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FC BARCELONA 0 - 1 CÁDIZ CF

El Cádiz también retrata el drama del Barça

El equipo de Xavi se desploma y entra en un agujero negro con otro fiasco en el Camp Nou.

Los jugadores del Cádiz celebran el gol de Lucas en el Camp Nou

Los jugadores del Cádiz celebran el gol de Lucas en el Camp Nou

Marcos López

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El Barça también se estrelló contra el Cádiz. Recibió otra sonora bofetada que le desnudó como ya hizo el Eintracht. No, no es un accidente. Ni mucho menos. Es algo tan profundo como indescifrable que provocó que el Camp Nou en un grito tan fuera de lugar (“¡a Segunda, a Segunda, a Segunda!”) como antideportivo reflejara la pérdida de los nervios y, por supuesto, del fútbol, abrazados los jugadores del equipo andaluz a Ledesma, su portero, el hombre que paró a un equipo, el azulgrana, desnortado y carente de alma que se ha derrumbado.

De pronto, se ha vuelto vulnerable y transparente en su defensa. Y desquiciadamente inofensivo. Cualquier rival llega a su casa y se lleva hasta el último cojín del sofá. El Camp Nou es un lugar donde todos vienen y se sienten tan cómodos, sean miles de alemanes o centenares de felices gaditanos. Cómodos y felices vienen y se vuelven a su hogar porque el Barça es un drama.

Rotaciones en las dos áreas

Rotó Xavi en todas las áreas del equipo. De atrás hacia adelante. Improvisó una defensa con Dest en el flanco derecho junto a Eric García y Lenglet como centrales, manteniéndose Jordi Alba en el costado izquierdo. Y sin Pedri, la vida es mucho más dura para cualquiera. Para el técnico, también. El equipo transitó por un tono monocorde y plano, mientras Dembélé era Dembélé. Prometía muchas cosas buenas cuando arrancaba rasgando el césped del Camp Nou con sus veloces cabalgadas. Tan veloces como estériles porque todas esas promesas que insinuaba el delantero francés acabaron en la nada.

Videocomentario de Marcos López: Partido FC Barcelona- Cádiz CF.

El Barça se marchitaba. Hasta el Cádiz, prudente y astuto, dispuso, tal vez, de la mejor ocasión de la noche en la primera mitad cuando trenzó un contragolpe soberbio que estropeó Lucas Pérez enviando el balón a la grada vacía del gol norte del estadio. Luego, ya rozando el minuto 40, llegó el primer y único disparo azulgrana a puerta. Obra de Dembélé, claro. El único que empezó todo. El único que no acabó nada. Aunque el problema también radicaba en que el juego azulgrana se inclinara descaradamente a la derecha porque en la izquierda no había rastro alguno de Ferran Torres. Ni tampoco de Jordi Alba, que ya no es aquel lateral zurdo que percutía, una y otra vez, hasta agujerear a la defensa rival.

Fútbol previsible

Tan asimétrico resultó el Barça como previsible porque el Cádiz, ordenado y cómodo en su estructura defensiva, no sufría lo que imaginaba. El Camp Nou, más vacío que de costumbre (no acudió la Grada de Animación), se fue apagando porque Xavi veía como su equipo poseía el balón (76% en la primera mitad), tenía el control del partido, pero no hacía daño alguno. Las rotaciones del técnico (Dest en lugar de Alves, la obligada de Gavi por el lesionado Pedri y la de Memphis, como nueve, ocupando la casa de Aubameyang) no reanimaron a un equipo que, de repente, desprende un aire triste. Hasta melancólico.

Tocó la cima del Bernabéu con el 0-4, se sintió poderoso con su 1-0 al Sevilla y, de pronto, está irreconocible. Ni el mismo Barça se conoce a sí mismo porque ha perdido todos los rasgos de vitalidad que le habían impulsado en seis meses del noveno al segundo lugar de la Liga. La pelota viaja de forma burocrática, como si necesitara un sello de autentificación en cada pase. Sello fronterizo que ralentizaba aún más el fútbol del Barça, convertido en un enemigo sencillo y asumible para cualquiera. El Cádiz ni sufrió en la primera parte.

Gol de Lucas Pérez

Tan mal lo vio Xavi, como todos los que estaban observando ese aburrido partido, que actuó en el descanso. Cambió de posición a Ferran. Lo sacó de la banda izquierda, donde se siente un recluso, y lo envió a la posición de nueve, situando entonces a Memphis como extremo izquierdo. Pero lo peor todavía estaba por llegar. Un error infantil de Jordi Alba provocó un catálogo de fallos aún más infantiles que tuvieron a la pareja de centrales (Eric y Lenglet) como invitados especiales a la comedia casi de humor que sirvió de prólogo al gol de Lucas Pérez.

Hasta tres remates permitió el Barça en su área pequeña. Dos fueron salvados como buenamente pudo por Ter Stegen. Pero el tercero acabó en la red para desesperación del meta alemán. Y de Xavi. Agarrado su equipo, el Camp Nou, con 57.495 espectadores, poco más de media entrada, a Dembélé, símbolo de la estrambótica situación que sacude al Barça.

El extraño y monumental Ledesma

Todo dependía del francés. Era él o nadie. El ajuste táctico del técnico (Memphis, extremo; Ferran, nueve) apenas duró un cuarto de hora de la segunda mitad. Prueba de los nervios e imprecisiones que dominaban a los azulgranas. Con la soga al cuello, el Barça abandonó todos los principios tácticos que parecían inviolables y se entregó a jugar con un doble delantero centro (Auba + Luuk de Jong, recibido como un héroe) en busca de una remontada que no llegó.

Topó siempre con Ledesma, ese extraño portero del Cádiz que firma siempre partidos monumentales contra el Barça. Ya no es noticia. Son paradas raras, pero tremendamente efectivas frustrando a un desconcertante equipo de Xavi, al que se le ha escurrido todo entre las manos.

FICHA DEL PARTIDO

Barça: Ter Stegen (5), Dest (4), Eric García (4), Lenglet (3), Jordi Alba (4), Frenkie de Jong (4), Busquets (4), Gavi (4), Dembélé (5), Memphis (4) y Ferran Torres (4).

Entrenador: Xavi Hernández (4)

Cambios: Aubameyang (4) por Memphis (m. 62); Luuk de Jong (5) por Frenkie de Jong (m. 76), Adama (5) por Lenglet (m. 76); Mingueza (s.c.) por Dest (m. 90+4).

Cádiz: Ledesma (7), Rául Parra (6), Luis Hernández (6), Fali (7), A. Espino (6), José Mari (6), Jonsson (6), Salvi (6), Álex (5), Sobrino (6) y Lucas Pérez ( 7).

Entrenador: Sergio González (8)

Cambios: Ivan Alejo (6) por Salvi (m. 64); Fede San Emeterio (5) por José Mari (m. 64); Akapo (5) por Rául Navarro (m. 76); Chust (5) por Jonsson (m. 76); Arzamendía (s.c.) por Sobrino (m. 82).

Goles: 0-1, Lucas Pérez (m. 48)

Árbitro: Jaime Latre (4), vasco.

Tarjetas amarillas: Busquets (m. 41); Ôscar Hernández (m. 58); Luis Hernández (m. 60); Dest (m. 69); Ferran Torres (m. 90+5); Jordi Alba (m. 90+7).

Estadio: Camp Nou

Espectadores: 57.495

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