LOS BOMBAZOS DEL VERANO (1)

El incalculable valor del fichaje de Cruyff

La llegada al Barça de Johan Cruyff, tanto del futbolista en 1973 como del entrenador en 1988, supuso lo que verdaderamente se conoce por un punto de inflexión en el fútbol español y mundial

Johan Cruyff marca uno de los dos goles que anotó ante el Granada el día de su debut el 28 de octubre de 1973.

Johan Cruyff marca uno de los dos goles que anotó ante el Granada el día de su debut el 28 de octubre de 1973.

Joan Domènech

Joan Domènech

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Primero llegó el futbolista, luego el entrenador. Johan Cruyff (Amsterdam, 1947-Barcelona, 2016) transformó al Barça y luego cambió el futbol mundial. Las dificultades de cada contratación quedaron largamente compensadas con los incalculables beneficios, impagables, que brindó tanto la primera estancia (1973-1978) como la segunda (1988-1996).

Las apariciones de Cruyff en el universo culé representan lo que verdaderamente significa un punto de inflexión. Las dos. En 1973 se trataba de la adquisición del mejor futbolista del mundo, líder de un Ajax tricampeón de Europa consecutivo y doble Balón de Oro (el tercero lo obtuvo vestido ya de azulgrana). Era un fichaje que perseguía el Real Madrid, que negociaba con el Ajax a espaldas de Cruyff, quien reaccionó con la rebeldía que le caracterizaba.

El Ajax negoció con el Madrid a espaldas de Cruyff y Johan amenazó con retirarse y no acudir al Mundial si llegaban a un acuerdo.

No fichó por el Barça por insumisión al club de su vida ni por despecho al Madrid. Johan simpatizaba por el club azulgrana por varios motivos: había tenido de entrenadores a Vic Buckingham y Rinus Michels en el Ajax y había estado varias veces en Barcelona.

Meses antes de su adquisición, el Barça invitó a Cruyff para que conociera el Camp Nou. Le hizo de guía Carles Rexach, que tenía su misma edad, era un futbolista conocido por ser internacional con España y hablaba algo de inglés. De ahí nació su relación, que se fortaleció a partir de que luego compartieran habitación. No solo comenzó su amistad. Carles pasó a ser Charly.

El célebre gol de Johan Cruyff a Miguel Reina en el Barça-Atlético de Madrid de la Liga 1973-74.

El célebre gol de Johan Cruyff a Miguel Reina en el Barça-Atlético de Madrid de la Liga 1973-74. / ARCHIVO EP

El contrato se firmó el 13 de agosto, pero los 'problemas burocráticos' retrasaron el debut oficial hasta el 28 de octubre.

El país de las trampas

Pero en los despachos se jugaba un partido de intrigas. La iniciativa azulgrana había comenzado pese a que estaba prohibido el fichaje de futbolistas extranjeros. Solo se permitían a los oriundos, presuntos descendientes de españoles emigrados a Sudamérica, y las trampas en el país del Lazarillo, Rinconete y Cortadillo, estaban a la orden del día. El Informe Roca Junyent exhibió la red de falsificaciones del fútbol español, la posible amenaza de la FIFA, y se abrieron las fronteras para los extranjeros.

El Barça, sin ganar la Liga desde 1960, se lanzó en busca del mejor. Y el mejor era Cruyff. Hubo otra conexión fundamental para el éxito de la empresa. El negociador del club era Armand Carabén, el gerente. Un hombre avanzado a su tiempo, inteligente, cultivado y políglota. Su esposa, Marjorie van der Meer, era holandesa. “Mis padres conocían a los Cruyff desde antes de que llegaran a Barcelona; se conocieron a través del despacho Vilaseca”, recuerda David Carabén, su hijo, la voz de Mishima y comisionado del 125 aniversario del club barcelonista.

“Mis padres conocían a los Cruyff desde antes de que llegaran a Barcelona; se conocieron a través del despacho Vilaseca”

— David Carabén / Cantante de Mishima

Cruyff evita una tarascada por detrás de Gregorio Benito en un Madrid-Barça disputado en el Bernabéu.

Cruyff evita una tarascada por detrás de Gregorio Benito en un Madrid-Barça disputado en el Bernabéu. / ARCHIVO EP

Como la legislación no preveía el fichaje de futbolistas extranjeros, el club pidió el permiso para el pago con divisas alegando que iba a comprar un semoviente (significado: entes que tienen la propiedad de moverse por sí mismos).

