ENTREVISTA AL EXJUGADOR DEL BARÇA

Jeffren: "Cuando sales del Barça aterrizas en el mundo real"

El exjugador del Barça, ahora en Croacia, rememora la goleada al Madrid de hace 10 años, en la que marcó el quinto gol, y los momentos difíciles de su carrera

Jeffren Suárez, en un partido de esta temporada en Croacia.

Jeffren Suárez, en un partido de esta temporada en Croacia. / periodico

Arnau Segura

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En busca de la felicidad, como el título de su película favorita, Jeffren Suárez (Ciudad Bolívar, Venezuela, 1988), actual jugador del Slaven Belupo croata, apareció en el área rival en el minuto 91 para poner el broche de oro a aquella mágica e histórica noche del 29 de noviembre del 2010, la del 5-0 del Barça de Pep Guardiola al Madrid de José Mourinho. Han pasado los años y aquel niño que llegó a jugar 34 partidos con el Barça, alzando tres ligas, una Copa, una Champions, un Mundial de clubes y una Supercopa de Europa y dos de España, se ha convertido en un hombre.

¿Cómo empezó todo? Nací en Venezuela, pero con apenas un año nos fuimos hacia Tenerife para buscar una vida mejor. Nací en un hogar humilde. Mi padre siempre ha sido conductor de autobús y mi madre ha trabajado de todo. Crecí en Tegueste, en el mismo pueblo que Pedri, y, de hecho, recuerdo haber ido varias veces al bar de sus padres de niño. Aún se me ponen los pelos de punta, me emociono, al recordar aquellos días en los que jugábamos en la calle, en el campo de tierra del pueblo, y aquellos recuerdos me ayudan a seguir adelante. No es fácil divertirse, disfrutar, en el fútbol profesional, sufres mucho, y muchas noches vuelvo a aquellos días y años tan bonitos en los que jugábamos con sudaderas o botellas repletas de tierra como porterías, en los que desde el lunes vivías por el partido del domingo, en los que nació mi sueño. Y a los grandes momentos vividos en Barcelona.

Llegó a Barcelona en el 2004, siendo un adolescente. Fue bonito porque llegamos juntos Pedro y mi hermano, Efrén, y yo, y el primer año vivimos juntos en un mismo piso. Pero no fue fácil. Llevas toda la vida en una isla y es muy, muy, duro salir de ahí siendo un niño. Recuerdo que hablábamos de fútbol, pero, sobre todo, de la nostalgia de Tenerife, aunque es verdad que el camino hasta el primer equipo fue muy agradable para mí. Fueron años muy buenos.

"Crecí en Tegueste, el mismo pueblo de Pedri y, de hecho, recuerdo haber ido varias veces al bar de sus padres"

Eran años en los que la distancia entre La Masia y el Camp Nou quizás no era tan grande. A mí me gustaba, me conmovía, el Barça desde niño, pero fiché por el Barça, sobre todo, porque era el club que mejor trabajaba la cantera. En mi época salieron un montón de jugadores, y creo que se ha perdido un poco la filosofía de lo que era el Barça hace unos años. Eso debe recuperarse.

¿Cómo recuerda aquellos tres cursos en el primer equipo? Con orgullo y con la felicidad de haber vivido en primera persona los mejores años de la historia de mi equipo. Tengo, y siempre tendré, la espinita clavada de no haber jugado tantos partidos como hubiera querido, y comprendo que decidieran no contar más conmigo porque si te lesionas cada dos por tres no sumas, pero, con todo, lo recuerdo con mucha felicidad. A veces pienso que si hubiera subido al primer equipo ahora habría tenido más continuidad, pero todo aquello no lo cambio por nada. Formé parte del mejor equipo del mundo, y quizás del mejor equipo de la historia de este deporte.

Ha pasado ya una década de aquel 5-0. ¿Qué siente al revivirlo? Lo recuerdo como si fuera ayer, y con mucha nostalgia. Aquel Barça era un equipo perfecto, maravilloso, impresionante, y aquel partido fue una locura. Fue una de las obras maestras de aquel equipo. El que no disfrutó ese partido es porque no le gusta el fútbol. A nivel personal, las cosas no me estaban saliendo bien ese año y no me esperaba jugar nada en ese partido. También recuerdo que, justo antes de entrar, Pep me dijo: 'sal y disfruta'. Y Pinto me había dicho: 'negro, vas a entrar y vas a meter, y cuando marques te vienes hacia acá'. Y marqué, sí, y mientras nos abrazábamos todos sentía una felicidad increíble, imposible de explicar. Fue muy especial. Fue indescriptible. Nunca lo olvidaré.

"Marqué, sí, y mientras todos nos abrazábamos sentía una felicidad increíble, imposible de explicar"

Aquel fue su último gol con el Barça. ¿Cómo fue salir del Camp Nou? Estar en el Barça es como estar en una burbuja en la que lo tienes todo, y lejos del Camp Nou hace frío, mucho frío. Cambia todo, empezando por la forma de jugar, y ese cambio fue difícil para mí, como para tantos otros exjugadores del club. En el Barça te acostumbras a ganar desde niño, a ser muy superior, y luego cuando sales, aunque pases por buenos clubes, como el Sporting de Lisboa, aterrizas en el mundo real, pasas por equipos que no juegan al fútbol, en los que tienes que luchar más que jugar, y descubres que el fútbol y la vida son más perder 3-0 que ganar 3-0. Hace frío lejos de ahí, sí, pero hay vida más allá del Barça.

"Jeffren: lo que pudo ser, pero nunca fue". ¿Cómo se convive con tantos titulares así? Hay gente que dice que estoy acabado. Pero no. Estoy cumpliendo mi sueño. Cumplí mi sueño, y sigo haciéndolo día a día. Soy feliz. Si estuviera acabado estaría en mi casa, acostado. Y es que en realidad me da igual que digan que estoy acabado, porque yo me siento feliz. Que le digan fracaso a continuar aprendiendo y a seguir disfrutando si quieren. Opinar es gratis, y la gente puede decir lo que quiera, aunque muchas veces se olvide que hablamos de personas, que detrás del jugador está la persona, pero yo, que ya he vivido muchas cosas, voy a seguir adelante porque soy más feliz y me siento mejor con 32 años que con 20.

"He pasado momentos difíciles, pero si no vas hacia delante, en este mundo te comen. Si no te levantas, te entierran. Y yo no quiero dejar de sentir qué es meter un gol"

¿Qué le ha enseñado este periplo por Portugal, España, Suiza, Chipre y Croacia? A vivir el día a día. Antes solo pensaba en el futuro, y he aprendido a disfrutar el momento, a sonreír, y a no volverme loco con lo que pueda pasarme mañana. Ya lo veré cuando me levante. El fútbol, como la vida, va demasiado rápido. Todo es muy efímero, y es mejor centrarse en el presente. Hay que disfrutar, y el fútbol sigue llenándome mucho. He pasado momentos difíciles, muchos, pero uno tiene que seguir hacia adelante. Si no vas hacia adelante, te quedas atrás, te comen en este mundo. Si te tiran al suelo y no te levantas, te entierran. Los cinco meses en los que estuve sin equipo, hasta febrero, entrenaba cada día, y algunos días me decía: '¿por qué lo haces? ¿Por qué tanto sacrificio?' Pues porque no quiero dejar de sentir qué es meter un gol. Porque esto es lo que amo, y quiero más.