CINCO AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE
La inmortal huella del cruyffismo
Un lustro después cobra más vigencia que nunca la figura de Johan en el Barça
Laporta, el dirigente al que asesoró Cruyff en su primera época, se inspira ahora en su recuerdo
Koeman, uno de sus alumnos, dirige el equipo en una delicada reconstrucción, que evoca a sus inicios en 1988
Jordi Cruyff podría integrarse en la estructura deportiva del club como nuevo secretario técnico
Se fue, pero ha vuelto. Y con más energía que nunca. Murió hace justamente un lustro, pero el cruyffismo, una manera de interpretar el fútbol y, por supuesto, la vida retorna feliz al Camp Nou de la mano de Joan Laporta ("si he sido presidente del Barça ha sido gracias a Johan", sostiene el nuevo presidente), con un equipo dirigido desde el banquillo por uno de sus hijos predilectos: Ronald Koeman, el piloto de una compleja reconstrucción.
A la espera, además, de que Jordi Cruyff, su único hijo natural, también regrese a la casa común del barcelonismo, convertido, tal vez, en el nuevo secretario técnico del club. Se completaría así el círculo virtuoso del retorno de Johan. El presidente que manda (Laporta), el entrenador que dirige (Koeman) y el ejecutivo que diseña el plan deportivo (Jordi). Fieles y entregados a esa causa ideológica y futbolística.
Casi una década de desapego
Una filosofía antigua. tras el Motín del Hesperia en el que toda la plantilla, con el técnico Luis Aragonés a su lado, exigía la dimisión del entonces presidente Josep Lluís NúñezTras años y años renegando de su idea, ahora retorna al Camp Nou esa filosofía que cambió al club
El mismo que se entregó luego desesperada y artificialmente a las manos del técnico. Filosofía antigua y, al mismo tiempo, cada vez más moderna, transformada en una cultura que ha trascendido las fronteras del Camp Nou. En el 2012, abandonó Guardiola el Barça y, tras un año sabático, propagó esa corriente primero por Alemania (se coló en la casa de Beckenbauer, el Kaiser que impidió la perfección del fútbol total de la Naranja Mecánica en el Mundial-74) y después instaló la biblia en Manchester (ahí sigue) demostrando al país que inventó el fútbol que hay un estilo de juego moderno, atrevido y hermoso que hace del pase su bandera filosófica.
Cuántos más fieles se sumaban fuera, menos quedaban dentro en una extraña contradicción que acabó casi expulsando a los cruyffistas del lugar donde nacieron.
"Solo Dios sabe lo que ha costado llegar hasta aquí", dijo Laporta la pasada semana en el discurso de la toma de posesión, clonando la misma frase que pronunció Johan en 1999 con motivo del partido homenaje al Dream Team, que se terminó haciendo porque había un contrato que así lo exigía. Y no por voluntad propia de la junta de Núñez entonces.
"Siempre pienso, ¿qué haría Johan?", dice Laporta, que deberá reinventarse en su segundo mandato al no tenerlo
Pero el nuevo presidente añadió desde la tribuna del Camp Nou una frase que Johan no pronunció hace 22 años desde el césped: "Los cruyffistas lo sabéis", afirmó Laporta asumiendo esa larga travesía en la que la idea fue primero ninguneada y más tarde despreciada.
Ni Rosell, que desposeyó al técnico de la presidencia de honor que le confirió Laporta en el 2010, ni Bartomeu tampoco creyeron jamás en esa filosofía. Hace cinco años que él ya no está. Pero en el Barça su inspiradora figura ha retornado con más vigencia que nunca, influyendo de tal manera que la pregunta ("siempre pienso, ¿qué haría Johan?", recalca Laporta) sobrevolará todas las decisiones.
De 1988 al 2021
Sin ser tan fundamentalista como Guardiola, Koeman tiene los principios básicos del cruyffismo en la gestión de la plantilla, valiente con los jóvenes y tremendamente exigente con las vacas sagradas, término que empleaba Johan para referirse a él, Zubi, Laudrup, Bakero como los líderes del grupo. Ahora lo son Messi, Piqué, Busquets...
Y el club, tal si hubiera emprendido un dramático viaje al pasado, no tiene dinero, viniendo como viene de la ruina de Lisboa. En 1989, Núñez recurrió a la inusual fórmula del leasing para fichar a Koeman por 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros).
Coincidiendo con la defunción ideológica del 'nuñismo', retorna el cruyffismo. Pero sin Johan
Ahora, Laporta tendrá que buscar alternativas para pilotar, bajo los preceptos cruyffistas otra delicada reconstrucción, convirtiendo el balón en el verdadero núcleo del Barça. Al presidente le tocará rebajar la masa salarial para instaurar la cultura de la jerarquía, además de abrir de par en par y por auténtica convicción la puerta del Estadi Johan Cruyff, nido hasta ahora de operaciones extrañas, para que los jóvenes del filial transiten fácilmente hacia el Camp Nou.
Luego, llegará el negocio porque el dinero, como decía Cruyff, debe estar en el campo y no en el banco. El problema es que no hay ni un euro. Pero si tienes una idea posees, en realidad, un gran tesoro. Coincidiendo con la defunción ideológica del nuñismo, Freixa, el único candidato que enarbolaba esa idea quedó tercero tras Laporta y Font en las elecciones, retorna al Barça el cruyffismo sin Cruyff.
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