LA CITA DEL CAMP NOU

El Barça se juega la vida en la Champions en precario

"No se me ha pasado por la cabeza en ningún momento que el del Nápoles pueda ser mi último partido", dice Setién

Messi y Setién durante el partido ante CA Osasuna

Messi y Setién durante el partido ante CA Osasuna / periodico

Joan Domènech

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El último partido de la temporada del Camp Nou. Es una certeza. Si es el último partido de Quique Setién, con solo 13 jugadores del primer equipo, es una incertidumbre. El Barça se juega la vida en la Champions en la despedida oficial del estadio, y de seguir vivo jugará en Lisboa, con los otros siete supervivientes en el formato diseñado por la UEFA para esquivar el coronavirus. Setién irá a Portugal, pero parece improbable que vuelva a sentarse en el banquillo azulgrana en septiembre cuando se inicie la próxima campaña.

"No se me ha pasado por la cabeza en ningún momento que el del Nápoles pueda ser mi último partido", aseguró Setién, que esperaba esa pregunta tratándose de un momento clave de la temporada. El ser o no ser, que se irá repitiendo en cada eliminatoria. Una disyuntiva que se intuye más definitiva en este duelo de vuelta (1-1 en la ida de febrero) frente al rival italiano.

La cárcel con público

Setién dio argumentos para mantener alejada de la cabeza esa funesta sospecha. Argumentos todos futbolísticos, en una lectura marcadamente positiva y que contrasta con la sensación general más negativa del vestuario, el palco y la grada, el estamento menos influyente en la toma decisiones, máxime cuando el virus ha expulsado al público del estadio. Sin pañoladas, el enfado de la masa no es visible. Ni audible.

"El fútbol sin público no es fútbol, es un deporte distinto", corroboraba Gennaro Gattuso a la llegada del Nápoles. "Venir así para nosotros es una pequeña ventaja, Escuchar a 90.000 personas, si no tienes personalidad ni experiencia, es una cárcel".

La "señal"

Sergio Busquets, el futbolista elegido por el club para cumplir las normas de la UEFA pese a que no juega por sanción, remachó que el vestuario afronta la eliminatoria "con mucho optimismo"; tanto, que pese al 1-1, el equipo saldrá "a atacar, fiel a su filosofía". Busquets entiende que si Setién continúa como entrenador la próxima campaña «sería una buena señal». Señal de que el Barça ha sido campeón de la Champions o ha hecho un buen papel. Aunque termine el ejercicio sin un título.

Todos los motivos que justifican el entusiasmo barcelonista los expuso Setién. El equipo ha hecho "muy buenos entrenamientos". Los jugadores "se han recargado de energía" tras la semana de vacaciones al terminar la Liga. Él, como entrenador, ha tenido tiempo para clarificar sus ideas  y posee en sus manos "una delantera de ensueño". El cuerpo técnico ha tenido "tiempo suficiente" para preparar el encuentro.  Y, además, el equipo terminó la Liga en el campo del Alavés (0-5) ofreciendo una evidente "mejoría". Razones más que suficientes que invitarían a pensar que el Barça podría masacrar al Nápoles. Pero ahí hay un inconveniente.  Es el Nápoles.

Buenos de verdad

"Ha mejorado mucho y tiene muchísimos registros que le convierten en un grandísimo equipo. Defiende muy bien y sabe atacar y hacer daño. Hemos previsto muchas situaciones y trataremos de minimizar todo ese potencial, pero son buenos de verdad", desgranó Setién.

Gattuso coincidió con su colega que el equipo había mejorado desde febrero pese a haber sufrido "mucho estrés" después del confinamiento. Pero él está contento con la Copa conquistada y el rendimiento de sus pupilos. A los pies del "Everest" que supone eliminar al Barça, sabe que sus hombres deberán hacer un esfuerzo extra para cuajar "un gran partido técnico y táctico y, aún así, tal vez no lo consigamos". Y por ello, necesita la máxima versión de sus hombres. Insigne jugará si él me dice que está al 100%". 

Nueve del filial

Gattuso puede elegir. Setién, en cambio, no tiene margen de maniobra. Ya tiene decidida la alineación. Le ha salido casi por eliminación. En una lista más propia de una primera eliminatoria copera, solo tenía 13 disponibles del primer equipo. Sumó 9 del filial. Arthur, que se presentó de vuelta en Barcelona, no fue reclutado. "Su situación trasciende a mi posición", dijo Setién, que no cuenta con él.

Las grandes novedades son Mingueza (dorsal 44), Konrad (45), Reis (46) y Jandro (47), que nunca habían sido llamados por el primer entrenador. Más frecuente ha sido leer los nombres de Monchu, Iñaki Peña y Ronald Araujo. Y muchos más conocidos son los de Ansu Fati y Riqui Puig. "Es un espectáculo verle jugar", dijo de él Gattuso. Y de todos los jóvenes, apostilló Setién para animarles: "Son partidos especiales y les metemos en una situación a la que no están acostumbrados, pero hay chavales con mucho desparpajo y atrevidos y lo harán bien".

Óscar Mingueza, de 21 años, ejerce de central; Ramón Rodríguez, Monchu (20), Jandro Orellana (19) y Ludovic Reis (20), holandés, son centrocampistas. Konrad de la Fuente es juvenil (19) y delantero como Ansu Fati.

A Lisboa irá, si el Barça cumple, Ousmane Dembélé, que ya acaricia la reaparición. El delantero francés no se ha sentido capaz de forzar la máquina para ser incluido en la lista frente al Nápoles y Setién tampoco se ha atrevido. "Íbamos a asumir un riesgo bastante grande y él no está en una gran confianza", explicaba el técnico.