UNO POR UNO DE LOS CANDIDATOS

Así ha sido la campaña de Laporta, Font y Freixa

Laporta ha dominado el ritmo desde el silencio inicial hasta la impactante aparición de la lona junto al Bernabéu

Font, que tenía un plan elaborado desde hace años, ha debido modificar sus ideas iniciales por la irrupción de Laporta

Freixa endurece su discurso en el último mes para alejarse del espacio ideológico que comparten sus dos contrincantes

Una mujer sujeta las tres papeletas de votación en las elecciones del Barça-2021.

Una mujer sujeta las tres papeletas de votación en las elecciones del Barça-2021. / Jordi Cotrina

Marcos López

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Todos estaban ya en el 2003, origen de lo que ahora se dilucida en el 2021. Entonces, Joan Laporta aglutinaba un proyecto que lideró el círculo virtuoso. Víctor Font ejercía de voluntario en esa campaña electoral que terminó con el antiguo régimen barcelonista. Toni Freixa emergía, entretanto, en el universo culé al ser desginado asesor jurídico de la junta que presidió Laporta en aquel verano que cambió el club. Ahora los tres pelean por la silla vacía de Bartomeu.

1.- Joan Laporta

(10.722 firmas presentadas, 9.625 válidas)

Laporta posa para EL PERIÓDICO en su sede electoral.

Laporta posa para EL PERIÓDICO en su despacho profesional. / Jordi Cotrina

Incluso callado, gobernaba el partido. Mucho antes incluso de que Bartomeu presentara su dimisión. Cuando los demás aparecían en la escena, entonces preelectoral, Joan Laporta ni abría la boca. Escaldado por la triste experiencia del 2015, batido por el tridente con el Barça de Luis Enrique y el triplete de Messi-Suárez-Neymar, dominaba ahora el ritmo del encuentro de tal manera que hasta su silencio, puramente estratégico, resultó más contundente que montones de palabras ajenas.

Gobierna el expresidente esta larga campaña incluso antes de empezar el partido

Primero esperó que los demás gastaran energías, después colocó una gigantesca lona junto al Bernabéu para reactivar la autoestima perdida de un club errático y sin rumbo. Y en todo momento dejó de ser el Laporta vehemente y volcánico que transformó el Barça hace casi 20 años para adoptar una postura repleta de diplomacia bajo un lema, Estimen el Barça, convertido en su bandera ideológica.

Silencio, lona, inesperada prudencia laportiana, algo casi utópico, sonrisa permanente inyectando alegría en un Barça que hace años que perdió la sonrisa. Aprendió de la fracasada campaña del 2015, donde a muchos les costaría recordar su idea principal, aunque sus cuatro ejes básicos se mantenían inalterables: "Cruyff, La Masia, Unicef y Catalunya".

Hasta Johan estampó aquel día (a finales de junio del 2015) su firma en apoyo a la precandidatura del expresidente, que ya tenía a Alexanko como responsable del fútbol base, el mismo hombre por el que apuesta en el 2021, con Abidal transformado en su secretario técnico. El ejecutivo que luego acabó reclutando Bartomeu para ejercer idéntica tarea.

Escaldado por la derrota del 2015 ante el tridente y triplete de Bartomeu, Laporta ha construido una campaña llena de estrategia

Ahora, en cambio, sí ha tenido un plan trabajado y diseñado desde hace meses. Al inicio, bajo un manto enigmático, pero luego con decisiones brillantes (la lona, sobre todo), que han marcado la campaña. Así, como si Laporta no fuera Laporta, se asoma tranquilo a la última y decisiva semana. Con el balón en los pies, evitando un error fatal. 

2.- Víctor Font

(4.713 firmas presentadas, 4.431 válidas)

Es nuevo en el complejo y enrevesado panorama electoral del Barça. De los tres candidatos, Víctor Font es el más novato. No tiene la experiencia guerrillera de Laporta cuando se subió a L’Elefant Blau para derrocar a Núñez (1997) ni tampoco los posteriores siete años de gobierno en el club. Tampoco posee las innumerables horas y horas que ha pululado Toni Freixa por los oscuros pasillos del Camp Nou, ya fuera con el propio Laporta, luego con Sandro Rosell y hasta con Bartomeu. Casi dos décadas convertido en un personaje más del mundo Barça.

La larga y accidentada conquista del futuro le ha hecho cometer errores en el presente obligado como está a derrotar al pasado

Font, en cambio, es un personaje nuevo, por mucho que interviniera en dos campañas anteriores. Pero siempre en niveles alejados del centro del escenario, donde el foco quema a cualquier persona. Primero ejerció de voluntario con Laporta (2003) y luego estuvo en el grupo de Marc Ingla (2010).

