"Si Neymar se hubiera quedado, el Barça habría ganado dos o tres Champions más", afirma Guardiola

En su octava temporada en Europa, Neymar no ha conseguido su propósito de ser elegido o considerado el mejor jugador del mundo. Siempre tuvo por delante a Leo Messi o a Cristiano Ronaldo. Y cuando alguno de los dos treintañeros bajó del podio, él no fue entronizado.

El otro objetivo sí lo ha cumplido, pero someramente. Solo ha conquistado una Champions League. Con el Barça, en su segunda campaña de azulgrana, alineado junto a Luis Suárez y Messi. El trofeo del 2015, con el triunfo por 3-1 sobre la Juventus (él marcó el tercer gol), es el único de su palmarés. El año pasado lo vio de cerca, al disputar la final y perderla ante el Bayern Múnich.

"Cuando llegué a París hace cuatro años [2017] dije que mi prioridad era ganar la Liga de Campeones", repitió ayer. Neymar huyó de la sombra de Messi dos años después del título de Berlín para progresar y no lo ha logrado. Han salido perdiendo los dos. Tampoco Messi ha vuelto a levantar el codiciado trofeo.

El jugueteo de la felicidad

"Si Neymar se hubiera quedado en el Barcelona, habrían ganado dos o tres Champions más. Ese tridente era imparable, el mejor que vi en mi vida", afirmó Pep Guardiola, apretando en la llaga de una separación dolorosa. El futbolista brasileño fue el primero en arrepentirse después de marcharse y dejar colgado al Barça de Ernesto Valverde el 2 de agosto, en medio de la pretemporada. Al cabo de unas semanas, él ya se movía para regresar.

El jugueteo de insinuarse –aún hay una demanda contra el club– va acompañado también de frecuentes proclamas de amor y fidelidad al PSG. "Ya he dicho que soy muy feliz aquí. Me siento mejor que en las temporadas anteriores", aseguró el delantero, cuyo contrato acababa en el 2022. Preguntado por si lo renovará, multiplicó las especulaciones: "Haré lo que sea mejor para todos".