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GETAFE - BARCELONA (1-0)

Pincha el Barça

Mata, de penalti, provoca la primera derrota del equipo de Koeman en una mala noche

Marcos López

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Pinchó el Barça cuando menos lo podía hacer. Pinchó con un partido insípido en donde se dejó engatusar por el Getafe, un equipo que hace de la defensa (y de la agresividad llevada al límite, permitida siempre por el colegiado) todo un arte. Pero no sirve la excusa arbitral para tan pobre juego azulgrana, sin recursos ni alternativas. Tan pobre que apenas tuvo la opción de engancharse al encuentro ni estimularse con la derrota del Madrid en su casa ante el Cádiz.

Ni eso impulsó al Barça, al que se le vio apático, incapaz de agarrarse a la luz que le irradiaba Pedri. Llega el clásico y los grandes están en problemas. ¿Griezmann? Jugó donde quería. ¿Qué hizo? Lo de siempre. O sea, nada. Se iba consumiendo como todo el equipo, mientras Koeman que inició el partido con su tradicional 4-2-3-1 acabó con un sistema indefinido, llenando el equipo de delanteros.

Tomó decisiones Koeman y agitó al Barça en Getafe. Más de lo que podía imaginarse porque  removió todo el frente de ataque para darle descanso a Coutinho y Ansu Fati. No solo eso. También complació a Griezmann, empeñado como estaba el francés en jugar en el centro de la delantera. Ahí lo puso el técnico. Pero la respuesta que obtuvo del exjugador del Atlético le carga de razones a Koeman. Ni rastro del Griezmann de Francia. Era, de nuevo, el Griezmann de hace casi año y medio. Instalado en la punta del 4-2-3-1 no tuvo peso alguno en el juego del equipo. Volvió a ser invisible. Y el equipo lo acusó ante un Getafe rocoso, que convirtió, como siempre, el Coliseum en una trampa.

Solo Pedri

Al Barça le costó encontrar la llave. No había manera de colarse en el partido, pero apareció un niño, de apenas 17 años, para iluminar la noche al sur de Madrid. Pura magia. Ahí en medio, en la posición de media punta, donde no existe espacio ni tiempo, este niño canario pareció estar jugando en el bar de su padre. Pura fantasía. Absoluta personalidad. Un escándalo lo que firmó Pedri fue una lección. Una lección de astucia en el pase. Una lección de creatividad. Una lección, sobre todo, de carácter. Pidió la pelota siempre. Y siempre la mejoró.

Sin pisar el área

En esa posición jugaban no hace tanto Paulinho y Arturo Vidal. Ahora pertenecía a Coutinho, por mucho que Griezmann pidiera desde Croacia que Koeman le cediera tan privilegiado lugar. Pero no imaginó el francés que aparecería Pedri para elevar la voz con el balón cosido a la bota, realizando giros messiánicos, que evocaban incluso la ruleta de Xavi, atrayendo todos los focos hacia él.

No tenía, además, una noche fácil como demostró una desmesurada entrada de Cabaco que no solo le pisó sino que le soltó un codazo. Todo en una misma acción. Pero Pedri no se arredró. Más bien, todo lo contrario. Volvió a pedirla. Volvió, entretanto, Dembélé a perderla enemistado como está el francés con la pelota. Y con el regate. Es como si el balón, cansado de Ousmane, se divorciara para siempre de él. 

El Barça, además, apenas pisó el área en la primera mitad. Solo tres veces. Y una de ellas fue el disparo de Messi que repelió el poste derecho de Soria, el guardameta del Getafe, tras una interesante internada de Dest por el flanco izquierdo. Con la genialidad previa, eso sí, de Pedri. Porque los demás corren. Él, no. Él fluye, tal si fuera un holograma de Iniesta. Dormía Andrés en Japón sin saber que en Getafe un niño humilde y trabajador como él estaba honrando el fútbol. ¿Cómo? Jugando a fútbol como los ángeles.

La trampa de Bordalás

Suelen ser partidos ásperos, desagradables y engorrosos. Así ocurrió ayer. El Getafe se defendía con criterio, mientras aprovechaba cualquier acción a balón parado para merodear el área de Neto, quien solo tuvo una intervención acertada. Hasta que De Jong cometió un error innecesario con su penalti sobre Djené, que le dio la puerta que esperaba el paciente equipo de Bordalás. Mata no erró desde los once metros y al Barça se le giró trabajo, por lo que Koeman sacó a todos los delanteros. Pero nada.

Más de lo mismo. Gris y triste Barça, ahogado por la trampa de Bordalás, incapaz de encontrar respuesta solvente a tanto problema. Y al clásico llega con derrota. Como el Madrid.

Ficha del partido

GETAFE: 1