ARROPADO POR KOEMAN

La mutación de Coutinho

Coutinho abandona la ciudad deportiva del Barça en Sant Joan Despí.

Coutinho abandona la ciudad deportiva del Barça en Sant Joan Despí. / periodico

Marcos López

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No han pasado ni dos meses de la noche de Lisboa. La noche en la que el Barça cerró desastrosamente una era con el vergonzoso 2-8 que le endosó el Bayern Múnich. La noche en que Coutinho, que marcó dos goles y dio una asistencia en el cuarto de hora que jugó saliendo del banquillo, se temió lo peor.

Que eran goles para llevar al Bayern a la cima de Europa, pero podían acabar con sus tímidas esperanzas de retornar al Camp Nou. No sabía esa noche del 14 de agosto del 2020 que su futuro iba a cambiar de tal manera que Coutinho mutó en Coutinho. Jugando ahora con el Barça.

La melancolía que irradiaba da paso a un nuevo Cou, a quien el traje del 4-2-3-1 le cae mucho mejor

Por no saber, no sabía el brasileño ni quien sería el nuevo entrenador azulgrana. Esa misma y funesta noche veraniega tampoco lo sabía ni el presidente Josep Maria Bartomeu. Ni siquiera el propio Ronald Koeman. Ni dos meses del caos han transcurrido aún.

Siete semanas en las que el holandés se convirtió en el técnico elegido para pilotar la reconstrucción de un equipo en estado ruinoso. Y una de las primeras decisiones que tomó fue pedir el número del teléfono móvil de Coutinho, justo después de que éste besara la Champions en la capital portuguesa.

El cambio llegó en Múnich

Temía Coutinho, el fichaje más caro en la historia del Barça, que pagó 120 millones de euros más 40 en variables al Liverpool en enero del 2018, que fuera la llamada definitiva para cerrar su gris paso por el Barça.

Llegó incluso a enfrentarse al público del Camp Nou, molesto como estaba porque en año y medio, entonces con Valverde en el banquillo, se transformó en un futbolista triste, lleno de melancolía, incapaz de reconocerse incluso a sí mismo. No era el interior que debía suceder a Iniesta, un inacabable e inmenso legado que le torturó, ni fue tampoco el extremo que podía ocupar la casa vacía de Neymar.

Nada más ser campeón de Europa con el Bayern, recibió la llamada de Koeman que le cambió el gris paisaje que intuía

Se fue a Múnich. Allí empezó el cambio. No solo futbolístico sino también físico, adquiriendo mayor volumen tras un concienzudo trabajo personalizado. Tiene 28 años Coutinho y tras su consolidación en el Liverpool su fútbol se le iba escurriendo con ese sonoro paso atrás en el Camp Nou.

No se asentó en el esqueleto básico del Bayern, pero mejoró en otros aspectos, acumulando experiencias. Sin saber todavía que Koeman le abriría la puerta cuando ya creía que estaba cerrada para siempre.

Esa llamada ejerció un impulso motivador en el brasileño, quien decidió acortar sus vacaciones para ponerse de manera inmediata a las órdenes del holandés. Ni dos semanas de vacaciones tuvo.

Sentido común

Pero escuchar que Koeman lo quería le cambió todo. No solo se lo dijo con palabras el técnico. Nada más iniciarse la pretemporada se lo demostró con hechos. Ayer en una detallada exposición, que duró un minuto, el holandés diseccionó las claves de esa mutación.

"¿El cambio de Coutinho? La pregunta es buena y tiene una respuesta fácil. Es muy buen jugador. Mi función es sacar el máximo rendimiento de cada jugador. Y esto empieza por poner a los jugadores en su sitio" (Koeman)

"¿El cambio de Coutinho? La pregunta es buena y tiene una respuesta fácil. Es muy buen jugador", dijo el técnico. Parece una obviedad (y lo es)teniendo en cuenta que el Barça invirtió una auténtica fortuna por él. "Mi función como entrenador es sacar el máximo rendimiento de cada jugador. Y esto empieza por poner a los jugadores en su sitio", afirmó Koeman.

Conexión con Ansu Fati

Le dijo a Coutinho que jugaría de media punta, por detrás de Messi, el falso nueve. Se lo dijo y luego, claro, lo puso. Ahí disfruta Coutinho de ese nuevo rol que es, en realidad, su viejo rol. Por eso, el Barça se volvió loco para ficharlo, asumiendo entonces que no podía ni jugar Champions.

Ha dado dos pases de gol a Ansu, inclinando el nuevo juego de ataque del Barça al flanco izquierdo

De pronto, ese jugador que llevaba la saudade dibujada en su rostro se lo pasa ahora bien, moviéndose con libertad por todo el frente de ataque. Feliz como se le ve porque el nuevo traje táctico del 4-2-3-1, diseñado en la sastrería de Koeman, le sienta de maravilla.

En los dos primeros partidos de Liga (Villarreal y Celta) ha regalado dos asistencias. Ambas a Ansu Fati, orientado como anda ahora el nuevo ataque del Barça al flanco izquierdo. En la primera tenía la opción de mirar a la derecha a Messi, pero escogió a Ansu. Y acertó

Interviene Coutinho  e influye en el juego, firmando promedios de aciertos en el pase por encima del 90%, mientras es dosificado por el técnico. Jugó 70 minutos ante el Villarreal y 72 frente al Celta, siendo siempre sustituido por Pedri.

El experto, al inicio; el joven, al final. "Yo pienso que se juega como se entrena", repite Koeman como un mantra del nuevo orden del Barça. "Hemos mejorado en el aspecto físico. Se nota, se nota..." También se nota que Coutinho ha abandonado, de momento, la saudade.