UNO DE LOS HÉROES AZULGRANA

Araujo saldrá más caro

El defensa salió revalorizado de un exigente examen mientras está negociando la renovación. Xavi le empujó a un duelo a pelo con Vinicius. Solo debía impedir que marcara el brasileño, pero marcó él.

Araujo celebra el gol que anotó, el 0-2.

Araujo celebra el gol que anotó, el 0-2. / Susana Vera / Reuters

Joan Domènech

Joan Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Era una noche especial y, presumido como es, se tiñó el pelo. Otra vez. Con un color distinto, un plateado con tintes azules, en línea con la moda que ha irrumpido en la semana del clásico de alterar todos los colores naturales. Los blancos salieron de negro, los azulgranas se exhibieron de amarillo y el moreno Ronald Araujo apareció con la cabeza aclarada, en consonancia también con las instrucciones precisas que le había dado Xavi para el clásico.

Aunque disputaba su segundo clásico, era el primero de verdad. El estreno en el Bernabéu, que no tiene nada que ver con Valdebebas. Ni tampoco puede compararse el hecho de jugar como central, acompañado, para vigilar a Benzema, que hacerlo de lateral para enfrentarse a Vinicius. Y sin ayuda, porque no podía confiar en los ocupantes de la banda derecha (Frenkie y Dembélé), de perfil muy poco colaborativo en defensa. Así que Araujo se tuvo que enfrentar a un duelo en solitario, mano a mano, a pelo, con Vinicius. Lo ganó. De forma brillante como anunció su cabeza.

Araujo separa a Vinicius de Ter Stegen, después de que el meta le recriminara que se tiró buscando un penalti.

Araujo separa a Vinicius de Ter Stegen, después de que el meta le recriminara que se tiró buscando un penalti. / Susana Vera / Reuters

Un día para fracasar o para triunfar. Noche radical. Sin medias tintas. Ni en el pelo en el césped. Se jugaba también Araujo el tono con el que su representante se va sentar en la mesa de negociaciones. Le dio plenos poderes para pedir la millonada que le regatea Joan Laporta. Saldrá caro, más caro, Araujo en su nuevo contrato tras el partido.

Auba, Memphis, Luuk y él

El presidente le firmaría anoche lo que pidiese, aliviado, por otro lado, por no tener que negociar nada con Aubameyang, recién llegado en invierno, igual que Ferran. Está legitimado para pedir, siendo como es el cuarto goleador del equipo, después de Memphis, Aubameyang, Luuk de Jonh y Ferran, con quien está empatado.

Porque Araujo, como los delanteros, también marcó. No hacía falta que lo hiciera. Solo tenía que impedir que marcar a Vinicius. Pero marcó él.

Vinicius intenta escaparse del acoso de Araujo.

Vinicius intenta escaparse del acoso de Araujo. / Ballesteros

Le invitaron, casi, a hacerlo en un córner. Se coló solo en la defensa zonal descuidada de los blancos (los negros) y al trote se impulsó, sin oposición alguna, colándose entre Alaba y Militao, para cabecear el lanzamiento de Dembélé. Saltó con más fe que nadie y corrió enloquecido mientras Vinicius contemplaba la escena, convenciéndose de que la noche se torcía definitivamente.

Ya lo intuyó el brasileño en el primer duelo. Lanzado en carrera no le ganó como sucedió en la Supercopa con el 0-1. Araujo ha visto decenas de vídeos desde aquella noche, persiguiendo su progresión futbolística, y buscó el choque hombro con hombro para frenar la superior velocidad de Vinicius. Una hora después, celebraba como un gol el tercer duelo que ganaba, esta vez a David Alaba, rocoso como él, en su única excursión ofensiva por la banda.

Suscríbete para seguir leyendo