Un eficaz Morata da el triunfo a la Juventus

Empezó el partido de forma accidentada para la Juve y acabó de forma tranquila gracias a la eficacia de Álvaro Morata. No se había llegado a la media hora y ya había perdido por lesión muscular a Chiellini, su capitán. Antes, Federico Chiesa, que debutaba en la Champions, caracoleaba con peligro por la banda izquierda, detectando el agujero negro del Dinamo de Kiev. Pero topó el delantero italiano con una excelente parada de Buschchan.

Y, de nuevo, atacando por ese flanco halló el tesoro del gol la Juventus gracias a otra internada de Chiesa, con un disparo seco de Kulusevski, que no atrapó el meta ucranio. Ahí estaba Morata, como un viejo cazagoles, para aprovechar el rechace y abrir un espeso partido. El segundo gol llegó por la banda derecha, con idéntico autor, eso sí. Centró Cuadrado y cabeceó Morata con acierto, adelantándose a la defensa del Dinamo, que había intimidado en el tramo final del encuentro a la Juve. Pero entonces llegó el exdelantero del Atlético para espantar cualquier miedo.

En su debut en la Champions, Chiesa fue el delantero más peligroso de la Juve

Chiesa estaba en todas las ocasiones de peligro en una Juve, un equipo que no tuvo demasiada profundidad. Con Cristiano Ronaldo de baja por el positivo que dio en Portugal por Covid-19 y Dybala en el banquillo, a Andrea Pirlo, el nuevo técnico juventino, se le acumulaba el trabajo. Y le tocó a Morata resolver con ese olfalto de delantero una noche compleja.

Dominaba la Juve el partido, pero poco más. No lograba empujar al Dinamo a su área ni tampoco ponerlo en demasiados problemas. La Juve de Pirlo es un equipo por hacer. Con sus estrellas, además, fuera del escenario. Otro inconveniente para el nuevo entrenador de la 'Vecchia Signora'.

Dos remates de Morata, dos goles

A Morata, el exdelantero del Atlético, se le vio poco en esos 45 minutos iniciales, más cómodos para el equipo de Lucescu de lo que podía imaginar. Se estaba guardando el 'nueve' de la Juve todo su arsenal para la segunda mitad.

Tampoco sufrió demasiado la Juve atrás, incapaz como era el Dinamo de asomarse a la casa de Szczesny, quien tuvo una noche plácida, excepto cuando su barrera se abrió en un lanzamiento de falta directa a 30 metros de su portería. Todo cambió en el arranque de la segunda mitad. Un disparo de Morata, un gol. Un cabezazo de Morata, un gol. Con ese valioso botín, regresó la Juve a Turín, mientras Arthur, el exjugador del Barça, jugaba apenas en los últimos minutos.