MARTA SEGÚ I ESTRUCH / DIRECTORA DE LA FUNDACIÓN BARÇA

"El deporte es una herramienta mágica para transformar la vida de los niños"

Marta Segú i Estruch ya estuvo en la Fundación del Barça de 2006 a 2010 y ahora vuelve porque siente la necesidad de ayudar al club en un puesto donde se sabe capacitada para realizar un buen trabajo

"Yo no estoy aquí por ser la prima del presidente, sino por ser una buena profesional. ¿Gestión familiar? Cuando la tienda se inunda, todos tenemos que coger cubos y palas y sacar el agua. Eso es una gestión familiar"

Entrevista a la directora de la Fundació Barça, Marta Segú

Entrevista a la directora de la Fundació Barça, Marta Segú. / FERRAN NADEU

Emilio Pérez de Rozas

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Déjenme que les cuente las cuatro palabras claves del vocabulario de Marta Segú i Estruch (Barcelona, 15 de febrero de 1963), doctora en Medicina y directora general de la Fundación del Barça y así ustedes la entenderán mejor.

      Primera palabra: holístico. Es la nueva manera de trabajar de la Fundación. ¿Qué significa? «Indica que un sistema y sus propiedades se analizan como un todo, de manera global e integral». Segunda palabrita: cocrear, es decir, «creación conjunta o colectiva». Y, finalmente, la ya existente FutbolNET, el truco de atraer a los niños hacia la educación, salud, nutrición y demás valores, a través del fútbol y que, ahora, bajo la dirección de Segú i Estruch, se ha transformado en SportNET.

     ¿Por qué?, porque a Segú le incomoda que, cada vez que llegan a un lugar, sus pobladores crean que, bajo el lema de FutbolNET, lo único que hay y/o se pretende es captar al nuevo Leo Messi de esa comunidad y nada más lejos de la realidad. De fútbol se pasa a Sport «porque el deporte es una herramienta mágica para transformar la vida de los niños». El deporte y, tal vez, la música, añade la directora de la Fundación Barça.

Perdone, pero nadie entendería ¿verdad? que estuviese aquí y no le preguntase por qué la prima del presidente Joan Laporta es la nueva directora general de la Fundación del Barça. Yo trabajé en la Fundación del Barça, del 2006 al 2010. En aquel momento, Joan Laporta me llamó porque necesitaba una persona de confianza, profesional, para preparar el acuerdo con Unicef y, en la junta directiva, no había nadie que pudiese decidir de qué forma se podía hacer esa alianza y yo, doctora en medicina internacional, había trabajado en muchos proyectos de ese tipo y atesoraba, según el presidente, los dos requisitos que se precisaban para el cargo: persona de confianza y competente para el cargo. Negocié el acuerdo, lo pusimos en marcha y puedo decir, porque lo dije cuando me despidieron, que fueron una años maravillosos.

 

Usted fue despedida por el presidente Sandro Rosell. Fui la segunda persona despedida en cuanto Sandro Rosell se hizo cargo de la presidencia del Barça. Y, a partir de entonces, trabajé en la Fundación Probitas, de la compañía Grifols. He estado 10 años, muy bien considerada, bien remunerada y haciendo un trabajo que me encantaba. Ahora, Laporta me ofreció volver al Barça y, la verdad, yo estaba feliz allí, la situación aquí no es cómoda, más bien muy delicada, pero me hacía mucha ilusión, sobre todo por ayudar al presidente a reflotar todo lo que hace referencia al club y creo que he demostrado, a lo largo de todos estos años, que tengo la capacidad profesional para hacerlo. Mi relación familiar con él está totalmente al margen de mi trabajo, de nuestros trabajos. Es evidente es que él confía en mí y yo lo admiro como persona y como presidente y, desde luego, si algo tengo claro es que no estoy aquí por ser la prima de Laporta sino por ser una buena profesional.

