PEDRI, ARAUJO, ILAIX...

Los niños de Koeman en el Barça

El técnico impulsa por convicción y necesidad una prometedora generación de jóvenes talentos 

Pedri lidera esa esperanzadora y juvenil luz que alumbra al Barça tras la oscuridad que supuso el 2-8

"Los ponemos porque se lo merecen", afirma el entrenador, convencido de que son "el futuro del club"

deportes  COMBO LOS NINOS DE KOEMAN

deportes COMBO LOS NINOS DE KOEMAN

Joan Domènech / Marcos López

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Cada cierto tiempo, sale un niño nuevo. Va en su cultura. En la cultura holandesa donde no existe temor alguno a abrir la puerta para los jóvenes. Es necesidad en tiempos de crisis. Pero también es convicción pura, porque si el talento juvenil sobresale no hay por qué cerrarle el camino. Hubo un tiempo en que Van Gaal, y la libreta que se trajo de Holanda, era mal mirada por la grada del Camp Nou, pero dejó una semilla que permanecerá siempre en el recuerdo culé.

Pedri. Centrocampista. 18 años. 40 partidos. 2.693 minutos jugados.

Creyó Van Gaal en Puyol cuando tenía el billete camino de Málaga, se tragó el orgullo con el rebelde Valdés y vio en el diminuto Xavi lo que ya habían detectado los técnicos de la casa años antes, además de confiar en que el talento natural de Iniesta acabaría seduciendo a todos, por encima de cualquier prejuicio físico. O cuando la clase se impone al músculo. Corre más el cerebro que las piernas. 

El 'impacto Araujo'

A Koeman, que trabajó en aquella época como ayudante de Van Gaal y enlace entre el Barça B, donde transitaron todos aquellos jugadores y el primer equipo, le encanta apostar por la juventud. Divino tesoro para el técnico, convencido de que la edad no supone en ningún caso un inconveniente.

Ronald Araujo. Defensa. 22 años. 21 partidos. 1.669 minutos jugados.

Al contrario, es una bendición. Poco le importa conocer al adolescente. Solo le interesa su calidad, algo que no queda registrado en ningún DNI. Capaz ha sido de alumbrar a Pedri, a quien no conocía de nada, como de impulsar a Ilaix, el joven centrocampista por quien el Barça hizo tal esfuerzo económico para retenerlo que se saltó todas las jerarquías fijadas en La Masia.

Pedri controla el balón en el Camp Nou.

Pedri controla el balón en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

"Hay uno, se llama Pedri, fichado de Las Palmas. No lo conozco pero dicen que debe ser el nuevo Laudrup, el nuevo Iniesta. No lo conozco. Ya veremos, es el mayor talento de toda España", contaba el técnico azulgrana camino del Camp Nou antes de arrancar su primer entrenamiento.

Ilaix Moriba. Centrocampista. 18 años. 6 partidos. 233 minutos jugados.

Lo vio Koeman. Y se lo quedó Koeman. Desde entonces, un prodigio canario, aterrizado directamente desde la Segunda División, se ha convertido en una de las sensaciones del fútbol español y europeo, capaz incluso de que Mbappé, acabado el partido del Parque de los Príncipes, le pidiera su camiseta como recuerdo.

Araujo celebra su gol al Valencia, perseguido por Mingueza en el Camp Nou.

Araujo celebra su gol al Valencia, perseguido por Mingueza en el Camp Nou. / Jordi Cotrina

La sutil y engañosa inteligencia de Pedri, no solo piensa más rápido que los demás sino que también corre y recupera balones, contrasta con la potencia de Araujo. Es uruguayo y central, por lo que no existe mejor química para definir a un defensa, obligado a mejorar, como le exige Koeman, "con el balón en los pies". Cuando no lo tiene hace de su conquista un asunto de honor, casi de vida o muerte.

Oscar Mingueza. Defensa. 21 años. 28 partidos. 2.033 minutos jugados.

Ansu Fati, obra de Valverde

Con Mingueza, que no era titular indiscutible en la zaga del Barça B la pasada temporada, más de lo mismo. Exhibe polivalencia (central diestro, lateral derecho), personalidad y, sobre todo, energía para un equipo que necesita vigor tras años y años de atonía, tan camaleónico que se puede adaptar con solvencia a diversos trajes tácticos.

Ilaix Moriba celebra su gol al Osasuna tras asistencia de Messi.

Ilaix Moriba celebra su gol al Osasuna tras asistencia de Messi. / Reuters

Francisco Trincao. Delantero. 21 años. 34 partidos, 1.146 minutos jugados.

Mientras Ansu Fati pertenecerá para siempre a la valentía de Valverde, quien le abrió el vestuario del Camp Nou con apenas 16 años, Ilaix Moriba lleva, sin duda, el sello koemaniano. Centrocampista distinto, alejado del estereotipo tradicional, con potencia y gol, irreverente cuando se asoma al área, feliz también cuando trota a campo abierto.

Sergiño Dest. Defensa. 20 años. 30 partidos. 2.067 minutos.

Trabaja con lo que tiene el técnico, a pesar de que pidió fichajes en verano (solo llegó Dest, el único que lleva su firma) y en invierno (no llegó nadie). Mira abajo y lo pone arriba. No es una pose. Ni mucho menos. "Los ponemos porque se lo merecen", argumenta Koeman, recordando que "gente como Pedri, Ilaix, Riqui" (el que menos usa), "Araujo y Mingueza son el futuro del club". Con ellos, incluido Trincao, otro talento joven, juega a la espera de que Laporta le de estrellas decisivas.

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