ACLAMADO POR EL CAMP NOU

Araujo, un defensa apasionado por defender

Entró en el Camp Nou por una puerta extraña. No tanto por venir del Barça B sino porque apareció en el eje de la zaga después de no pasar por ningún gran club uruguayo. Y su conexión con la grada culé ha sido tan inmediata como explosiva.

Ronald Araujo durante el entrenamiento que el equipo azulgrana.

Ronald Araujo durante el entrenamiento que el equipo azulgrana. / Alejandro Garcia

Marcos López

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Sergio Cabrera, técnico del Rentistas uruguayo, se acercó a Ronald Araujo para trasladarle un mensaje que le cambió la vida. Y no es, aunque lo parezca, ninguna exageración. "Puedes ser un delantero más o, en cambio, podrías ser un gran defensa", le dijo al entrenador del Rentistas al joven, llegado del Huracán de Rivera, su pueblo natal, fronterizo con Brasil. Se lesionó un central en un amistoso de pretemporada y las palabras de Cabrera se transformaron en hechos. "Es verdad que empecé de delantero en Huracán, hasta llegué a jugar de enganche. Pero vino él y me puso de central", confesó ayer.

Y de ahí al Camp Nou en un viaje tan extraño como inusual porque recorrió Araujo (22 años)una carretera secundaria antes de instalarse en el eje de la zaga del Barça, feliz de formar pareja con Piqué (su socio de la pasada temporada donde el culé descubrió al uruguayo tras un anónimo paso por el filial) o con Eric García.

"Puedes ser un delantero más o, en cambio, podrías ser un gran defensa", le dijo Cabrera, su entrenador en el Rentistas, cuando lo recicló como central

Central distinto Ronald a todos los que habitan en la nómina de Koeman. Y son cinco más. Nadie tiene la exuberancia física que desprende el uruguayo en cada balón que pelea. Ni tampoco su contundencia y acierto en el juego aéreo ofensivo (decisivo su gol al Granada ya en el tiempo añadido) ni esa garra que ha hecho que en su país giren la vista hacia el Camp Nou. Llegó directamente del Boston River (el Barça pagó 1,7 millones de euros hace tres años)sin pasar siquiera por Peñarol o Nacional, clubs legendarios en ese Uruguay que anda aún descubriendo a Araujo.

Araujo y Ansu Fati, en el vestuario del Camp Nou tras el triunfo del Barça al Levante.

Araujo y Ansu Fati, en el vestuario del Camp Nou tras el triunfo del Barça al Levante. / FCBARCELONA

Química con Ansu

Tan desconocido ha resultado que solo ahora, cuando ya se ha establecido en el Camp Nou, empiezan a considerarlo como alguien capaz de ser titular en la ‘celeste’, como llaman a la selección uruguaya, formando pareja con Giménez (Atlético), siguiendo así la estirpe de centrales de tronío como Diego Lugano en su momento o el ‘faraón’ Godín, que agota sus días en el Cagliari italiano.

Mariscales del área. Tipos apasionados por el oficio de defender, como demuestra Araujo, el gigante (mide 1.88 m) que levantó a Ansu Fati en la icónica celebración del mágico retorno del 10 al fútbol. "Lo del festejo con Ansu salió al momento, no teníamos nada preparado", confesó tras acunar y alzar al cielo del Camp Nou a su amigo.

Araujo celebra con furia el gol del empate en el minuto 90 ante el Granada

Araujo celebra con furia el gol del empate en el minuto 90 ante el Granada / JORDI COTRINA

El grito del Camp Nou

Feliz está Araujo cuando se asoma al área contraria, rápido como es incluso en las correcciones defensivas, algunas necesarias ya que nacen incluso de sus propios errores, empeñado como está también en mejorar su relación con el balón.

Pero ahora, justo cuando el fútbol moderno pide centrales con salida limpia, eficaz y elegante del balón, a los que les molesta mancharse la camiseta, él no engaña. "Disfruto de defender", confiesa. Intimida con su potencia y asusta al rival, provocando que el Camp Nou recupere el grito perdido de "¡¡¡uruguayoooo, uruguayooo!!!!". Un grito que era para Luis Suárez, ahora le pertenece a Ronald.