Más dificultades

El factor humano prevaleció sobre el dinero, aunque el Madrid nunca igualó las cifras del Barça. La operación con el Ajax se pactó con un pago de 60 millones de pesetas y un compromiso de tres años con Cruyff. El contrato, firmado el 13 de agosto, no se completó aquel día. Ni mucho menos. Aún quedaban más dificultades. En Holanda y en España.

Jaap van Praag, el presidente del club holandés, retrasó al máximo la entrega del transfer internacional, enfadado con Johan porque había amenazado con retirarse del fútbol y negarse a acudir al Mundial de Alemania-1974 si mantenía las conversaciones con el Madrid. Tampoco había ninguna predisposición en los organismos españoles. Ni prisa. El Barça tenía en la recámara el fichaje del alemán Gerd Torpedo Müller, del Bayern de Múnich, el otro 'nueve' del momento pero que no se parecía en nada a Johan. Ni el número, ya que este llevaba el 14.

Dado que se necesitaba un permiso del Instituto de la Moneda Extranjero (IEME) para importar productos y que la legislación no preveía el fichaje de futbolistas, tuvo que buscar una influencia burocrática y una solución imaginativa. El Barça solicitó la autorización para la compra de un semoviente: un término que se aplica al ganado pero que en realidad, según términos jurídicos, son entes que tienen la propiedad de moverse por sí mismos.

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Carles Rexach y Johan Cruyff juegan a ping pong en una concentración del Barça. / ARCHIVO EP

4-0 y dos goles en el debut

Cruyff, naturalmente, no pudo comenzar la Liga el 1 de septiembre. Tardó en debutar. hasta el 28 de octubre en la octava jornada. Entre tanto, el equipo cayó eliminado en la UEFA con el Niza y llegó a ser penúltimo tres semanas. El astro debutó con un 4-0 ante el Granada y anotó dos goles. En la jornada 13 el Barça ya era líder y se coronó campeón a cinco jornadas del final. Así de imperial y veloz fue la trayectoria de los semovientes.

Una Liga (1974) para empezar y una Copa para acabar (1978) fueron el escaso saldo de títulos recogidos por el lustro del futbolista, aunque Cruyff dejó algo más valioso que grandes tardes de fútbol, el inolvidable 0-5 del Bernabéu y la recuperación de la autoestima de los catalanes, entre otros beneficios. Dejó un recuerdo inolvidable: la semilla de una filosofía de fútbol.

La primera llamada para volver como entrenador fue en 1987. "Ni se te ocurra", le aconsejó Rexach.

Una Liga (1974) para empezar y una Copa para acabar (1978) fueron el escaso saldo de títulos recogidos por el lustro del futbolista, aunque Cruyff dejó algo más valioso que grandes tardes de fútbol, el inolvidable 0-5 del Bernabéu y la recuperación de la autoestima de los catalanes, entre otros beneficios. Dejó un recuerdo inolvidable: la semilla de una filosofía de fútbol.

Diez años después, en 1988, se produjo el segundo punto de inflexión. Más influyente, más duradero y más exitoso, hasta el punto de que todavía dura. Cruyff recibió una oferta para volver al Barça como entrenador tras el despido de Terry Venables en 1987. De Josep Lluís Nuñez, el todavía presidente del Barça, que había iniciado su mandato coincidiendo con la marcha del holandés. ,“¿Tú qué harías?” le preguntó Johan a su amigo Charly. “Ni se te ocurra”, contestó.

Cruyff y Núñez salen de una reunión en 1995.

Cruyff y Núñez salen de una reunión en 1995. / Jordi Cotrina

El segundo fichaje de Johan necesitó que el club saldara la deuda con Hacienda que había quedado pendiente de 1978.

Pero el hipotético regreso quedó en modo latente. La segunda llamada, meses más tarde, encontró una respuesta diferente. La situación era dramática en el club (35 futbolistas en nómina, sexto en la Liga a 23 puntos del Madrid cuando la victoria valía dos puntos, el motín del Hesperia que reclamó la dimisión de Núñez...), pero eso no le arredró. Ni a Cruyff ni a Rexach, que estaba ejerciendo de ayudante de Luis Aragonés.

