El Barça se empequeñece frente a los grandes

El once de Koeman solo ha logrado una victoria en un gran duelo esta temporada: la final de Copa

Los azulgranas solo han sacado un punto de los 12 disputados ante el Madrid y el Atlético

La victoria europea en el campo de la Juventus fue un espejismo que se confirmó en la vuelta y con el PSG

La formación inicial del Barça en el partido frente al Atlético.

La formación inicial del Barça en el partido frente al Atlético. / Jordi Cotrina

Joan Domènech

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Una victoria en un partido crucial, en la final de Copa, que no es poco. Y punto. El Barça no ha alcanzado el nivel suficiente para competir con los rivales más fuertes que aparecieron durante la temporada; rivales que, en el plano teórico, son tan potentes como él. La realidad ha demostrado que no ha sido así, que el Barça no ha dado la talla. La práctica ha revelado que el equipo azulgrana no ha podido contra los grandes. Y, sin embargo, cuenta con opciones de ser campeón a tres jornadas del final.

La gran victoria sobre la Juventus (0-2) fue un espejismo -faltaron Cristiano, De Ligt y Chiellini en las filas albinegras-, una heroicidad accidental como se demostró posteriormente. No solo cuando la Juve devolvió la visita, esta sí decisiva, con el primer puesto del grupo en juego, sino a tenor de los resultados que obtuvo el Barça. Aquella vergonzosa derrota (0-3) abocó al cuadro de Koeman a un duelo con el PSG que ni se maquilló con el empate de la vuelta. En la primera eliminatoria, el equipo acabó en la calle, lo que no sucedía desde 2007 frente al Liverpool. 

Los defensas del Atlético sujetan a Lenglet y Piqué en un córner.

Los defensas del Atlético sujetan a Lenglet y Piqué en un córner. / Jordi Cotrina

Síntomas de debilidad

Entre tanto, el Barça ha obtenido un punto de los seis con el Atlético y cero de seis con el Madrid. En un hipotético empate a puntos final, el equipo queda descartado del título. Siendo sintomática la debilidad certificada ante los máximos rivales, no lo es menos que el Barça solo haya sumado un punto con el Cádiz, por ejemplo, y que empatara con el Alavés y el Eibar, que es el colista, en casa. 

Más lacerante, por reciente y por relevante, ha sido la derrota frente al Granada (1-2) hace diez días que brindaba la gran oportunidad al Barça de ascender al liderato. Tropiezos que no son imputables a una hipotética superioridad del adversario, sino al demérito propio de un equipo en reconstrucción que ha sustituido veteranos (Rakitic, Suárez, Vidal) por jóvenes (Pedri, Mingueza, Araujo, Ilaix Moriba) que jugaban en Segunda A (Pedri) y Segunda B (los demás) la pasada temporada.

Mingueza acosa a Luis Suárez, con De Jong siguiendo la jugada.

Mingueza acosa a Luis Suárez, con De Jong siguiendo la jugada. / Jordi Cotrina

Núcleo de confianza

Esa renovación de la plantilla ha desembocado, con los meses, en la construcción de un equipo determinado, casi invariable. Koeman ha reducido la nómina de jugadores de confianza. Desde el 3 de marzo (14 partidos), solo ha habido 16 futbolistas que hayan sido titulares, aunque algunos lo fueron de forma simbólica, como Araujo, Umtiti y Sergi Roberto (dos veces) e Ilaix Moriba (una). La rotación no existe, tampoco en las sustituciones, delimitadas a esos nombres. Fichajes como Miralem Pjanic (60 millones más 5 en variables costó) solo ha disputado 12 minutos en los últimos dos meses. 

El Barça solo ha ganado 11 de los 18 partidos jugados en casa, y ha obtenido más victorias fuera (12) que en el Camp Nou. El factor público tampoco se justifica para explicar la sangría de puntos que se han escapado de Barcelona. A todos los equipos les falta su hinchada.