SETIÉN INTERVIENE

Barça, algo ha cambiado

Setién charla con Messi y Sergi Roberto en una pausa de hidratación en Vila-Real.

Setién charla con Messi y Sergi Roberto en una pausa de hidratación en Vila-Real. / periodico

Marcos López

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Algo ha cambiado. Tal vez no sirva ya para nada. Al menos, en la Liga. Pero el Barça quiere demostrar que todavía está vivo, capaz de rebelarse contra el VAR, quien en dos ocasiones le salió cruz en el estadio de la Cerámica, firmando un partido completo (1-4 y sin gol de Messi)y dispuesto a luchar contra el Madrid, a quien en todas las decisiones tecnológicas le sale cara.

Si el campeón pierde su corona será, sobre todo, porque desperdició la renta de dos puntos que tenía

Era un nuevo y distinto Barça, donde Setién intervino desde la pizarra, estando activo en las pausas de hidratacion y cambiando más que nunca huyendo de la monotonía. Tiene al equipo de Zidane todavía  a cuatro puntos y le espera el miércoles el Espanyol en elCamp Nou, donde podría enviarlo al pozo de Segunda.

No ganará la Liga el Madrid por el VAR. Pero tampoco la perderá por la tecnología. Y si el campeón queda destronado de su corona será, sobre todo, porque desperdició una renta de dos puntos que tenía tras el confinamiento. Puede quejarse, y hasta con razón, del VAR, pero la gran queja es que no fue reconocible tras la pandemia.

Entusiasmo y energía

Fue, y era, un equipo triste, desorientado. Aunque Setién intervino anoche en Vila-real. Tal vez ya sea tarde. Demasiado tarde. Pero el Barça, con el innovador 4-4-2 setienista en rombo, encontró finalmente a Griezmann y lo acercó a Messi. Y a Suárez. El Madrid ya puede hacer cuentas para festejar una Liga que necesitaba como el aire para respirar después de que los azulgranas, guiados por Messi, hayan conquistado ocho de las últimas 11.

Pisa con fuerza el equipo de Zidane, que ha encadenado siete triunfos consecutivos en el extraño fútbol poscovid-19. Con tanta fuerza que no lo ven ni siquiera en el área de Courtois por mucho que Sergio Ramos se colocó encima de la bota de Raúl García. Y, en cambio, cuando le pisan a Marcelo, acude rápida a la vía de la tecnología para demostrar una evidencia:era penalti. Penalti claro.

Espanyol, casi descendido

"Me cansa que se diga que ganamos por los árbitros", bramó irritado Zidane cuando abandonaba San Mamés dejando al Barça lo más lejos posible. Lo tenía a siete puntos. Era un momento delicado porque los azulgranas ya tenían prácticamente perdida la Liga.

Al final, Griezmann disfrutó teniendo a Messi y Suárez cerca. Conectó, y de verdad, el tridente 

Pero, de repente, el fútbol, con otro extraño guiño, permite al campeón demostrar su orgullo, al tiempo de que Setién dejó constancia de que podía intervenir, y con  mucho acierto, en la dirección del equipo.

Era un Barça fresco, dinámico, que no sintió vértigo por el VAR. Y hasta Griezmann sonreía feliz porque tenía socios a su lado (Leo y Luis) que ahora sí lo entendían realmente. Aunque tenía la Liga en su mano (empezó con dos puntos de ventaja tras el coronavirus) y ahora suspira porque el Madrid, o el VAR, le tienda una mano en este apretado final. Ono siempre la pantalla le acabe dando la razón al líder del campeonato.

Pensando en la Champions

Se trataba, al menos, de no claudicar. Llevaba tres empates en los cuatro últimos partidos (Sevilla,  Celta y Atlético) y la tentación de abandonarse podía existir. Pero el Barça no quiso renegar de su corona y transformó un exigente examen en un tímido mensaje de optimismo.

Quizá no para revalidar la Liga porque con tanto error previo en una ruta llena de dudas desperdició el tesoro que tenía en sus manos. Aunque, tal vez, le permita reconstruir los puentes rotos para llegar a la Champions contra el Nápoles con los deberes hechos. Y el miércoles, si el Barça gana dejaría al Espanyol directamente a Segunda.