EL TRIUNFO DE VALLADOLID

Messi-Pedri: un abrazo de mil palabras

La felicitación ente Messi y Pedri simboliza el punto de esperanza que genera para el Barça la conexión futbolística entre ambos

Lionel Messi abraza efusivamente a Pedri tras marcar el gol del 0-3 al Valladolid gracias a un pase de su compañero.

Lionel Messi abraza efusivamente a Pedri tras marcar el gol del 0-3 al Valladolid gracias a un pase de su compañero. / Europa Press

Joan Domènech

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Una imagen vale más que mil palabras y el abrazo entre Messi y Pedri en Valladolid vale mil palabras.

Felicidad. Gratitud. Emoción. Amor. Liberación. Afecto. Relajación. Sentimiento. Pasión. Reconocimiento. Plenitud… Aunque solo es un gol, el tercero del Barça en Zorrilla. Un abrazo tan significativo como el caballito con el que Ronaldinho aupó a Messi al marcar el primer gol de su carrera en el Barça.

Ojos cerrados y brazos apretados. No es un abrazo convencional o protocolario. No es uno más. Parece una señal de satisfacción de Pedri por sentirse adoptado por el más grande y de Messi por haber descubierto a uno de sus pares. El báculo de su vejez en la desigual edad, entre los 18 de Pedri y los 33 de Leo. Alguien con quien entenderse hablando el mismo idioma en el campo mientras afuera se habla de si de esta nueva relación puede surgir algo serio. Y, sobre todo, si puede tener algo de continuidad con la permanencia de Messi en el Barça, solo garantizada hasta el 30 de junio.

“Pedri no tiene físico de atleta de alto nivel pero juega con su cabeza y piensa más rápido que otros. Tiene un feeling diferente con Leo, son muy inteligentes”, dice Clément Lenglet

Un brote de entendimiento

No es, ni mucho menos, el vínculo íntimo que tenía Messi con Luis Suárez, compartiendo vida y familia. Ni la relación fraternal con Gerard Piqué cultivada desde los infantiles, ni el trato silencioso con Sergio Busquets tras una década disfrutando de éxitos, tampoco la conexión intuitiva con Jordi Alba, asistente frecuente.

Es una conexión surgida del entendimiento futbolístico, un brote verde en la dispersión comunicativa del vestuario, con Coutinho ensimismado otra vez por no cumplir las expectativas, con Griezmann pensando celebraciones para los goles que no marca, con Dembélé entrando y saliendo de la enfermería y con Trincâo asimilando, boquiabierto, qué es esto del fútbol de élite. Por no nombrar a un Busquets que teme la sustitución a la vuelta de la esquina, a un Pjanic molesto por verse suplente y un De Jong esperando saber si hoy le toca ejercer de mediocentro, interior o pivote.

Ronaldinho carga con Messi después de que el argentino marcara su primer gol en la Liga en 2005.

Ronaldinho aúpa a Messi tras el primer gol del argentino con el Barça, al Albacete, en el 2005. / César Rangel

“Los buenos jugadores se entienden bien. Pedri es un jugador con cabeza. No tiene físico de atleta de alto nivel pero juega con su cabeza y piensa más rápido que la de otros. Tiene un feeling diferente con Leo, son muy inteligentes en el campo”, describió Clément Lenglet, triplemente satisfecho por haber regresado a la titularidad, por haber ganado el partido y por haber marcado un gol gracias a un regalo de Messi.

Dos caramelos de Pedri

Después de dar y repartir asistencias facilitando el lucimiento final de los demás, por un día Messi se sintió gratificado con un caramelo. Aunque tuvo que quitarle el envoltorio, claro, porque el taconazo nada estético de Pedri no era una asistencia de gol en sí misma; solo prolongó la carrera vertical de Leo hacia el área. Había que hacer un control orientado con la derecha, colarse entre los defensas y enfrentarse Jordi Masip, viejo compañero que se las sabe todas de Messi después de tantos años ejerciendo de sparring en las porterías de Sant Joan Despí.

Barcelona  29 11 2020    Deportes          Messi de charla con Pedri tras el primer tanto  durante el partido de liga  entre el FC Barcelona  Barca   y el Osasuna  Fotografia de Jordi Cotrina

Messi charla con Pedri en el Barça-Osasuna después del 1-0. / Jordi Cotrina

Sí fue una asistencia el pase de 40 metros de Pedri a Messi que le dejó encarado para el primer mano a mano con Masip. A Messi, estupefacto, se le escapó el balón por la falta de costumbre en recibir semejantes regalos. Luego sí lo aprovechó. Supo reconocer el gesto de Pedri con el pulgar, asumiendo al mismo tiempo su error.

“La conexión que tiene Pedri con Leo y los demás es muy buena. Trabaja mucho. Y sin balón es importante en nuestro equipo. Veo a Leo contento, con su creatividad es importantísimo. Se nota si hay muy buenos jugadores a su lado", explicó Koeman, deseoso de ver una relación duradera en el equipo.