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RC CELTA 0 - 3 FC BARCELONA

El Barça renace en Vigo

Ansu Fati celebra el primer gol ante el Celta

Ansu Fati celebra el primer gol ante el Celta / periodico

Joan Domènech / Barcelona

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Victoria con tinte heroico, adjetivo en desuso para describir las actuaciones del Barça. Señal de que el opulento equipo de la última década es hoy un conjunto mundano, bajo sospecha aún por la malísima pinta que daba pese a que ha recuperado el color con Ronald Koeman, y de que las condiciones del triunfo exigieron un sobreesfuerzo.

Ganar fuera de casa jugando con uno menos desde el minuto 42, en un campo donde no vencía desde el 2015, justifica el elogio. Especialmente cuando el equipo supo ampliar el marcador en la segunda mitad tras haber perdido a Lenglet, con la amenaza de la severidad de Del Cerro Grande, que expulsó antes a Piqué en una jugada con fuera de juego previo que anuló esa roja directa, y con un noche de perros por la borrasca Álex.

Las situaciones delicadas para el Barça las soslayaba a menudo el genio de un Messi pletórico y ahora es su heredero, que aprende a su lado, que no le ha depuesto del mando aún, quien ilumina el camino del triunfo.

Fati, a la primera

Fati enchufó al fondo de la red el primer balón que le cayó en el área para edificar un buen refugio ante la ventisca que se avecinaba. Messi, cuando ya se había calentado, y no por la gélida noche, sino por el tono retador del árbitro, rebozó la casa para evitar goteras cuando arreciaba la lluvia y el Celta se había lanzado a la desesperada con toda la colección de delanteros.

Era tarde. Con el 0-2. Había salido una hora antes a neutralizar al Barça más que a buscarle las cosquillas. Cada celeste tenía instrucciones (Veiga sobre De Jong, Denis cerca de Busquets, Hugo Mallo saltando a la presión sobre Alba...) y todos las cumplieron; estaban tan pendientes de los demás que se descuidaron de sí mismos. Hubo de ser Iago Aspas quien activara el despertador en el lanzamiento de una falta: el procedimiento por el que anotó el 2-2 hace tres meses. El recordatorio de que tenían opciones, por más que este Barça se asemejaba poco al del mes de julio.

Más rapidez

Dominó, sí, como aquél; poseyó el balón, e invadió la parcela ajena, igual que casi siempre, pero la velocidad de la bola era muy distinta. La rapidez provocó más imprecisiones, pero las pérdidas solían producirse en los aledaños del área viguesa. La recuperada voluntad del Barça de presionar inmediatamente contuvo el peligro lejos de Neto, aunque en una salida local, Lenglet soltó el brazo y se llevó la segunda amarilla.

Coutinho maneja ahora los hilos, con Messi esperando en la punta, y el juego azulgrana se ha diversificado, aunque sigue atacando preferentemente por la izquierda: donde están Fati y un Alba mejorado. Por la derecha tal vez Sergiño Dest, que será presentado hoy, reanime a Griezmann, sacrificado por Koeman para dar entrada a Araujo y mantener el cuarteto defensivo. Pragmatismo irrebatible,  para defender un gran resultado que mejoró más Sergi Roberto.

Ficha del partido

RC CELTA: 0