LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

Gestionar las expectativas

Yuste, Laporta, Alves y Alemany, al final de la rueda de prensa.

Yuste, Laporta, Alves y Alemany, al final de la rueda de prensa. / Jordi Cotrina

Marc Menchén

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Cada día tengo más claro que la figura del director deportivo de un club tendrá más parecido con el de Mateu Alemany que con el de Robert Fernández. Me explico y no me malinterpreten. El primero fue presidente y director general de equipos de LaLiga antes de recalar en el FC Barcelona, un bagaje que le ha dado un mayor conocimiento sobre la gestión económica y el impacto de marca que pueden tener los refuerzos del primer equipo. En un año, aunque hace tres que ya debería ser así, nadie debería poder acceder a este cargo sin saber manejarse con Excel.

¡Pero si lo importante es tener ojo! Sí, pero tan importante es tener vista para detectar el talento antes de tiempo y captarlo, como entender las implicaciones económicas de cada fichaje. Una incorporación no sólo impacta en las cuentas del verano o el invierno en el que llega, sino también en los ejercicios posteriores. Hoy en los despachos del Camp Nou sufren las consecuencias de esa falta de visión a largo plazo de quien no previó a medio y largo plazo las implicaciones de determinadas operaciones. O sí, y decidieron asumir el riesgo e hipotecar a los siguientes gestores.

Manejarse con el Excel

Para entender la importancia de que el director deportivo sepa manejarse con un Excel y todas las fórmulas que rigen el control económico de LaLiga: sus decisiones se tradujeron en un gasto de 2.982 millones de euros en 2019-2020 entre salarios negociados y amortizaciones de fichajes, lo que representa el 59% de los ingresos totales de los clubes que ese año compitieron en Primera o Segunda División. Esa temporada decidieron sobre el destino de 1.533,3 millones para la llegada de futbolistas y sobre la recaudación de 1.130,5 millones con salidas.

¿Por qué es importante manejarse con Excel? Porque ya hemos visto en clubes como el RCD Espanyol en el que separar dirección general corporativa y deportiva no funciona si no hay alguien que unifique las dos almas y las haga ir alineadas. No es igual de atractivo vender a un canterano con cartel en Europa por el que todo precio de venta es plusvalía neta, que tener que jugar con las salidas de los fichajes más caros de la historia. 

Si Coutinho se va cedido y no traspasado es porque las ofertas hoy son más bajas de lo que queda por amortizar, y mejor dividirlo en dos años que no asumir el coste de golpe ahora. Y lo mismo pasará con nombres como De Jong, del que aún quedan 30 millones por contabilizar, o Dest (12,6 millones) y Lenglet (7,2 millones) de turno. Y tan clave será el ingreso, como sobre todo el ahorro, por reconducir la masa salarial a niveles razonables, como por lograr que LaLiga abra la mano a las inscripciones.

El Clásico femenino, no tan igualado en inversión

El Barça y el Real Madrid volverán a verse las caras esta temporada en fútbol femenino, esta vez en la Supercopa de España. Se le llama igualmente Clásico, si bien aquí la diferencia en cuanto a historia y apuesta clara en términos de inversión es muy distinta. Tanta, como que las blaugranas tienen un presupuesto que prácticamente dobla al de las blancas.

En 2020-2021, la primera temporada en la que Florentino Pérez autorizó un equipo con el nombre y el escudo del Madrid, la inversión se situó en 3,4 millones de euros, un 55% menos que los 7,5 millones que destinó un Barça que se alzó con la Women’s Champions League.

Al margen de fichajes, una de las claves continúa siendo la apuesta por la generación de talento propio. Mientras que el Madrid sólo cuenta con primer equipo, filial, juvenil y cadete, el Barça tiene media docena de categorías, empezando por la profesional y acabando con dos alevines. De ahí salió la actual Balón de Oro, Alexia Putellas, y otros puntales del primer equipo como Aitana Bonmatí, Patri Guijarro o Vicky Losada.

Todas ellas forman parte de una élite a la que se han unido algunas de las principales estrellas extranjeras, que también explican el creciente gasto en salarios: 5,48 millones por parte de las blaugranas, frente a 2,04 millones de las blancas.