LA SITUACIÓN ECONOMICA

Eduard Romeu: "La trampa está en la masa salarial"

Eduard Romeu tiene un discurso sin corsés. Pero le bulle la sangre al ver el estado de las cuentas del Barça que él, como vicepresidente económico, tendrá la responsabilidad de sanear. Antes, le tocará exponerlas ante los socios.

Romeu posa junto al escudo que preside las oficinas del Camp Nou.

Romeu posa junto al escudo que preside las oficinas del Camp Nou. / Robert Ramos

Albert Guasch / Joan Domènech

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A Eduard Romeu le toca explicarse como nunca estos días. Frecuenta los medios de comunicación engrasando el discurso que expondrá el domingo en la Asamblea de Compromisarios. Una exposición, la del vicepresidente económico, que tiene en ascuas a la anterior junta. Recibe constantes mensajes de varios de ellos, quienes le piden, en esencia, que no haga sangre cuando exponga la situación económica del club.

"No tengo ninguna intención de hacerlo, pero lo que no haré es tapar nada. Por dos razones: primera, por un tema de responsabilidad; y segunda, no me quiero comer un pollo que no me toca".

Romeu dice que no siente animadversión por Rosell y Bartomeu

Romeu, de 53 años y de un indudable carácter impulsivo, combina el discurso duro con el blando. Critica la gestión negligente de la junta anterior y a la vez dice que es capaz de empatizar con su incapacidad de haber hecho las cosas mejor. "Yo no tengo ninguna animadversión hacia Sandro [Rosell] o [Josep Maria] Bartomeu. Es más, les tengo simpatía, han sido mis presidentes. Me sabe mal porque yo iría a cenar con ellos, después de la asamblea, claro. Pero se trata de empezar limpio, de cero".

Entrevista a Eduard Romeu, vicepresidente económico del FC Barcelona.

Romeu recibe a EL PERIÓDICO en las oficinas del club. Se percibe que lleva poco tiempo en las entrañas de una entidad que desgasta como pocas. Tiene un discurso fresco, sin los corsés que la institución acaba imponiendo. En el palco sufre para contener las emociones. En el despacho, en cambio, marca la línea junto al director general, Ferran Reverter, para dar la vuelta a la crítica situación de la entidad.

Eduard Romeu, frente a las oficinas del Barça en el Camp Nou.

Eduard Romeu, frente a las oficinas del Barça en el Camp Nou. / Robert Ramos

"Bartomeu debería estar tapadito. La deuda del club ha subido 500 millones en dos años y medio"

El galimatías de las variables

Nada le ha impresionado tanto como los contratos con los futbolistas, "las trampas" de los intercambios, la pesada losa de la masa salarial, que debe rebajarse como sea todavía más. Intercambiar con el Valencia los respectivos porteros suplentes (Cillessen por Neto) y darles un valor de 30 millones es "hacer trampa". Como fue una trampa el trueque con la Juventus entre Arthur y Pjanic. El presunto beneficio de 12 millones (Arthur estaba tasado en 72 millones y Pjanic en 60) se ha convertido en una pérdida de 8,5 millones.

Un ejemplo de "las trampas": intercambiar porteros suplentes con el Valencia y darle un valor de 30 millones a Neto.

"La mayor trampa está en la masa salarial", subraya Romeu, ante el galimatías de cláusulas y variables que se amontonan en los contratos de los futbolistas. Hay variables por permanecer en el club y por marcharse, de lealtad y de indemnización, explica, denunciando las triquiñuelas empleadas para driblar los límites salariales. El vicepresidente económico, como uno de los firmantes de los nuevos contratos, va a acabar con ellas. De ese dislate, no obstante, responsabiliza también a Javier Tebas, el presidente de La Liga, con quien no hace buenas migas en la distancia, ya que no se conocen personalmente.

Eduard Romeu, tras la entrevista con El Periódico.

Eduard Romeu, tras la entrevista con El Periódico. / Robert Ramos

"Con el traspaso de Neymar se volvieron locos. Cargaron los contratos para cuando ya se hubieran ido, y eso es mala fe"

De Nobita a Mag Lari

La empatía que dice sentir hacia Bartomeu hace que se muerda la lengua en aras de no fomentar la división del barcelonismo después del segundo comunicado del expresidente. "La pifió en agosto (Laporta le replicó adelantando la deuda de 1.350 millones) y la pifia ahora. Se nota que sigue estando mal asesorado", replica sobre su versión de los números. Según Bartomeu, la deuda es de 558 millones y no de 1.350. "Ha pasado de ser Nobita al Mag Lari o el Mago Pop, si se descuida habrá dejado un Barça con beneficios", bromea. "Bartomeu debería estar tapadito. Lo evidente es que la deuda se ha incrementado en 500 millones en dos años y medio», añade.

El dirigente afirma que acabará con las triquiñuelas de las variables

De la deuda del Barça, se trate de 558 millones o de 1.350 millones, el socio no se enteró. Se ocultaron los números rojos a la asamblea, sostiene Romeu. Él y su equipo entienden que el Barça no estará saneado en dos años. Necesita más tiempo. De ahí que quieran dejar en suspenso el artículo 67 que obliga a cesar a la junta si acumula dos temporadas con pérdidas. En ese supuesto, habría que convocar nuevas elecciones. "El mal ya lo han hecho ellos; ellos han jugado con los estatutos», protesta.

Eduard Romeu, el vicepresidente económico del Barça, en la asamblea de compromisarios en el Camp Nou.

Eduard Romeu, el vicepresidente económico del Barça, en la asamblea de compromisarios en el Camp Nou. / FCBARCELONA

"Me da mucha rabia cuando veo otros clubs fichar por grandes cifras, pero nos toca paciencia"

La "mala fe"

Romeu cree que Bartomeu y sus compañeros enloquecieron con la marcha de Neymar –ficharon a Dembélé y Coutinho, que aún se están pagando–, pero atisba "la mala fe" al comprobar que todas las fichas de los futbolistas se incrementan sustancialmente a partir del 2021, que era el final de su mandato, anticipado por la dimisión de Bartomeu ante el triunfo de la moción de censura. "Me da mucha rabia cuando veo otros clubs fichar por grandes cifras, pero nos toca paciencia", lamenta.

Los nuevos rectores empezaron a conocer el 7 de marzo el estado real del Barça. Era de bancarrota. Sin embargo, alimentaron el sueño de la renovación de Messi, el más caro de la plantilla. El club se sometía a un sobreesfuerzo económico; el jugador también. La reinscripción pendía de la firma del Barça del contrato con CVC. Algo inaceptable para la visión del club. "Si sabes que no van a inscribir si no firmas, y no vas a firmar, para qué quemar más la relación. Quedemos como amigos y ya está", describe de la sentida ruptura. 

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