Chelsea y Barcelona, rivales del mercado

Con el Chelsea debía haber un entendimiento, algún tipo de complicidad. Al fin y al cabo, el Barça aspira a reconstruir la defensa con la captación de piezas al por mayor de Stamford Bridge. El central Christensen ya forma parte de la nómina azulgrana sin necesidad de negociar nada con los ingleses. Muy fácil. Por Marcos Alonso y Azpilicueta, en cambio, hace falta seguir llamando a Londres, pactar un precio por el lateral, que acaba contrato en el 2023, y también por el polivalente navarro, prorrogado un año más por su notable rendimiento. 

Por en medio ha irrumpido un choque de intereses personificado en Jules Koundé, central francés de 23 años del Sevilla que atrae a ambos clubs. Los dos han arrojado cifras de dinero fabulosas sobre el tapete sevillista, algo más los ingleses, a decir de los que siguen al minuto las incidencias del mercado. Parecía una partida cerrada en favor del club que ahora preside el estadounidense Todd Boehly, pero en el Barça no se da por perdida. El pulso sigue, aunque se da por sentado que parece difícil que la entidad azulgrana gane todas las manos. Aparte de Christensen, ya le arrebató a Raphinha, pretendido también por el Chelsea. Ha surgido una rivalidad de verano.

Si lo que se muestra de cara al público sirve de indicación se diría que en el lado del Chelsea no hay satisfacción precisamente con la dirección barcelonista. Thomas Tuchel, el técnico de los ‘blues’, admitió estar «un poco molesto» por la opa realizada sobre Azpilicueta. Por el hecho en sí y por las cantidades discutidas. 

La comparación

El Chelsea pagó recientemente 40 millones al Nápoles por el central Koulibaly, de 31 años, y a ello aludió el técnico alemán. «Solo tengo que hacer la comparación entre lo mucho que nos ha costado traer a Koulibaly, que es también internacional y más o menos de la misma edad». El Barcelona baraja cantidades mucho menores para importar al navarro, algo que no entiende Tuchel. «Nosotros tenemos a un internacional español que es capitán aquí. Los veo al mismo nivel, pero el Barcelona no, así que no estoy seguro si le quiero dar lo que quiere, porque es un gran jugador. Mi trabajo no es solo darle a él lo que quiere, sino buscar lo que es mejor para el Chelsea».

Da la sensación de que la llegada de Koundé al Barça inclinaría al Chelsea a poner barreras a la salida de sus laterales, de la misma manera que si el francés aterrizara en Stamford Bridge podría lubricar la marcha de Azpilicueta y/o Marcos Alonso al Camp Nou. 

Diferencias notables

Si la operación Koundé se frustrase, la dirección deportiva barcelonista ha tanteado la contratación de Iñigo Martínez, del Athletic y también de 31 años. Un plan B más cortoplacista en comparación con la mirada de futuro que refleja el central del Sevilla. Por no hablar de la diferencia de consistencia y polivalencia (Koundé puede desenvolverse también en el lateral derecho) que ofrecen uno y otro. Si se pretende asustar a Gerard Piqué, mejor con el sevillista. 

El desembolso necesario en cada caso debería resultar revelador, aunque ese ya no parece un problema. Según las cuentas de Joan Laporta, al Barça aún le queda casi 100 millones (la mitad de los 200 millones) que se ha marcado para fichajes este verano. La venta del 25% de los derechos de televisión dan al parecer para todo eso.  n

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