el regreso más esperado

Messi: día 1 con Koeman

Lionel Messi, en su primer entrenamiento de la pretemporada 2020-21 en Sant Joan Despí.

Lionel Messi, en su primer entrenamiento de la pretemporada 2020-21 en Sant Joan Despí. / periodico

Joan Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Estaba más fuera que dentro, confesó Leo Messi Ronald Koeman en su primer encuentro del 20 de agosto. Luego estuvo fuera en cuerpo y alma. Hasta el viernes. Pero este lunes, finalmente, el capitán –tal vez no su espíritu, aún- cruzaba las puertas de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, en el primer día de su última temporada en el Barça. El principio del final.

Acudía Messi al entrenamiento como lleva haciendo 17 años. Pero nada era igual. Ni él. Entró en medio de un pasillo de cámaras tal que fuera el fichaje estrella de la temporada -lo es, teniendo en cuenta que se había ido del Barça-, aunque es el jugador más antiguo de todos.

Puntual y solo

Aparecía otro Messi: fue el primero en aparecer, hora y media antes del entrenamiento, y solo, cuando lo habitual era verle acompañado de Luis Suárez. Solo se entrenó también. El uruguayo llegó más tarde, escenificando la separación que se consumará en breve y que, aparentemente, fue la espoleta que activó la crisis. Al día siguiente de que Koeman comunicara a Suárez que no contaba con él, Messi enviaba el burofax.

El primer día fue como el de un fichaje: llegó solo, sin Suárez, y hora y media antes del entreno

Estuvo Suárez y estaba Arturo Vidal, todavía, cuyas bajas simbolizarán el nuevo entorno en el que vivirá Leo.  Sin ellos, aunque quedarán Piqué y Alba. Messi deberá recoser su relación afectiva con los demás compañeros, que ya no le mirarán igual sabiendo que su presencia tiene fecha de caducidad. Antes deberá mentalizarse él mismo para disfrutar del último año y no contravenir la máxima que selló Koeman: "Solo quiero trabajar con gente que quiera estar aquí".

Material sensible

Koeman es consciente del material sensible que es Messi. Igual que Bartomeu. Pero el entrenador tratará con él cada día, y el presidente tal vez no se le acerque nunca más. Koeman le dejará tiempo y espacio para que vaya reintegrándose: está su cuerpo pero no su mente.

El técnico es feliz por recuperar la libreta donde había escrito sus planes en el Barça con el argentino y que había guardado en un cajón mientras empezaba a garabatear otro Barça sin él. La continuidad del Messi le permite, ya con certeza, definir su dibujo táctico, a la espera de comprobar, en el campo de entrenamiento y en los amistosos, si se ajusta a lo que ideó.

Un Barça "diferente"

Porque el primer signo de identidad que exhibirá Koeman será mostrar un Barça "diferente". Desde el esquema táctico, al desempeño de los jugadores y el ritmo del balón. Los cambios nacerán en torno a Messi: o por la nueva ubicación del astro o por los roles de los demás. Leo aseguró que su actitud "no va a cambiar". La hinchada seguirá con lupa sus actuaciones tras lo sucedido.

"Voy a dar lo mejor. Siempre quiero ganar, soy competitivo y no me gusta perder a nada", garantizó en el vídeo del regreso. Otro asunto es que Koeman consiga, si eso es lo que pretende para el equipo, que Messi participe en la presión adelantada que ejercía el mejor Barça conocido y que ha dejado de practicar en el último lustro.

Koeman recupera la libreta con los planes originales: con Leo ya tiene al 10, solo espera otro 9

Al 10 le medirán los kilómetros que corre con Koeman para compararlos con los que corría con Setién y Valverde. Tres entrenadores en nueve meses, Tres tuvo en los primeros diez años: Guardiola, Tito y Martino. De los goles que marcará nadie tiene ninguna duda. La voracidad goleadora de Messi no genera dudas. 

El punto de partida

Pero la primera gran decisión que ha de tomar Koeman es el punto de partida dónde sitúa a Messi  cómo y se articulan los demás a su alrededor. ¿El 7 cerrado de los orígenes? ¿El 9 de referencia liberado de retroceder? ¿El mediapunta que gestiona todos los balones? 

Tiene a Messi, "y es mejor tener al mejor jugador del mundo de tu lado que no enfrente", aprecia Koeman pero, aún siendo, mucho, eso no lo es todo. Seguirá faltando un nueve (Griezmann, Ansu Fati, el propio Messi pueden ejercer esa función) y recuperar, sobre todo, al 10.