EL BARÇA-ESPANYOL DE 1988

"El primer derbi de Cruyff fue especial. Era el líder, como Xavi"

El neerlandés se estrenó en el banquillo azulgrana en un derbi contra el Espanyol, al igual que Xavi, y jugadores de aquel equipo de 1988 recuerdan aquel partido y el germen del 'Dream Team'

"Johan me hizo bajar el sueldo y al final de curso me dio un talón suyo personal con la diferencia", rememora Julio Alberto

Cruyff, con los fichajes de 1988. Arriba: López Rekarte, Julio Salinas, Soler, Manolo Hierro y Serna. Abajo, Bakero, Valverde, Unzué, Eusebio y Begiristain.

Cruyff, con los fichajes de 1988. Arriba: López Rekarte, Julio Salinas, Soler, Manolo Hierro y Serna. Abajo, Bakero, Valverde, Unzué, Eusebio y Begiristain. / EL PERIÓDICO

Roger Pascual

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"Cuando llegó Cruyff nos dijo a Carrasco y a mí que nos teníamos a bajar el sueldo. Carrasco no quiso y se marchó al Sochaux. Yo, que la temporada anterior era casi el que más cobraba, después de Schuster, acepté", explica Julio Alberto. "Al final de la temporada, Johan vino con un sobre y un talón suyo personal con la diferencia que me había quitado, para agradecerme por haberme comportado como me había comportado".

Cruyff era hasta hoy el único técnico en toda la historia azulgrana que había debutado en un derbi en el Camp Nou con el Espanyol. Si el genio neerlandés tuvo que reconstruir al Barça después del motín del Hesperia, Xavi tiene ahora el reto de volver a construir un conjunto sin Messi y desde las cenizas económicas de Josep Maria Bartomeu.

Xavi y Johan Cruyff.

Xavi y Johan Cruyff. / Fundación Johan Cruyff

El entrenador egarense se podrá sentar este sábado en el banquillo, a diferencia de Cruyff, que tuvo que ver desde la grada del Camp Nou el primer partido de la temporada 1988-1989. La Federación no validó el título del exentrenador del Ajax hasta la segundo partido, en la Recopa ante el FRAM de Reikiavik, con lo que vio desde el palco el inicio oficial de su segunda etapa en el club. Un derbi que se saldó con una victoria por 2-0, con dos tantos en dos minutos (62 y 64) de Txiki Begiristain y Robert Fernández.

En aquel primer once saltaron al campo Julio Alberto y Miquel Soler, que recuerdan aún que estaban por entonces intentando digerir todos los nuevos conceptos que intentaba implantar el nuevo y rompedor entrenador. "Nos rompió por completo los esquemas. Teníamos muchas manías adquiridas y él a base de trabajo de campo, de vestuario y psicológico nos cambió la forma de pensar", asegura Julio Alberto. "Empezó a cambiar muchas cosas que dábamos por hecho que estaban muy bien hechas: el trabajo que hacíamos los laterales, que supiéramos leer bien cuando debíamos defender y proyectarnos en ataque, el poder jugar tres atrás, que los dos extremos abiertos obligaran a fijar dos defensas...".

"Chocaba con todo lo que cualquier jugador había visto hasta entonces. Nos mirábamos entre nosotros y decíamos: cinco por fuera, uno por dentro y tres a perseguir la pelota, con esto no daremos ni tres pases. A base de insistir y repetir se fue imponiendo su tesis", comenta Soler. Ambos recuerdan esa pretemporada, "alucinante", como define Julio Alberto, no solo por el cambio en la forma de entrenar sino por el aluvión de amistosos: 22 en un mes. "En ellos y en los rondos fuimos empezando a aprender la importancia de tener la posesión y de formar triángulos en el campo, pasando del laboratorio del entreno al partido", revela Soler.

Julio Alberto.

Julio Alberto. / TWITTER / @AlbertoJCasas

La plantilla era casi nueva, tras la salida de 14 jugadores por el motín del Hesperia y de la llegada de 11 nuevos, entre los que se encontraba Soler. "Éramos muchos jugadores nuevos y cuando llegas un sitio nuevo abres absolutamente las orejas. No llegas a la defensiva, lo quieres hacer bien. Creo que esto le benefició a Johan, porque no es suficiente con ser un líder también hace falta que quiera ser liderada. Si la gente no quiere no tienes nada que hacer", comenta el carrilero, fichado ese año del Espanyol.

También contó Cruyff con la complicidad de veteranos como Julio Alberto, que contribuyeron a la conquista de la Recopa. Un título que coronó un primer curso de Johan que empezó con la euforia en las gradas de ganar el primer derbi. "Aquellos derbis eran muy potentes, se empezaban a jugar al principio de la semana y no se jugaba en las redes sociales sino en los periódicos, en las teles y radios... Llegabas al fin de semana con un ambiente espectacular", relata Julio Alberto. "Johan era apasionado y le gustaban esos derbis igual que a mí y los sabía manejar con frialdad tremenda y con cualquier cosa que dijera o hiciera era motivo para levantar un estadio".

Cruyff, con los fichajes de 1988. Arriba: López Rekarte, Julio Salinas, Soler, Manolo Hierro y Serna. Abajo, Bakero, Valverde, Unzué, Eusebio y Begiristain.

Cruyff, con los fichajes de 1988. Arriba: López Rekarte, Julio Salinas, Soler, Manolo Hierro y Serna. Abajo, Bakero, Valverde, Unzué, Eusebio y Begiristain. / EL PERIÓDICO

Soler, que jugó tanto en el Barça como el Espanyol, considera que generalmente en el vestuario blanquiazul se solían vivir con más intensidad. "En el Barça igual se cogía como un partido más mientras que en el Espanyol se vivía de otra manera, con más rivalidad. Pero ese derbi fue especial por ser el primero de a temporada, con un nuevo entrenador que tenía una forma de jugar absolutamente nueva, por ver cómo funcionaría. Había más tensión y cuando eso pasa cuesta más concentrarse y que salgan las cosas no es fácil".

El líder, en el banquillo

Una situación similar a la que se encontrará el Barça en el inicio de la era Xavi. "Cruyff era el líder entonces porque llegó con ideas disruptivas después de que el Barça rompiera con todo. Ahora con Xavi el líder es el entrenador por primera vez en mucho tiempo, porque desde Guardiola el líder era Messi. Ahora se piensa que Xavi será las claves de las victorias en este Barça de transición por la devaluación de la plantilla, del presupuesto y de los jugadores que se han ido". "Xavi lo tendrá mucho más fácil que Cruyff porque el fútbol ha evolucionado y es mucho más fácil transmitir cualquier idea", apunta Julio Alberto. Para él, más allá de una mejora táctica, su llegada reactivará emocionalmente al Barça a todos los niveles. "Es importante porque ha devuelto al barcelonismo, al equipo, a la directiva y la entidad la ilusión. La ilusión es el primer paso de cualquier proyecto en la vida. Creer en ti para poder creer en los demás".

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