El Barça gana la Liga de fútbol-sala y cierra un curso casi perfecto

El Barça cerró en Palma una temporada casi perfecta al conquistar el cuarto título de los cinco en que ha competido: Supercopa de España (febrero), Copa de España (abril), Champions (mayo) y Liga (ayer, tras remontar un partido en Son Moix que tenía siempre cuesta arriba). Un curso irreprochable para los azulgranas que eligieron conquistar el título por la vía más rápida ganado al Palma Futsal (2-4) disfrutando Jesús Velasco en su primera temporada de un póker inolvidable.

Y eso que el encuentro empezó encorsetado. Parecía guiado por las pizarras de los entrenadores. Tuvo cierto vértigo, eso es verdad, pero todo condicionado por el clásico mensaje de cuidar, y de forma extremada, los pequeños detalles. Así transitaba el segundo capítulo de la final entre el Palma Futsal y el Barça.

Reacción en la segunda mita

Lozano, que marcó dos goles, fue el azulgrana que desequilibró la final donde el Barça tuvo que superar el 1-0 y el 2-1

Se veía mucho más a Fabio, el portero del equipo balear, más acertado que en el primer duelo librado en el Palau Blaugrana. Dominaban los azulgranas, pero sin quebrar la sólida defensa mallorquinista en un Son Moix repleto de 4.000 aficionados enarbolando la bandera verde de la esperanza, pero se quedó sin forzar un tercer partido. El Barça fue superior.

Y el gol de Higor abrió las compuertas de la final. A partir de ahí, otro encuentro. Mucho más eléctrico, sin tanta rigidez defensiva, castigando cualquier despiste. El 1-0 llegó, precisamente, tras un fallo del Barça, sometido como estaba por la presión del Palma, que robó la pelota para que Higor soltara un imponente derechazo que hizo volar las redes de Dídac.

Final nueva, escenario distinto. Quien a presión mata, a presión muere. Robó Lozano y marcó Lozano. Y eso que el capitán azulgrana se asustó, y mucho, cuando recibió un golpe en la rodilla izquierda, que le envió al banquillo. Volvió justo a tiempo para firmar el 1-1 y para rubricar luego el 2-2, que equilibraba el gol de Nunes. 

Todo sucedió en un minuto . El Palma se agarró a la galopada de Nunes por la banda derecha derribando, precisamente, a Lozano antes de que el disparo se burlara de las piernas de Dídac. ¿Por qué? Porque se coló la pelota entre ellas. Lozano, más astuto que nadie, reaccionó rápido y certificó el empate antes del descanso.

 En la segunda mitad, el partido se convirtió en un hermoso diálogo entre Fabio y Dídac. Hermoso porque dibujaron paradas hermosamente decisivas. Lo hacía el portero del Barça, repetía luego el del Palma. Y así a 40 metros de distancia se hablaban los dos hasta que Pito remató el 2-3 y Dyego el 2-4 que le daba la sexta Liga al Barça, segunda consecutiva.