LAPORTA SE REUNIRÁ CON EL TÉCNICO

Koeman, en el alambre

"Siempre se cuestiona a los entrenadores. Pero entiendo que, después de esta segunda parte, haya preguntas. Lo entiendo perfectamente", admite

Laporta ha pedido una cita urgente con el entrenador para que le explique del desplome en la Liga con solo 5 puntos de 12

Koeman se lamenta de un error del Barça en el Ciutat de Valencia.

Koeman se lamenta de un error del Barça en el Ciutat de Valencia. / Efe / Biel Aliño

Marcos López

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Entró Koeman en el vestuario siendo líder de una Liga que ya había perdido en diciembre. Terminó la primera mitad y el Barça ganaba, y dominaba, con tranquilidad el partido. Solo bastaba elevar la mirada a los gigantescos marcadores del Ciutat de Valencia para que el técnico disfrutara del 0-2, con goles de Messi y Pedri. Y al terminar la segunda parte, con un sangrante 3-3, su futuro está bajo sospecha, con Joan Laporta recogiendo argumentos para tomar la decisión que marcará su proyecto deportivo.

Para empezar se ha programado una cita entre presidente y entrenador, sin la perspectiva de tomar decisiones antes de acabar la temporada, recordando que al neerlandés le queda un año de contrato ya que firmó en agosto pasado hasta el 2022 con Josep María Bartomeu.

Maneja el escenario Laporta con mucha prudencia, aunque Xavi, a punto de renovar con el Al-Sadd de Qatar, pero dejando siempre una cláusula abierta para retornar al Camp Nou, es una de las vías que le quedaría al presidente para arrancar su segundo mandato con un líder escogido por él. Sea Xavi, que era la bandera que había enarbolado Víctor Font desde hace años para pilotar su proyecto, o apueste por otra elección más rupturista e innovadora.

Bajo la premisa común, sea cual sea la decisión final, de una obligada y necesaria regeneración de la plantilla, con defectos estructurales graves que exigen respuestas acertadas en un momento de máxima presión. Sin margen alguno de error para Laporta, quien se reunirá, según ha informado Catalunya Ràdio, con Koeman para tener la foto real del delicado momento del Barça

Laporta, que nunca ha sentido a Koeman como suyo porque no lo es, se enfrenta a la decisión clave de su segundo mandato

No tiene tiempo Laporta ni, además, tampoco dinero para reconstruir el equipo, presionado para acertar en una decisión que determinará el futuro del club. Y de su obra de gobierno. Por eso, el dirigente mantendrá una reunión urgente con el técnico para que le explique directamente el desplome, poniendo el foco en el declive del rendimiento de los jugadores, que aparecen casi siempre en la foto de la derrota final. Sea ahora con Koeman, antes con Quique Setién o más allá en el tiempo con Valverde.

El empate del Ciutat de Valencia daña la credibilidad del técnico

Un equipo que tiró a la basura en unos desastrosos 45 minutos lo que había construido durante cuatro meses y medio. Acabado el partido, con un sangrante 3-3, Koeman no tenía explicaciones a un empate que daña al Barça, un equipo frágil y sin alma, que desperdició en las últimas semanas hasta tres ocasiones para gobernar la Liga.

Quiere el presidente conocer el diagnóstico del técnico sobre el derrumbe de las dos últimas semanas y si se ve con energía

Es un equipo que se ha acostumbrado a la derrota, como si la llevara inoculada en sus genes. Primero en Europa; ahora, en España. Daña al Barça y daña, sobre todo, a Koeman. Aunque ahora Laporta quiere conocer de primera mano, sin intermediarios, el diagnóstico que tiene sobre la caída del equipo.

Quiere también el presidente saber si el entrenador se siente con fuerza para reflotar al equipo después de que la reacción del equipo, iniciada en enero, haya acabada tan mal.

