UN PROYECTO IMPRESCINDIBLE

Llauradó impone la ética en el Espai Barça

Los 110.159 socios con derecho a voto del Barça han de refrendar este domingo el 'Espai Barça', el proyecto azulgrana del siglo.

"La obsolescencia nos llevará a la decadencia», avisa Jordi Llauradó, subrayando la urgente necesidad remodelar el Camp Nou.

Jordi Llauradó posa junto a la maqueta del futuro Camp Nou.

Jordi Llauradó posa junto a la maqueta del futuro Camp Nou. / Laura Guerrero

Joan Domènech

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Un referéndum en 2014, una asamblea y otro referéndum, este próximo domingo. El proyecto del siglo del Barça necesita ser remachado una y otra vez, tal es la envergadura del plan como el tiempo de duración de las obras y, sobre todo del coste tratándose de un club arruinado: 1500 millones de euros.

Jordi Llauradó forma parte del amplio equipo que se encarga del Espai Barça junto con la vicepresidenta Elena Fort y Ramon Ramírez, el director general de Patrimonio. El apellido Llauradó está muy vinculado al Barça a través de su padre, Jaume. "Llevamos en la sangre la vocación de servir al club y hacerlo desde dentro lo considero un honor", dice el directivo, que aguarda con expectación el desenlace de esta nueva consulta. «La pidieron los compromisarios», alega. Entiende que hubo la voluntad de democratizar la decisión y no tanto que los 445 compromisarios que votaron (el 10% de los convocados, apenas el 0,4% de los 110.159 socios con derecho a voto) quisieran sentirse más acompañados en tan trascendental decisión, asustados por la envergadura de lo que acababan de aprobar. 

La directiva incide en subrayar que la cuenta de financiación marcha paralela a la de la gestión económica y deportiva del club y que no existe ningún peligro de interferir; a contrario. "El Espai nos ha de ayudar a volver a fichar con la explotación de unas instalaciones que nos darán ingresos adicionales", dice Llauradó, más allá de admitir que el Camp Nou, que se cae a trozos literalmente, daña la imagen del Barça. "Es muy importante tener un estadio a la altura de nuestro prestigio. Todos asumimos que es obsoleto, y la obsolescencia nos llevará a la decadencia", proclama.

"Es muy importante tener un estadio a la altura de nuestro prestigio. Todos asumimos que es obsoleto, y la obsolescencia nos llevará a la decadencia"

— Jordi Llauradó / Directivo del Barça

Una ecuación positiva

due dilligence.

El club ingresa unos 300 millones anuales por todos los conceptos del Camp Nou. Reconstruido y modernizado, aumentarán a 500. Un tercio de los 200 adicionales será para Goldman Sachs. Multiplicada la cantidad por 30 años, la inversora habrá recibido 2.000 millones aproximadamente.

"Lo importante no es ese tercio, sino que habrá dos tercios que nos ayudarán a hacer grandes fichajes para superar esta situación delicada"», defiende Llauradó, preocupado, sobre todo por eliminar toda la bruma de sospecha que arrastra el Espai Barça con unos gastos anteriores de difícil justificación: 145 millones solo han significado el 5% de las obras. El antiguo presupuesto (el de Josep Maria Bartomeu, aprobado en 2014, era de 600 millones).

Jordi Llauradó posa en las puertas de las oficinas del Barça.

Jordi Llauradó, en las puertas de las oficinas del Barça. / Laura Guerrero

Llauradó aún confía en evitar que el equipo suba a jugar a Montjuïc la temporada 22-23

El precio del cemento

"Estoy muy satisfecho de que el presidente Laporta haya dado luz verde a todos los órganos de control, gobierno y ética para garantizar la máxima transparencia", afirma. "Todos sabemos lo que vale el hierro, el cemento y la mano de obra", recuerda el directivo, especialista inmobiliario desde que asumiera la dirección de los negocios familiares. Socio 19.501, Llauradó (49 años) establece la ética por encima de todas las cosas. Máxime en un asunto tan erosionado en el pasado y por la responsabilidad contraída.

Sobre las incertezas aún existentes, no se pronuncia. Ni rebate que el final de las obras, previstas para finales de 2025, se demoren. Por norma general se retrasan más que se adelantan, asiente. Llauradó apurará hasta la última opción para evitar el traslado a Montjuïc. Las obras de acondicionamiento del estadio superan los 20 millones y afectan a la cuenta ordinaria. Es decir, al presupuesto actual. Dinero que no se puede destinar a fichajes.