EL IMPACTO DE LOS NUEVOS

Memphis derrocha personalidad; Eric Garcia irradia temple

Dos de los cuatro nuevos fichajes del Barça brillaron en su estreno ante la Real Sociedad

Koeman convirtió al delantero neerlandés en el eje de su nuevo proyecto tras la marcha de Messi

A1-121233399.jpg

A1-121233399.jpg / JORDI COTRINA

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Jugó con el nueve y jugó de nueve, escoltado en ese insólito ataque por Griezmann (extremo derecho) y Braithwaite (extremo izquierdo). Pero no vivió en el área de la Real. Ni mucho menos porque Memphis es un espíritu libre, capaz de presentarse en el Camp Nou con un regate tan sutil que hasta Neymar se hubiera sentido orgulloso de ese gesto técnico. Tan simple y tan difícil.

 Vino a recibir el balón a campo propio y golpeó el balón con tanta delicadeza que se convirtió en un sombrero sobre Le Normand. El empeine de su bota derecha ejerció de motor de la pelota, quien de forma cuidadosamente bella esquivó al gigante central francés (mide 1.87 m), quien preso de la impotencia usó las manos para golpearle la cara y frenarle bruscamente en su carrera. 

"Memphis mete unos balones tremendos en las faltas y córners. Me dio una asistencia espectacular en el gol"

— Gerard Piqué

Apenas 215 segundos (poco más de tres minutos) llevaba Memphis en el Camp Nou cuando dejó su exquisita carta de presentación. Vino para jugar con Messi y, de repente, le tocó ser el dueño del ataque del Barça, transformado en el epicentro. Según se movía él, se movían Braithwaite y Griezmann. Era una delantera líquida, donde no había posiciones fijas como revela el mapa de calor del neerlandés, un viejo deseo de Koeman que, al final, se cumplió.

Jugó con el nueve. Y de nueve. Se sintió Memphis el dueño del ataque azulgrana, transformado en el epicentro de todo

Se sintió feliz Memphis. Ya desde el inicio levantando al Camp Nou de sus asientos. Luego, con su asistencia a Piqué. "Mete unos balones tremendos en las faltas y córners", reveló el capitán, exhibiendo el catálogo de ese envenenado golpeo del exjugador del Lyon. Un córner suyo fue cabeceado por Griezmann al larguero; una falta suya fue cabeceada por Piqué en el 1-0. "Me dio un pase espectacular en el gol y me agradeció luego el gesto para que pudiera ser inscrito".

Decisivo con sus regates, fue una tortura para la defensa vasca (recibió cinco faltas), capaz como fue de conectar en largo con Neto y en corto con Busquets, De Jong o Pedri. Pero el mayor tesoro de Memphis es que derrochó personalidad y autoestima.  

 Eric García durante el partido de liga ( primero de la era post messi) entre el FC Barcelona y la Real Sociedad

 Eric García durante el partido de liga ( primero de la era post messi) entre el FC Barcelona y la Real Sociedad / JORDI COTRINA

Eric Garcia, el joven que defiende en campo ajeno

El segundo gol del Barça a la Real Sociedad lleva también su firma. Marcado por Braithwaite, que recibió un inteligente centro de Frenkie de Jong, quien rebañó la pelota en campo vasco. Pero todo nació en el atrevimiento de Eric García, un joven de 20 años, paciente como fue para provocar su retorno al Camp Nou.

Atrevimiento llevando la presión a 70 metros de la portería de Neto, incordiando a Januzaj, a quien arrinconó sin dejarle salida alguna. El delantero belga, que fue sustituido en el descanso, harto como estaba Alguacil, el técnico de la Real, de que no encontrara rendija alguna para sacarse de encima a Eric, un central al que le encanta vivir en campo ajeno. Sin temor al enorme vacío que deja a su espalda, a ese latifundio que debe cuidar.

El 2-0 a la Real Sociedad nació de una presión del excentral del City, casi a 70 metros de la portería de Neto, signo de su atrevimiento

Y no con sus piernas porque no es un central excesivamente rápido -tampoco es lento-, pero sí tiene un don para ubicarse en el mejor de los caminos. Januzaj sintió el aliento, las manos y el cuerpo de Eric tan cerca que parecían una sola persona. No controló el belga el balón, circunstancia que aprovechó De Jong para ejercer de extremo diestro, mientras Braithwaite galopaba desde la izquierda al centro para iniciar su noche más grande como culé firmando un furioso cabezazo.

"Eric es un jugador que con balón nunca se pone nervioso"

— Ronald Koeman, técnico del Barça

La noche que Eric llevaba meses y meses aguardando. Tuvo la personalidad para decirle no a Guardiola, pese a la apuesta que realizó el City por él. Aguardó en silencio a que se le abrieran las puertas del Camp Nou (no fue en el verano del 2020, tampoco en el invierno) y antes de enfundarse la zamarra azulgrana, esa que descubrió en la Escola FCB cuando tenía ocho años coincidiendo con la vuelta de Piqué al club (2008), se fue a la Eurocopa con España (semifinalista) y a los JJOO (medalla de plata).

Llegó, se entrenó tres veces con Koeman y titular. "Eric es un jugador que con balón nunca se pone nervioso", confesó el técnico. Parecía que llevaba toda la vida ahí junto a Piqué. Y lució el 24, el dorsal que también usó en su día Puyol.