El viaje por el terror comenzó con el Granada, siguió con el Atlético y estalló luego ante el Levante

Tiene contrato y se veía, como dijo antes de esa segunda mitad que cambiará, tal vez, el curso de su historia, como entrenador del Barça la próxima temporada. Pero ese brutal desplome en apenas trece días se le puede llevar por delante. El viaje por el terror comenzó con el Granada (1-2), tuvo un aire de supervivencia pura y dura en Mestalla (2-3), pero volvió a las andadas con el Atlético (0-0) y peor aún con el Levante (3-3). O sea, cinco puntos de 12 posibles cuando tenía la Liga en su mano, sin depender de nadie.

Resbaló Dest, resbaló Koeman

Ahora, tampoco Koeman depende de sí mismo, señalado por la mala gestión que realizó de la segunda mitad cuando, ya con el 2-3 y a ocho minutos del final, retiró del campo a Griezmann y Dembélé dejando sin posibilidad de respuesta al equipo en caso de emergencia. Resbaló Dest, que había suplido a Ousmane, resbaló Koeman, no llegó a tiempo Piqué para frenar a Sergio León y el empate certificó la defunción deportiva del equipo.

Braithwaite, Dest y Piqué, tras el empate del Barça con el Levante.

Braithwaite, Dest y Piqué, tras el empate del Barça con el Levante. / Reuters / Pablo Morano

No le queda tampoco el aval del trabajo que había empezado en medio de un ambiente auto destructivo. Estuvo más tiempo con Carles Tusquets, el presidente de la Comisión Gestora, que con Bartomeu, el dirigente que lo fichó. Depende Koeman de la decisión de Laporta, quien no tiene ni tan siquiera ahora al secretario técnico, figura que representó Txiki Begiristain en su primer mandato (2003-2010), que avale cualquier medida que adopte sobre el futuro del técnico. O si lo tiene aún no le he dado ese rango oficial porque se está diseñando la próxima temporada con Mateo Alemany, director de fútbol, y Ramon Planes, el secretario técnico que era de Bartomeu, ascendido tras la dimisión de Eric Abidal.

El club no tomará ninguna decisión en caliente sobre el entrenador, que tiene contrato hasta el 2022

Laporta no siente suyo a Koeman porque no es suyo. Es un técnico heredado de la vieja época. Y ha mantenido el presidente un silencio estratégico, ya desde la larguísima campaña electoral. Incluso ahora, una vez cubiertos los dos primeros meses de su segundo mandato.

Resistió el dirigente la ola buena del técnico neerlandés, que alcanzó su máxima expresión con la conquista de la Copa del Rey, el primer título que se logra desde el 2019. Pero Laporta callaba antes de tomar la primera gran decisión de enorme calado que marcará, para bien o para mal, los pasos de su segunda etapa. 

Messi, De Jong, Ter Stegen y Piqué, abatidos tras el gol del Levante en el Ciutat de Valencia.

Messi, De Jong, Ter Stegen y Piqué, abatidos tras el gol del Levante en el Ciutat de Valencia. / Efe

Un equipo sin líderes

A Koeman, entretanto, se le ha caído el equipo en menos de dos semanas. El sistema táctico que lo llevó a tocar la Liga (el 3-5-2) se le ha desmoronado en el peor momento. La fiabilidad se ha transformado en patética fragilidad como demuestran los siete goles encajados en los últimos partidos y los jugadores, incluidos los grandes líderes de este grupo (Messi, Piqué, Busquets, Jordi Alba, Sergi Roberto), no han tenido tampoco el liderazgo necesario para detener el desplome.

En menos de dos semanas se le ha desplomado a Koeman el Barça, que solo ha sumado 5 puntos de 12

Tres goles del Levante en apenas 26 minutos la noche en que el Barça si se llevaba los tres puntos (ganó 0-2 y 2-3) se ponía líder delatan la magnitud del desastre. “Es culpa nuestra. Nos meten goles fáciles”, denunció Busquets, el único de los cuatro capitanes que compareció en el Ciutat de Valencia.

