EL ENFADO DEL TÉCNICO

Koeman: "No es serio fallar dos penaltis"

"Es inaceptable tanto error", se queja irritado el técnico

"No hay presión del público, hay que tener la cabeza fría", afirma

"No lo entiendo, puede ser miedo", dice desconcertado el entrenador

Pjanic se dispone a lanzar el penalti que falló ante el Cornellá

Pjanic se dispone a lanzar el penalti que falló ante el Cornellá / UECORNELLÀ

Joan Domènech

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Ronald Koeman acabó más enfadado que contento tras vencer al Cornellà en la Copa del Rey. Estaba enfadado por los dos penaltis desperdiciados que forzaron un sufrimiento inesperado para el Barça, y ese sentimiento predominaba sobre la satisfacción de al clasificación para los octavos. "No es serio fallar dos penaltis en un partido siendo jugadores del Barcelona", dijo, avergonzado por los errores de Pjanic y Dembélé. Los detuvo Ramón Juan, el meta del Cornellà, que al final del partido confesó: "No había parado dos penaltis en mi vida. Ni en una tanda".

Hizo historia, como hizo historia el Barça de forma negativa por la sucesión de errores. No solo con los dos lanzamientos, sino con otras oportunidades de gol (y un disparo de Pjanic al travesaño), que alargaron la agonía del Barça hasta los 120 minutos. Hasta una prórroga, que era la tercera en tres partidos, después de las dos de la Supercopa de España ante la Real Sociedad y el Athletic.

Cinco de doce fallados

Koeman no se explica el pésimo bagaje del Barça en las penas máximas. Sin contar la tanda ante la Real Sociedad, el equipo ha disfrutado de 12 penaltis, pero ha malogrado cinco. Messi transformó los cinco primeros, pero llegó el yerro de Griezmann (ante el Betis), el de Messi (Valencia), el de Braithwaite (Eibar) y los dos frente al Cornellá, de Pjanic y Dembélé. Los cinco han sido parados por los porteros rivales.

"No lo entiendo. Puede ser miedo, no sé. No hay presión del público con los campos vacíos, hay que tener la cabeza fría", reflexionaba un Koeman desconcertado. "Hay varios jugadores que pueden marcarlos. Sin Leo no tenemos un lanzador que meta muchos penaltis, pero no puede ser", añadía incrédulo. Al técnico solo se le ocurrían tres soluciones para paliar ese déficit que pudo costar muy caro: "Tenemos que hablar, analizar esto y entrenar más".

"Fallar dos penaltis en un partido como hoy no se puede aceptar", explicó, visiblemente crispado por el sufrimiento vivido. Anotar solo uno habría sido diferente, porque el Cornellà acabó derrengado y sin fuerzas. "Habría sido un partido muy diferente de lo que hemos visto", confesó, ya que su equipo alimentó la fe del Cornellà. "Han corrido hasta el último minuto y una vez más hicimos que el portero fuera el mejor del rival".