"Nosotros no buscamos al nuevo Messi. Nosotros queremos transformar la vida de niños atrayéndolos a nuestros programas a través del deporte"

— Marta Segú i Estruch / Directora de la Fundación Barça

 

¿Usted comparte la idea expresada por su primo de que el Barça, ahora, se ha de gestionar como una empresa familiar? Yo creo que esa definición no se ha entendido bien. Llevar el club como una empresa familiar, quiere decir que todos tenemos que arremangarnos. Esto no es una multinacional donde fulanito o menganito ya se ocuparán de esto o aquello. Aquí todo el mundo debe hacer lo que sea necesario para reflotar el club. No tiene nada que ver con que aquí trabajen o no familiares del presidente. Tiene que ver con la predisposición de todos a que si se está inundando la tienda, como se está inundando, todos tenemos que coger cubos, palas y lo que sea para sacar el agua y salir a flote.

Me han dicho que piensa mucho en los niños, en los jóvenes. Hay demasiada gente en el mundo que necesita nuestra ayuda, no la nuestra, como Fundación, la de todos. Pero lo niños y los jóvenes más. Son demasiado vulnerables. Cuando hablo de enfoque holístico, quiero decir que para mejorar la vida de un niño o joven vulnerable debes intervenir en distintos aspectos de su vida. De ahí la palabra holístico, porque tocas salud, educación, nutrición, lucha contra la pobreza, temas de género y el deporte es esa herramienta maravillosa, mágica, que nos ayuda a transformar la vida de niños y jóvenes.

 

Y la herramienta que antes se denominaba FutbolNET ha pasado a ser SportNET. Estos años se han hecho, desde la Fundación, cosas muy bien hecha. Por ejemplo, FútbolNET, que es una metodología creada por la propia Fundación, lo hemos reconvertido, en efecto, en SportNET. ¿Por qué?, porque cuando llegábamos a los sitios, donde fuese, con ese nombre, la población solo entendía que íbamos a jugar a fútbol, peor aún, que nuestro objetivo era buscar nuevos talentos cuando, en realidad, esa idea jamás, jamás, ha estado en nuestras mentes. La idea de la Fundación era y es atraer, a través de SportNET, a los niños y jóvenes hacia programas sociales, educativos, de salud, nutrición, igualdad de oportunidades y hábitos saludables, con los que tratamos de cambiar sus vidas.

 

Los niños, los jóvenes, son las primeras víctimas de todo tipo de conflictos. Ahora estamos muy ilusionados, aunque es complicadísimo, pero todos estamos empeñados en que nos saldrá bien, en varios programas que hemos puesto en marcha con ACNUR en distintos puntos conflictivos. Estamos en Turquía, con refugiados sirios, afganos e iraquíes; en Colombia, con refugiados venezolanos; en Uganda, con refugiados de la República Democrática del Congo y de Sudan del Sur y, en Malasia, con refugiados rohinyás. Y, en todos esos puntos, solo el deporte es capaz de unir a niños y jóvenes de familias enfrentadas, como ocurre en el Líbano con los niños sirios, que, al final, acaban haciéndose amigos ante la sorpresa de los adultos, que se odian.

"Allí donde vayas debes dejar algo: educación, salud, agua, letrinas, hospital...algo que mejore la vida de sus habitantes"

 

Explíqueme esa otra palabra suya mágica: cocrear. No es mía (sonrisa, al final, carcajada). Tanto con Unicef como con ACNUR o Save The Children, queremos, sí, cocrear, confeccionar proyectos conjuntos. No se trata de te doy dinero, me olvido y, dentro de un año, me envías un informe. No. Se puede trabajar así, no estoy criticando, por favor, esa manera de trabajar, solo apunto que nosotros preferimos otra manera de participar. Cocrear es sentirte parte del proyecto. Ponemos dinero, ellos son los que están en el sitio porque son los que llevan tiempo trabajando allí y conocen las necesidades de esa población, pero nosotros creamos el guion de lo que vamos a hacer juntos y enviamos personal nuestro para seguir el proyecto y formar educadores de la entidad que hemos escogido como socia para que utilicen el deporte como herramienta mágica para transformar la vida de esos niños y niñas.

 

La deben volver loca ofreciéndole miles de proyectos desde todos los rincones del mundo, no sé, hasta del propio club, sus propios compañeros. Le voy a decir una cosa y debe creérsela, bueno, sé que se la creara y también sus lectores: nunca, jamás, ni en mi anterior etapa en el Barça ni en esta, me he sentido tan querida, tan respetada y tan valorada, yo y mi gente, como trabajando en esta Fundación. Tenemos libertad plena y nunca hemos tenido injerencias ni desde la presidencia, ni desde la junta, ni desde los patrones de la Fundación. Se fían ciegamente de nosotros.

