LA DETENCIÓN DE BARTOMEU

El caro peaje de la presidencia del Barça

Josep Maria Bartomeu participa en otro capítulo negro de las vicisitudes que han escrito los presidentes azulgranas

Sandro Rosell estuvo casi dos años en prisión preventiva de unos presuntos delitos de los que quedó absuelto al iniciar el juicio

Josep Lluís Núñez pasó por la cárcel condenado por cohecho y falsedad en una trama con inspectores de Hacienda

Josep Suñol fue fusilado por las tropas franquistas y solo pudo estar un año al frente de la entidad

Hans Gamper se suicidó agobiado por el hundimiento de sus negocios por el 'crack' de la bolsa de Wall Street

Sandro Rosell sale de su domicilio en un coche de la Guardia Civil el 23 de mayo del 2017.

Sandro Rosell sale de su domicilio en un coche de la Guardia Civil el 23 de mayo del 2017. / Ferran Nadeu

Joan Domènech

Joan Domènech

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La maldición es un término etéreo que solo sirve para englobar el cúmulo de desgracias vinculadas a. o perpetradas por, los presidentes del Barça. La detención de Josep Maria Bartomeu no hace más que recordar el caro peaje que puede comportar la presidencia azulgrana.

Lo vivió el dirigente en carne propia una vez desvinculado de la entidad tras dimitir el 27 de octubre para eludir la moción de censura. Fresco estaba el conflicto con Messi, sin duda el detonante a una trayectoria con dos hechos particularmente deplorables.

El segundo es el Bartogate, o Barçagate, por haber tolerado el inaceptable acuerdo con I3 Ventures que ha desembocado en su paso por comisaría. El primero fue otra asunción ominosa. Sucedió en diciembre de 2016.

Josep Maria Bartomeu y Òscar Grau, en el sepelio de Josep Lluís Núñez.

Josep Maria Bartomeu y Òscar Grau, en el sepelio de Josep Lluís Núñez. / Albert Bertran

Bartomeu aceptó la primera condena de la historia contra el Barça por dos delitos de fraude fiscal en el fichaje de Neymar

Bartomeu aceptó la primera condena judicial de la historia contra el Barça por dos delitos de fraude fiscal cometidos en el fichaje de Neymar en 2011 y 2015. El pacto con la Fiscalía y la Abogacía del Estado comportó que el club pagara 5,5 millones, quedando él y Sandro Rosell exonerados de la acusación y el riesgo de pasar dos años y tres meses de cárcel y siete en el caso del expresidente.

Neymar, en medio

Neymar, la otra parte del tridente que impulsó a Bartomeu en las elecciones del 2015, fue el causante indirecto de los problemas judiciales que atormentaron a Rosell y que le indujeron a dimitir el 23 de enero del 2014 al saber que la Audiencia Nacional admitía a trámite una acusación de «apropiación indebida en modalidad de distracción» en la oscura operación del fichaje de Neymar. Queda aún un juicio pendiente.

Josep Lluís Núñez, en la antigua sala de prensa del Camp Nou.

Josep Lluís Núñez, en la antigua sala de prensa del Camp Nou. / Ferran Nadeu

Neymar fue el causante de los males que precipitaron la renuncia de Rosell y erosionaron a Bartomeu

Pero no fue eso lo que le llevó a permanecer dos años (643 días, de mayo del 2017 a febrero del 2019), en prisión preventiva, en la cárcel de Soto del Real, sino un presunto blanqueo de capitales del que quedó absuelto nada más iniciarse la vista oral. El juez estimó que la investigación no logró acreditar la existencia del delito.

Coincidiendo con la detención de Rosell, Joan Laporta ganaba en segunda instancia la acción de responsabilidad que le había presentado Rosell (y Bartomeu y la aprobación de Toni Freixa, integrante de su junta) por, teóricamente, haber acabado el mandato con pérdidas. Laporta tuvo una experiencia salpicada de incidentes judiciales. Por ejemplo, un agente de futbolistas le reclamó una comisión por unos negocios con Uzbekistán que Laporta acabó reconociendo. Antes, recibió una moción de censura.

Josep Suñol, el presidente que fue fusilado, en su despacho.

Josep Suñol, el presidente que fue fusilado, en su despacho. / EP

Laporta sufrió una acción de responsabilidad por parte de sus sucesores que acabó ganando

Mera anécdota con el proceso judicial que condujo a Josep Lluís Núñez a la cárcel por sus actividades profesionales y no directamente vinculadas con el Barça. El presidente más longevo de la historia (1978-2000) fue condenado (también su hijo Josep Lluís, vicepresidente) a seis años por cohecho y falsedad en una trama de corrupción con inspectores de Hacienda, pena luego reducida a dos años y dos meses. Bernd Schuster le había llevado a juicio anteriormente.

Desenlaces trágicos

A Núñez y a su hijo, vicepresidente, les cayeron seis años, castigo luego reducido a dos años y dos meses

Muchó más trágico, trágico de verdad, fue el paso de dos de los 43 presidentes que han pasado por la entidad. Josep Suñol, que da nombre al palco del Camp Nou, fue fusilado en la sierra de Guadarrama el 6 de agosto de 1935, recién iniciada la Guerra Civil. Suñol fue reconocido por las fuerzas franquistas y ejecutado junto con los acompañantes que iban con él en el coche. Solo permaneció una temporada al frente del club: desde el 27 de julio de 1935. La directiva de entonces, como homenaje, le siguió considerando el presidente ausente hasta 1939.

Hans Gamper, en su oficina.

Hans Gamper, en su oficina. / Familia Gamper

El fundador del Barça inauguró las desventuras que acosarían a sus sucesores. Hans Gamper, tres veces presidente para salvar al club de las distintas vicisitudes que amenazaron incluso con su desaparición, se suicidó el 30 de julio de 1930. En una época de carga política, y que le obligó a exiliarse, sucumbió al hundimiento de sus negociso por el crack de la bolsa de Wall Street y se pegó un tiro.