el relevo en el banquillo azulgrana

La intrahistoria del fichaje de Koeman: "Ronald, voy a tu casa a verte"

Así se desarrolló la rápida negociación con Koeman para convertirse en entrenador del Barça y que empezó con una llamada directa de Bartomeu

El holandes Ronald Koeman, en la foto, junto al presidente Bartomeu, el directivo Javier Bordas y el nuevo director deportivo  Ramon Planes.

El holandes Ronald Koeman, en la foto, junto al presidente Bartomeu, el directivo Javier Bordas y el nuevo director deportivo Ramon Planes. / periodico

Albert Guasch

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A las 10.11 minutos del lunes, Ronald Koeman telefoneó al director de la Federación Holandesa de Fútbol, Eric Gudde. “Ya sabes para lo que te llamo”, le soltó de entrada. Lo sabía, claro. Habían pasado menos de tres días desde la monumental debacle de Lisboa y en Barcelona el nombre del héroe de Wembley para reemplazar a Quique Setién había aflorado durante el fin de semana. Es el ruido infundado que surge de una entidad tan grande como su desesperación, se dijeron entre sí inicialmente los dirigentes holandeses. Esta vez había sustancia, aunque en la federación no tuvieron constancia directa hasta el lunes.

En apenas un par de días empezó y se cerró el fichaje de Koeman como entrenador del Barça. Rápido, rápido. El presidente Josep Maria Bartomeu, al regreso el sábado al mediodía de Lisboa, se encerró en sí mismo, meditando el próximo paso a dar, mientras la oposición, la masa social y las tertulias le señalaban de forma furibunda como responsable de la histórica humillación ante el Bayer n. El mismo sábado por la tarde cogió el teléfono y llamó directamente a Koeman. Le tanteó para el cargo en el banquillo y Ronald se puso enseguida de cara. “No es como en enero”, le dijo.

Entonces fue Jose Maria Bakero, su excompañero en el 'Dream Team', quien hizo las infructuosas gestiones para que relevara a Ernesto Valverde. El mundo no había colapsado aún por la pandemia y tenía ilusión por dirigir a la selección holandesa en la Eurocopa, posteriormente pospuesta. Ahora era distinto y Bartomeu, al oír aquellas palabras de Koeman, empezó a salir de las tinieblas. “¡Pues tenemos que hablar!”.

El presidente habló durante dos horas en la casa barcelonesa de Koeman el domingo al mediodía y encarrilaron el acuerdo

Koeman le reveló que, casualmente, estaba en Barcelona. “¿Ah, sí? Ronald, mañana vengo a verte a casa”, replicó el máximo dirigente, según fuentes conocedoras de todo el proceso. Él y su esposa Bartina tenían previsto en primavera desplazarse a Barcelona para reformar y redecorar un domicilio recién comprado. El pequeño infarto que sufrió el holandés retrasó esos planes hasta ahora en verano. Esa casualidad jugó a su favor. Se agilizó todo.

Larga reunión

El domingo por la mañana Bartomeu fue a visitarle, efectivamente, a su domicilio de Pedralbes y estuvieron charlando durante un par de horas. Solo ellos dos. Hablaron del equipo, de jugadores, del entorno, pero sobre todo se pusieron de acuerdo.

Al salir de la casa en reformas del holandés, Bartomeu llamó a su agente, Ron Jansen, quien ha traído a 10 de sus representados al Barça, como recordó el propio Koeman en la presentación. A partir de aquel momento, Jansen silenció su móvil para mantener una discreción inexistente. Por la tarde, el presidente se reunió con Eric Abidal, aún secretario técnico, Ramón Planes, su ayudante ascendido, y los directivos Javier Bordas, Jordi Moix y el CEO, Òscar Grau.

Fue una reunión muy larga, de las 18 horas a las 22.30 de la noche, según precisa uno de los asistentes. Ahí Bartomeu expuso sus avances con Koeman, pero también se fraguó la salida de Abidal, oficial el martes, por iniciativa propia, insatisfecho con su papel menguante en el apartado de las decisiones, como confirmó ayer por Instagram. No intervino en la del nuevo entrenador, por ejemplo. "En los últimos dos años he intentado realizar cambios que creía muy importantes para el futuro del primer equipo. A pesar de mi convencimiento y mi insistencia no lo he conseguido", escribió. Bartomeu no tenía intención de despedirle. De hecho, el lunes, tras la junta extraordinaria de la mañana, desde el club se daba por hecha su continuidad. 

El anuncio oficial se retrasó porque el Barça pretendió pagar a plazos la indemnización a la Federación holandesa

En esa esperada cita del lunes, en la que los directivos desoyeron las intensas peticiones de dimisión y elecciones anticipadas, Bartomeu cedió la palabra a Bordas, directivo del primer equipo, para que expusiera al resto de la junta la candidatura de Koeman. Mauricio Pochettino nunca fue esta vez una opción, aseguran fuentes directivas. Koeman recibió un voto a favor unánime.

Òscar Grau y el ejecutivo Franc Carbó viajaron a Amsterdam, adonde había regresado Koeman, para negociar los términos del contrato con Jansen en la casa holandesa del entrenador. También había que desembolsar una indemnización para la Federación Holandesa, acordada en unos 4,5 millones de euros. Desde el club se asegura que esa parte se descontará de un sueldo del técnico que, de no haber pandemia y sus letales consecuencias en las arcas del club, sería más alto.

Cuando el martes por la tarde Koeman aterrizó en Barcelona, el acuerdo con la federación no estaba aún cerrado, por eso no pudo hacerse oficial y por eso Bartomeu dijo en la entrevista de BarçaTV que el holandés sería el entrenador “si nada se tuerce”. El Barça quiso negociar que el pago de esa indemnización fuera a plazos. No se salió con la suya.

Envejecer en Barcelona

La oficialidad del fichaje se produjo ya el miércoles por la mañana. Koeman visitó la Ciutat Esportiva y por la tarde se realizó la firma del contrato, las fotos con la camiseta y la rueda de prensa de presentación. Al mediodía comió en La Venta, al pie del Tibidabo, con Bartomeu, Bordas, Planes y Grau. Hablaron, claro, de jugadores, de la reforma que precisa el equipo, de lo que es factible o altamente improbable. Ese día alguien aconsejó a Bartomeu delante de Koeman que se acercara al vestuario lo menos posible.

A la presentación acudió con su hijo Tim. También con su representante. No estaba su esposa Bartina. Recientemente había declarado a una revista femenina de Holanda que el plan de su esposo y ella era hacerse mayores en Barcelona. “Siempre nos ha gustado la ciudad y la gente nos deja tranquilos”. Y de ahí la adquisición de un domicilio. Lo de la tranquilidad, si acaso, quizá para más adelante.

Suscríbete para seguir leyendo