Iba subiendo Font el nivel de responsabilidad en su inmersión culé, trabajando a fuego lento su proyecto. Pensó en acudir a los comicios del 2015, pero escogió mantenerse al margen para tener más tiempo de articular una candidatura seria, moderna y coherente, como sostiene él, que necesita el club ahora mismo para reconstruirse con éxito. "El Barça es un tren que va a 200 kilómetros por hora directo hacia una pared", repite a diario, consciente de que todo está tremendamente descontrolado.

Había cocido Font su proyecto a fuego lento, aunque a medida que han pasado los días ha ido perdiendo aliados para su idea

Ese tren va tan endiabladamente rápido para Font que se lleva incluso por delante a su lema: Sí al Futur. Para conquistar el futuro necesita sobrevivir en un duro presente que no había previsto. Trabajó con tiempo, escogió a sus piezas (Xavi y Jordi Cruyff como líderes del proyecto deportivo, apelando a la esencia ideológica del juego del Barça con Joan Vilà y Albert Benaiges), ideó un plan de choque económico y acudió a personajes nuevos en el mundo culé para alejarse de los tradicionales estereotipos.

Se sintió favorito, y lo era, al comprobar que la "tormenta perfecta" que él había augurado antes que nadie se cumplía para desgracia del propio Barça. Lo que no intuyó Font es que esa tormenta sería aún más perfecta para él con la aparición de Laporta, que desbarató la obra levantada con paciencia, dedicación y entusiasmo, con la nostalgia ahogando al futuro. 

Eran dos candidatos que competían por el mismo espacio sociológico culé. Y también idéntico espacio deportivo, por lo que Font tuvo que subirse a ese endemoniado tren en marcha perdiendo piezas a cada día que pasa. Xavi está con él. Ylleva con él varios años, pero no se le ve. Jordi Cruyff, igual. Benaiges, más de lo mismo... Hasta improvisó con Jordi Majó, excandidato, y le salió muy mal, otro síntoma del nerviosismo que se vivía en esos vagones. Acostumbrado al silencio, el ruido tortura a Font. 

3.- Toni Freixa

(2.822 firmas presentadas, 2.634 válidas)

Freixa, en un debate electoral durante la campaña.

Freixa, en un debate electoral durante la campaña. / Efe / Quique García

Aunque parezca mentira, no lo es. Basta observar y escuchar a Toni Freixa, el rostro que encarna la belicosa y tercera vía que busca su hueco entre el laportismo y el fontismo. Él recalca que se puede ser "cruyffista y nuñista"., las dos corrientes, una deportiva, otra ejecutiva, que han dominado el Barça en las dos últimas décadas.

Dos maneras completamente antagónicas de mirar y entender un mismo club, cada vez más distanciadas desde que rompieron traumáticamente en 1996. Aunque Freixa sostenga que es perfectamente "compatible idolatrar" a las figuras que marcaron la historia culé.

Es el rostro de la belicosa y agresiva 'tercera vía' que busca alejarse del espacio donde cohabitan Laporta y Font

Lo dice el candidato buscando capturar votos en esa histórica bolsa nuñista, que tenía, al menos, 25.000 apoyos de socias y socios. Ahora, está huérfana de líderes y referencias desde que Rosell dimitió (enero 2014) y Bartomeu abandonara (octubre 2021), incapaz de dejar siquiera una candidatura continuista porque el desplome fue catastrófico.

Freixa acude a sus segundas elecciones tras quedar cuarto y último en los comicios de julio del 2015 obteniendo solo 1.750 votos por detrás de Bartomeu, Laporta y Benedito.

Pero ha sobrevivido a la exigente criba de las firmas donde asomaron hasta nueve precandidatos. Él se coló ajustadamente avalado por el profundo conocimiento que le proporcionan tantos años conectado al aparato de poder del club. Superó por solo 377 firmas (se necesitaban 2.257 y logró 2.634 válidas) esa frontera.

Se proclama nuñista y cruyffista al mismo tiempo, por muy antagónicos que sean ambos términos

Su campaña, al inicio contenida, apelando al recuerdo siempre del pasado ("cuando me llaman nuñista en tono peyorativo para mí es un orgullo", decía), adquirió más agresividad prometiendo fichajes y colocando marquesinas en las paradas de autobuses de la ciudad repletas de mensajes muy críticos. A Laporta. "Parece que en los debates me están haciendo Luz de Gas", en alusión a la discoteca que frecuentaba el expresidente. Y a Florentino. "No permitiré que el VARentino controle la Liga".Acelera Freixa, la cara nueva del viejo nuñismo.