A LOS 73 AÑOS

Muere Tonny Bruins Slot, exayudante de Cruyff y de Koeman

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Joan Domènech

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Tonny Bruins Slot falleció este domingo 2 de noviembre a los 73 años de edad víctima de un cáncer linfático. Nacido el 1 de abril de 1947 en Amsterdam, llevaba tiempo retirado de la primera línea futbolística por las consecuencias de la enfermedad que se le había diagnosticado, aunque aún ejercía de asesor futbolístico en Holanda, sobre todo en el Ajax, club en el que todavía colaboraba, por la enorme reputación que atesoraba.

Bruins Slot trabajó casi toda su carrera como ayudante técnico o analista, y solo fue máximo responsable del Ajax, su club, durante un periodo muy breve de tiempo, en la temporada 84-85, que concluyó con la conquista del título.

Johan Cruyff le reclutó como ayudante al iniciar su etapa de entrenador en Holanda y luego quiso que le acompañara al Camp Nou, entre 1988 y 1996. Con el dream team, al lado de Cruyff y Carles Rexach, el Barça conquistó cuatro Ligas consecutivas (91-94) y la primera Copa de Europa de la entidad azulgrana. También fue ayudante de Ronald Koeman, que le despidió en las redes sociales con emoción. "Era un verdadero amante del deporte, pero era sobre todo un maravilloso ser humano", escribió el actual entrenador del Barça en Instagram.

La felicidad del 5-0

Una de las imágenes más icónicas de Bruins fue la que le inmortalizó con los cinco dedos de la mano extendidos en la goleada por 5-0 del Barça al Madrid en 1994. "Fue uno de los días que lo vi más feliz", corrobora Rexach, a quien le sorprendió el especial grado de rivalidad que sentía el holandés respecto al club blanco, "sobre todo porque Tony era extranjero". Vino al Camp Nou con Johan y se fue con Johan, pero él sí continuó trabajando en los banquillos y en los despachos.

"Esa foto revela, simplemente, lo que estaba sintiendo ese momento, sin necesidad de hacer las cosas o pensarlas por lo que puedan decir", subraya José Mari Bakero que, como Koeman, fue pupilo de Bruins como jugador de aquella época, y compañero como técnico en el Valencia.

"Más que entrenar, a Tony le gustaba el análisis. El análisis del juego, del futbolista, del equipo. Era un hombre de fútbol en esencia. Vivía por y para el fútbol", añade el exdelantero azulgrana, que le admiraba por su capacidad de trabajo, sus conocimientos y sus contactos. "Era de aquellos personajes que se hacía querer", asegura, recordando episodios jocosos producto de su espontaneidad. Y de sus expresiones.

De cabeza al estanque

"Este tiene nariz de gol", decía reiteradamente Bruins, en su tradución libre y particular, para destacar "el olfato de gol" de un delantero. Aprendió rápidamente el español para hacerse entender con los jugadores, a quienes debía explicar las virtudes de un equipo rival. Sus charlas tácticas contenían minutos de humor, que podían ampliarse en las largas concentraciones que se hacían, sobre todo en las pretemporadas de Holanda.

"Nariz de gol", era una de sus expresiones más recordadas cuando aludía al 'olfato' de gol de un futbolista

Feliz y sonriente, cantando una canción, pasó pedaleando con la bicicleta por delante del grupo, que volvía al hotel tras una sesión matinal de footing. Era el segundo o tercer día de concentración y en aquellos momentos de cansancio, no se le ocurrió nada más a un jugador que pillar a Bruins y su bicicleta hasta empujarlos a un estaque. Se dice el pecado, no el pecador. Nadie se atrevió, que se sepa, a hacerle lo mismo a Cruyff o Rexach.       

 En el triunvirato técnico del dream team, Bruins se encargaba del análisis de los rivales, lo que le obligaba a estar continuamente viajando a los estadios en una época que las transmisiones televisivas eran escasas. En Kiev (1991) sufrió una encerrona de los dirigentes ucranianos para dificultarle la asistencia (y la visión) a un partido del Dinamo antes de enfrentarse al Barça. Se marchó de la ciudad con un informe, claro. El once azulgrana jugó y ganó, encarrilando el exitoso camino que conducía a Wembley. 

"¡Que no es el Santos de Pelé!"

"No se relajaba ni para un partido de Copa contra un Tercera", recuerda Rexach de la dedicación de su compañero, "siempre con los deberes hechos". Un trabajador incansable, aunque siempre de buen humor, siempre risueño. Su carácter jovial y su fisonomía facilitaban que le apodaran Danny Kaye, en referencia a un actor estadounidense. Era tal el grado de pasión y de precisión de sus informes que alguna vez Charly y Johan le espetaron: "¡Oye, que no es el Santos de Pelé!".

Entre viaje y viaje, entre informe e informe, también era la conexión del primer equipo con el fútbol base. Acudía a los campos del Miniestadi si sabía que era un día de pruebas de jóvenes reclutados para jugar en el Barça.

Cuando Cruyff maduraba la idea de fichar promesas extranjeras para que se fogueasen en el filial antes de ascender al Camp Nou, y preparar así los futuros relevos de Koeman, Stoichkov y Laudrup, fue Bruins quien indagó en búsqueda de los mejores aspirantes.

Los primeros elegidos fueron el danés Ronnie Ekelund y el croata Goran Vucevic, internacionales ambos en sus países en las escalas inferiores, luego en la absoluta. Antes había descubierto a Thomas Christiansen, un jovencísimo delantero de padre danés y madre española. Empezó jugando en el Barça B, en Segunda, pero fue cedido a varios equipos de Primera (Sporting, Osasuna, Oviedo...), fue internacional y terminó en la Bundesliga, donde fue máximo goleador con el Bochum.

Padrino de Chantal, ayudante de Ronald

Íntimo amigo de Cruyff, hasta el punto de ser uno de los testigos de la boda de su hija primogénita, Chantal, con Jesús Mariano Angoy, estrechó mucho los lazos con Koeman en el Barça. Había sido su pupilo y Bruins aceptó ser su ayudante -"un ayudante leal y capaz", a ojos de Ronald- para aportarle todos los conocimientos y toda la experiencia acumulada, tras un breve periodo de distensión en la cantera del PSV Eindhoven tras la abrupta salida del Barça.

El actual entrenador azulgrana confió en él en su periplo por el Ajax, el Benfica, el Valencia, el PSV Eindhoven y el AZ, hasta volver de nuevo al Ajax, donde pasó a formar parte del club como miembro de la dirección ejecutiva desde el 2010 pero sin abandonar las labores técnicas, poco antes de serle detectada la enfermedad, que mantuvo controlada con medicación durante muchos.

De carácter alegre y abierto, carismático, a Bruins le seguía encantando trabajar como ojeador de jóvenes y como analista de los equipos rivales. Frank de Boer también contó con sus consejos y su ayuda mientras fue primer entrenador del Ajax. Pero Bruins nunca tuvo un no para nadie allí donde estuviera.