Las tres torres de Koeman en Valladolid

El técnico utilizó el tercer esquema táctico con una insólita fórmula en el Barça con tres centrales y dos carrileros

El entrenador azulgrana buscaba "más seguridad defensiva" y el equipo ganó más fluidez en ataque

El uso de Dest y Alba abiertos a las bandas en su lado natural dio amplitud y generó espacios para Messi y Pedri

Mingueza, Araújo y Lenglet, los tres centrales del Barça que jugaron en Valladolid

Mingueza, Araújo y Lenglet, los tres centrales del Barça que jugaron en Valladolid / El Periódico

Joan Domènech

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Ronald Koeman no tiene problema en hablar de fútbol y en explicar en público las razones (o parte de ellas) que le impulsan a tomar las decisiones que toma. Después de defender las bondades del sistema de juego que adoptó al llegar al Barça y negar que pensara cambiarlo, lo desechó. No una vez (con el 4-3-3 ante el Levante, la Real Sociedad y el Valencia), sino dos veces. El Barça visitó al Valladolid con un 3-4-2-1. Si Koeman rompió el tabú de jugar con dos mediocentros, algo inaudito en los últimos 15 años, hizo algo más insólito: emplear tres centrales.

Las vueltas de Koeman vienen a cuento por la urgencia, más que necesidad, de dar estabilidad al equipo; si no puede ser en el juego, que sea en los resultados. Al fin y al cabo, el técnico holandés arriesgarse su cabeza y no es para perderla tan pronto después de esperar tanto tiempo para sentarse en el banquillo del Camp Nou.

"El objetivo era tener un poco más de seguridad atrás", reconoció Koeman cuando justificó la alineación de los tres centrales (Mingueza, Araújo y Lenglet) en el Nuevo Zorrilla ante un Valladolid en puestos de descenso. Koeman, en sus tiempos con el Barça, también jugaba con la defensa de tres, flanqueado al principio por Albert Ferrer y Serna (y luego por Nando o Nadal o Sergi Barjuan), dos zagueros reactivos. Ellos no tenían carrileros que les apoyaran como si han tenido las tres torres de Valladolid.

Koeman jugaba en una defensa de tres con el Barça de Cruyff, pero sin carrileros de ayuda

Óscar Mingueza pelea con Marcos André en el Valladolid-Barça. 

Óscar Mingueza pelea con Marcos André en el Valladolid-Barça.  / AFP

Tener superioridad

Koeman justificó la colocación de los tres centrales para tener superioridad numérica y poder construir el juego desde atrás con mayor soltura (tres contra dos delanteros), pero ese no era el problema capital del Barça. Lo era, en la fase defensiva, los errores individuales en la ejecución de determinadas acciones y la laxitud en las jugadas de estrategia. Y lo era, en ataque, la falta de amplitud y profundidad. 

Dest y Alba, al final, jugaron más de extremos que de laterales. El punto de partida de ambos era el centro del campo. Y ahí sí el Barça dispuso de superioridad numérica para mover la pelota. Pjanic y De Jong compartieron el eje, y Messi y Pedri completaron un cuadrado por delante. La dotación azulgrana ayudó en el repliegue para evitar contragolpes del Valladolid, que solo dispuso de alguna opción con el partido ya decidido.

El dispositivo funcionó mejor que nunca porque los exteriores estaban en su lado natural: un diestro en la derecha y un zurdo en el izquierda

Araújo cede el balón a Neto en el amistoso de pretemporada frente al Nàstic.

Araújo cede el balón a Neto en el amistoso de pretemporada frente al Nàstic. / Jordi Cotrina

Dest y Alba ayudaron a abrir el campo atrayendo a sus laterales, con lo que hubo más espacio interior para Messi y Pedri ya que, además, Braithwaite atrajo la atención de los dos centrales. El dispositivo funcionó mejor que nunca porque los exteriores estaban en su hábitat natural: un diestro en la derecha (Dest) y un zurdo en el izquierda (Alba). Cuando los jugadores utilizados tienen la otra pierna dominante (el zurdo Griezmann en la derecha, el diestro Coutinho en la izquierda) tienden a buscar el centro, con lo que aumenta la concentración de futbolistas y se reducen los espacios.

Laterales menos exigidos

El Barça continuó disfrutando de las coladas de Alba y, excepcionalmente, contó con un Dest llegando hasta la línea de fondo. Ambos estuvieron menos exigidos para recuperar su posición defensiva. "Jordi y Sergiño han estado más arriba sin hacer carreras muy largas para volver", destacó Clément Lenglet elogiando el buen funcionamiento del esquema tàctico.

Lenglet pelea con Rubén García durante el Barça-Osasuna.

Lenglet pelea con Rubén García durante el Barça-Osasuna. / Jordi Cotrina

¿Hasta cuándo? La respuesta se verá el día 29 ante el Eibar. "El sistema era diferente al normal", admitió Koeman como si hubiera hecho una excepción puntual y para anteponer, al mismo tiempo, una explicación de urgencia por la suplencia de Busquets, Griezmann y Coutinho. 

Un dispositivo parecido con tres defensas atrás usó el año pasado Quique Setién. Solo tres veces, a modo de ensayo experimental. Ante el Eivissa en la Copa en su segundo partido (Sergi Roberto, Lenglet, Junior), el tercero en Valencia, con la primera derrota (Sergi Roberto, Piqué Umtiti), y por última vez en Valladolid, con Sergi Roberto, Piqué y Lenglet.

Más breve fue con Ernesto Valverde: solo en el campo del Inter de Milán en la Champions, con el Barça clasificado. Jugaron Todibo, Umtiti y Lenglet.