Messi, en el Ciutat de Valencia durante el Levante-Barça.

Messi, en el Ciutat de Valencia durante el Levante-Barça. / Reuters / Pablo Morano

Acabado el partido no se detectó gesto de rebeldía alguna en el grupo. Durante la caótica segunda mitad que compromete a todos, empezando por el futuro inmediato de Koeman, tampoco. Suele el técnico esperar a los jugadores para saludar antes de entrar en el vestuario. Pero se metió directamente. No tenía nada que decirles.

Tampoco los futbolistas dialogaban entre ellos. Estaban bajo shock, como tantas y tantas veces en los últimos años. “¿Qué explicación? Poca, poca explicación. Ha sido culpa nuestra, errores nuestros, a veces de colocación, de concentración, de precisión… Demasiados. No solo en este partido sino en general”, contó Busquets.

“¿Qué explicación? Poca, poca explicación. Ha sido culpa nuestra, errores nuestros, nos meten goles muy fáciles"

— Busquets, capitán del Barça

Y el Barça que había levantado un débil edificio en cuatro meses de arduo trabajo ve como en menos de dos semanas se le ha venido abajo, tal si fuera un retorno a las ruinas de Lisboa.

Ni Koeman entiende, ni entenderá, lo qué ha ocurrido. En la primera parte era líder; en la segunda, el caos. Tres goles (dos de ellos en apenas 103 segundos) para retratar a un Barça sin defensa alguna. 

“A veces es dificilísimo de explicar”, admitió un abatido Koeman, lamentando que su equipo “dejara entrar al Levante en el partido”. Lo dejó entrar y acabaron todos en la papelera. “Como entrenador siempre eres el máximo responsable”, confesó después. “Yo también me pregunto a mí mismo qué hemos en el descanso”, añadió asombrado porque el Barça que ganaba se mutó en esos 15 misteriosos minutos que terminan con él bajo sospecha.

"Como entrenador siempre eres el máximo responsable. Yo también me pregunto a mí mismo qué hemos hecho en el descanso”

— Koeman, técnico del Barça

“Es muy decepcionante, es imposible de entender por qué”. Ni siquiera él, por mucho que busque, halla argumento futbolístico a lo que se le ha escurrido entre los dedos en solo 13 días. Pidió una serie de cosas a su equipo en el descanso (“seguir con intensidad y ritmo”) pero fracasó. “Yo no lo he logrado, claro. Han metido tres goles en la segunda parte”, admitió desconcertado Koeman.

“¿Entiende que tras este empate se cuestione su continuidad en el Barça”, le preguntaron al técnico. “Siempre se cuestiona a los entrenadores. Esto no va a ser diferente. Pero entiendo que, después de esta segunda parte, haya preguntas. Entiendo perfectamente”, confesó el neerlandés.

"A veces no se pueden explicar las cosas, es dificilísimo", admite el entrenador

En la siguiente cuestión le inquirieron si tenía fuerzas para pilotar el proyecto del Barça de la próxima temporada. “Es una pregunta complicada después de este partido porque estamos muy decepcionados y nos preguntamos a nosotros mismos qué ha pasado en la segunda parte. A partir de mañana hay que preparar los dos últimos partidos y prepararnos para la próxima temporada, pero hay que asumir primero este empate. Que ya es mucho”.

Asumir un empate que suena casi a capitulación final de un Barça que se desconecta y apaga con tanta frecuencia que vive más tiempo en la oscuridad que con luz. “A veces, no se pueden explicar cosas”, argumentó Koeman sin argumento alguno.

Preguntas sin respuestas a las que Laporta, en la decisión más trascendental tras ganar las elecciones el pasado 7 de marzo, debe dar solución en un marco extremadamente complejo: no hay dinero en la caja, los elevados contratos que tiene una plantilla, hipotecada del pasado, con todavía varios años por delante firmados, y convencer a Messi, el único que acaba este 30 de junio, de que hay futuro en Barcelona.

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