En enero de 1988, Cruyff había roto con el Ajax. Uno de los posibles obstáculos, que era negociar otra vez con el club de Amsterdam, desaparecía. Eso no implicaba que Nuñez se pudiera ahorrar una cantidad de fichaje. En absoluto. Lo pagó. Pero no al Ajax ni a Johan, sino al Ministerio de Hacienda. Habían quedado pendientes de pago unos impuestos de los que Montal ni Núñez ni Cruyff se habían hecho cargo en 1978.

Cruyff medita en un entrenamiento del Barça en 1996.

Cruyff medita en un entrenamiento del Barça en 1996. / Jordi Cotrina

Información directa

El PERIÓDICO DE CATALUNYA fue testigo de excepción del proceso de fichaje. Joan Patsy, entonces redactor de esta casa, viajó a Amsterdam la noche de Reyes en busca de una primera entrevista con Cruyff. Le costó.

Pero con el tiempo fue relatando en tiempo real el progreso de las negociaciones y pasó a ser su portavoz. Comenzó a frecuentar Amsterdam. Llevaba noticias de Barcelona y vídeos de partidos. Patsy también colaboraba con TV-3. Algunos los miraba Johan y otros Tony Bruins Slot, su fiel ayudante.

Joan Patsy fue el primer periodista en viajar a Amsterdam, llevaba vídeos de jugadores y en la presentación ya fue considerado como "amigo".

Esa relación rozó la ruptura. Alguien con mala fe llamó a Cruyff informándole de que El Periódico había publicado algo que no se correspondía con el texto. Y era cierto. Un mando quiso ir más allá en un titular. “Me han dicho que habéis sacado esto”, espetó Cruyff a Patsy. “No he puesto ninguna palabra que no me hayas dicho”, respondió este. “Tráeme el periódico y cuando lo vea, te creeré”, concluyó. “La rotativa de El Periódico volvió a imprimir esa página con el titular original y se lo llevé a Amsterdam” explica Patsy, que pasó a ser su “amigo” de forma oficial ante el Barça el día de la presentación del equipo.

Estaban ambos en el bar del Hotel Princesa Sofía, en la Diagonal, junto al Camp Nou. Ricard Maxechs, entonces director de comunicación del club, acudió en busca de Cruyff para subir a la suite y exponerle el desarrollo de la presentación. “Vamos para arriba”, dice, pero Maxenchs corrige: “Joan no puede subir porque es periodista”. “Es mi amigo”, cortó Cruyff.

Koeman. Stoichkov y Cruyff, en la reunión del 'dream team' en 1999.

Koeman. Stoichkov y Cruyff, en la reunión del 'dream team' en 1999. / Jordi Cotrina

Núñez quería a Clemente

No fue esa la señal ni un motivo de la tensa relación que, en varios momentos tendría el futuro entrenador del dream team con Núñez y su junta. La relación nació y creció en la desconfianza mutua. “Núñez quería a Clemente, pero temía que Cruyff fuera el entrenador de la oposición y acabara perdiendo la presidencia”, relata Patsy.

“Núñez quería a Clemente, pero Javi en un gesto de honradez, le decía que no. 'La prensa de Barcelona me quiere matar con lo que pasó con Schuster y Maradona y tú, que no estás más fuerte que nunca, no me dejarás caer. Por eso no quiero fichar', razonó Clemente”, corrobora Anton Parera, entonces director general.

“El contrato se firmó en el hotel Le Richemond de Ginebra. Sólo sé que era Semana Santa porque me fui con el contrato firmado a Gstaad a reunirme con la familia"

— Joan Gaspart / Exvicepresidente del Barça

Cruyff observa a sus pupilos en el entrenamiento previo al homenaje al 'dream team' de marzo de 1999.

Cruyff observa a sus pupilos en el entrenamiento previo al homenaje al 'dream team' de marzo de 1999. / Jordi Cotrina

Entrenador sin título

hotel Le Richemond de Ginebra

Cruyff permaneció ocho temporadas como entrenador. El club conquistó por primera vez cuatro Ligas consecutivas (de 1990 a 1994) y la primera Copa de Europa (1992) y la primera Supercopa de Europa (1993) entre los 11 títulos obtenidos. El Barça adoptó un estilo de juego que se ha mantenido con el tiempo. El cruyffismo es una religión.

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