No debe ser fácil escoger dónde centras tu atención. Nada fácil. Muchas veces pensamos en cómo mejorar la vida de esas poblaciones. Muchas veces no es ayudar a 20.000 niños, sino dejar algo que cambie sus vidas: un pozo de agua, letrinas, un pequeño dispensario...No siempre es dinero. A veces son cuestiones técnicas. Por ejemplo, mire que tonteria: no saben cómo lograr las ayudas externas o de los grandes organismos, pues tú les ayudas con tus técnicos. En serio, es difícil, pero todo es ponerse, tener pasión e ilusión. Querer ayudar. Sentir que te necesitan.

'Joves Futur+', el proyecto para los que no tienen nada

Estamos en uno de los lugares más discretos que existen. En unas oficinas que solo parecen, eo, oficinas. No es que sean minimalistas, es que no hay nada. Únicamente un cartelito, apoyado en una pared, donde pone, junto al escudo del Barça, Fundación Barça. Y poco más.

Marta Segú lleva un buen rato hablando y midiendo sus palabras, no porque quiera que se la entienda bien, que se le entiende a la perfección, sino porque no quiere que se le escape nada. Xavier Vilà, un periodista bregado, con mucha profesión y experiencia, responsable de Estrategia y Comunicación de la Fundación no ha abierto la boca en todo el rato, aunque no le faltan ganas, pero la doctora es tan perfecta en su exposición que Vilà no ha tenido que matizar ni una sola de sus intervenciones.

Aunque, eso sí, a mitad de entrevista, se les nota inquietos a los dos por explicar lo que consideran, en estos momentos, un proyecto «tremendamente ilusionante» para ellos, para la Fundación, para el Barça y para Catalunya. Así que como uno sospecha que se guardan algo para el final, antes de apagar la grabadora deja caer….«¿algo más?» Y ¡booom!, se les ilumina la cara.¡Claro que hay algo más!

El proyecto, ya en marcha, se llama ‘Joves Futur+’ (plus) «Se trata», se arranca Segú, «de trabajar con jóvenes extutelados, chicos y chicas, que, a los 18 años y un día, pierden la tutela de la Generalitat y se quedan en la calle, sin familia, porque o jamás la tuvieron, o nunca se ocuparon de ellos, o llegaron de lejos como pudieron y en una precariedad tremenda, locales o de origen extranjeros». Para este proyecto, la Fundación culé, azulgrana, ha buscado un socio inmejorable: la Fundación La Caixa.

«Lo primero es darles una formación básica», sigue explicando Segú, «50% chicos, 50% chicas, 50% locales, 50% extranjeros, y los formaremos en pequeños empleos, trabajos, ya que lo primero que necesitan al salir de esa situación de protección es un salario mínimo para mantenerse e independizarse. Los formaremos, durante 4 o 6 meses, en alguno de esos oficios que han desaparecido o se están perdiendo, cosas prácticas y, además, hemos creado una red de empresas que los contratarán, primero de prácticas y, luego, si funcionan, los harán fijos».

La idea, que acaba de arrancar, se verá reforzada por un seguimiento muy especial, pues ese grupo de muchachos y muchachas tendrán sus propios mentores, que se reunirán periódicamente con ellos para conocer el estado de sus estudios, trabajo y vida. «Queremos que estos mentores se conviertan, de alguna manera, aunque sabemos que eso es muy difícil, en su familia, pues todos ellos carecen de vínculos afectivos de ese nivel, que les ayuden, que se interesen por ellos, que les asesoren, convirtiéndose en su apoyo emocional y psicosocial».

Cuando terminan de explicar el proyecto que más ilusión les hace «pues es de aquí, de casa», se les nota aún más distendidos y felices, orgullosos de que la Fundación, como relata Marta Segú en la entrevista, no solo se ocupa de los grandes proyectos con grandes comunidades sino también de los pequeños proyectos en nuestra propia casa. 

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