau Tenas.